—Reuniéndose, Hailey agradeció a Harry por el cambio de imagen —comenzaron a hablar. Explicó que había sido convocada a la Posada para el concurso de belleza pero, después de la inicial abrumadora oleada de emociones, estaba teniendo serias dudas sobre participar. No era como si desconociera qué era un concurso de belleza; el ser una chica de granja no significaba que fuera inculta o no tuviera educación. Más bien, sentía que solo terminaría haciendo el ridículo compitiendo.
—Harry, el extraño a quien había conocido hoy, escuchó en silencio su historia mientras ella expresaba sus dudas, y al final solo dijo una cosa —dijo que si se sentía reacia, o presionada por ello, entonces no necesitaba forzarse ya que, después de todo, la Posada no la obligaría a entrar solo porque había venido aquí —pero que él sentía que sería una lástima si no lo hacía.
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