"Ella percibía el peligro, el tipo de peligro que una presa siente instintivamente cuando un depredador hambriento le respira en la nuca. Como una marioneta rota, Oriana se congeló como si sus cuerdas hubieran sido cortadas. Lentamente, muy lentamente, se voltéo para mirar por encima de su hombro.
—Oh…
La fuente del peligro. De alguna manera había aparecido silenciosamente justo detrás de ella, irradiando una presencia dominante que la obligó a volverse para enfrentarlo, colocando sus manos entre ellos en un débil intento de alejarlo.
—¿No estaba sentado hace un momento?
—Uhm, Su Alteza —retrocedió un paso bajo esa mirada impetuosa de él—. Su Alteza, por favor siéntese de nuevo
¡Thud!
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