"Los ojos de Oriana estaban desconcertados, intentaba verlo en la oscuridad para saber qué más esperaba de ella. No podía negar que esta cercanía con él la afectaba enormemente y por eso huyó después de ese baile con él.
Justo cuando pensó que lo había superado y estaba tranquila, una vez más este hombre estaba frente a ella para afectarla de nuevo. Tan cerca y en la oscuridad además. Temía que si se dejaba llevar con él, acabaría exponiéndose a él.
—No sé lo que Su Alteza quiere.
—Entonces me tomaré la molestia de conseguir lo que quiero —escuchó a Arlan y encontró su mano moviéndose de nuevo a su cara después de soltar la suya.
Antes de que pudiera detenerlo, el velo de su cara se había ido.
—¡Su Alteza! —exclamó, pero Arlan nuevamente puso su dedo en sus labios para silenciarla y susurró:
— Esos guardias todavía están por aquí.
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