—Después del diamante, el siguiente objeto enlistado era una única taza de té con un plato acompañante, con un extenso diseño floral por todo él. No era ni la taza ni el plato lo que causaba a Lex angustia. En cambio, era la ley asociada con los objetos. Era la ley de feminidad.
—Incluso con su vasta imaginación, Lex no se atrevía a imaginar qué le sucedería si permitía que tal ley echara raíces dentro de su cuerpo. ¡Este era un comercio en el que absolutamente no podía participar!
—Inmediatamente, Lex deslizó los detalles hacia un lado y miró la oferta final. Esta vez, no solo estaba listado el objeto, sino que también había una introducción detallada acerca del cliente.
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