—Mami, ¿estás cansada? —El pequeño saludó a su madre mientras le entregaba un par de zapatillas de casa. ¡Qué niño tan dulce!
—¡Ya no estoy cansada desde el momento en que te veo! —Ning Xi levantó al pequeño, sintiéndose contenta de que él hubiera ganado más peso que antes.
El cuerpo de Tesorito se había recuperado a los estándares normales. Además de su entrenamiento con TangLang, su cuerpo se estaba fortaleciendo. Solía enfermarse de vez en cuando, pero recientemente, no tuvo ningún problema.
—¡Mami, la maestra me dio tarea que tengo que hacer contigo! —Tesorito anunció.
—¿En serio? ¿¡Qué es!? ¡Déjame ayudarte! —contestó Ning Xi.
Tesorito sacó algo de su bolsa y se lo presentó a Ning Xi en la palma de su mano. Era un pequeño cartón con una docena de puntos negros. Ning Xi se dio cuenta de lo que era.
—Oh, ¿tu maestra quiere que todos ustedes críen bebés gusanos de seda?
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