Ya era muy tarde en la noche cuando Ning Xi salió del hospital. No había ni una sola estrella en el cielo, tampoco se veía la luna; sólo unos pocos ciclistas y peatones en la calle.
Tenía que admitir que a pesar que los esquemas de Ning Xueluo eran muy torpes y no tenían absolutamente ningún contenido técnico, tuvo éxito. Ella siempre usaba las cosas que más le importaron alguna vez para golpearla. Como Su Yan, y como sus padres...
A veces realmente dudaba de sí misma, tal vez todo era culpa suya; ella era la defectuosa. Tan insoportable que todos la odiaban, la debilitaban, la abandonaban...
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