—No tienes que hablar con esta bruja sobre moralidad. ¡Todos, juntos!
En ese instante, todos se abarrotaron con sus herramientas mágicas. Cuando YunHuang estaba a punto de ser aplastada por el ataque de todos lados, justo en ese momento, una misteriosa figura cayó en picado desde lo alto del cielo. Sus mangas revoloteaban con el ímpetu semejante a la destrucción de la Tierra en un apocalipsis. Inmediatamente, todos se lamentaron y todos se desplomaron caóticamente. ¡Un solo movimiento los había aniquilado!
YunHuang miró en trance al hombre que había descendido del cielo. Probablemente porque se dio cuenta de que finalmente estaba a salvo, todas sus fuerzas se agotaron a la velocidad del rayo. A punto de desmoronarse, cayó en un abrazo con un aire familiar frío y siniestro.
—Padre...
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