Tan pronto como ella habló, la presión en el aire cayó de pronto.
El aire se aquietó y se volvió helado.
Nian Xiaomu sintió un escalofrío bajando por su espalda, rápidamente tomó un pedazo de carne asada y la puso en el plato de él:—Tenga, un pedazo para usted.
¡Viendo eso, el asistente sintió que todos los nervios de su cuerpo se tensaban horrorizados!
Su jefe era un fanático de la higiene y nunca comería comida del bol de otra persona, pero,aun así, Nian Xiaomu había tenido las agallas de poner su comida en el plato de Yu Yuehan.
El asistente estaba tan nervioso que podía sentir su corazón latiendo en la garganta.
Por el otro lado, Nian Xiaomu no detuvo su comportamiento e incluso utilizó sus manos para tapar su propia carne asada al ver que Yu Yuehan no respondía.
—Sólo me quedan estos pocos pedazos.
—...
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