La voz emocionada del asistente llegó desde el otro lado del teléfono.
Yu Yuehan encendió el altavoz de su teléfono, caminó frente a Shangxin y le pidió al asistente que repitiera sus palabras.
Al escucharlo, Shangxin miró el teléfono con incredulidad. Tenía miedo de haber escuchado mal.
—¿Realmente lo encontraste?
—Sí, Señorita Shangxin. Realmente lo hemos encontrado. ¡No sólo eso, la persona está en la Ciudad H! —el asistente respondió.
Los ojos de Shangxin se iluminaron.
—Quiero verlo. ¡Quiero verlo ahora!
Después de finalizar la llamada, Shangxin se secó las lágrimas y volvió a parecer animada.
Ella sabía que la vida no sería tan cruel.
Mientras haya esperanza.
¡No importa que tan pequeña sea, ella no se rendiría fácilmente!
—Todavía estás embarazada, no puedes estar tan emocional. Trata de calmarte, luego iremos contigo. —Nian Xiaomu se acercó y le tomó la mano.
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