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1. La Muerte en Persona

Desde los comienzos de Ázirnoth, uno de los Titanes que cambió la tribu Beckaxxiar ,quienes sobrevivían desde sus creencias al destino arcano, Osílon El Constructor de Dunas, alzo de sus manos una ciudad entera, así nacieron las arenas místicas de Márhod, muchos de los curanderos y curanderas más legendarios (entre otras razas) se establecieron en un imperio equilibrado, dónde los injustos forajidos son desterrados de sus Enormes Fronteras Internas.

-Ornis Rídhan, Crónicas de los Ancestrales.

Desde El Mundo Mítico de Ázirnoth, una antigua tradición llamada Khadgorian se daban desde la Edad Fría (media), donde se libraban las famosas Conquistas Rúnicas, pero el rey de Válandor llamado Herscrill Tyrdärom encaró a Grosh en la Edad Elemental, pero pereció tras la enorme herida causada por la hacha mágica Rompe Sangre, pero un joven soldado real llamado Kírad Vifuldir, quien en toda su adolescencia entreno para ser caballero de su nación puesto a que siempre soñaba con ser uno de los héroes de las historias que deleitaba oir desde muy pequeño, un anciano cuenta-cuentos vivía en la aldea de Kírad llamada Piedra Pulida, aquellas narraciones lo sumergian en la inmersión de las historias épicas de leyendas extraordinarias.

Valiente fue la acción de Kírad y sus aliados compañeros de élite, entonces fue cuando tomó la responsabilidad del reino a la joven edad de 18 años, Artenidas Skullring El Archimago Protector de Válandor lo acompañaba en su busqueda contra los feroces Sancros del Ejercito Khadgoriano de la tirania de Grosh, así fue como hallaron la sabiduría del Maestro Choy del Santuario Sagrado en el reino frutal de Tomderia, donde se aproximaban cada vez más a la batalla que le pondría fin al Khadgorian con la muerte de uno de los reyes.

Hizo muchos aliados en el camino y conoció a varias alianzas al sorprenderse por lo desconocido el joven Kírad, quien preparó su enorme ejercito desde el bosque misterioso de Talyn hasta las arenas místicas de Márhod contra las fuerzas forzadas del Tiranico Grosh quien obligo Ka'el El Libertador de Cadenas y sus cazadores Arik-Xolanos, hasta llamó a los Bárbaros de las Tormentas desde Dasgareth.

-¡A por Corona del Cielo!-, exclamó Kírad tras avanzar las tropas del ejercito de Válandor, Márhod y los de la Orden de Árbolean.

-¡Aplastad a la Corona Dorada!-, respondió con clamor Grosh, quien dirigio hasta el feroz campo de batalla explosivo.

Kírad y Grosh ecaráron un enfrentamiento chocando sus armas plasmáticas, una de luz y otra de sangre hasta llegar a la cima de una torra abandonada de El Campo de Llantos, donde se libraba el conflicto bélico.

En un intento desesperado, Grosh uso toda la mágia de sangre al sobrecargarse de la furia de sus enemigos, pero Kírad ejecuto frente a todos en un gran circulo al tiranico Sancro hijo de Barasark El Sanguinario Portador quien le esperaba en el más allá donde las almas recorren el largo juicio del Nucleoverso.

Kírad al ganar El Khadgorian agarró la corona de Grosh y fue entregada a Ka'el como muestra de paz en ambas naciones, al fin la guerra entre ambos reinos había terminado en la alianza de ambos reyes, y Kírad sabía muy bien que debía continuar al aprender sobre el importante rol que debía cumplir al caminar lento pero seguro de si al sentarse en el trono del legado de Herscrill, uno que lo llevaría muy lejos que al enterarse de una futura Orden de Reyes, fue cuando reflexiono sobre todas las cosas en Ázirnoth al que aún le faltaba descubrir, que sus aliados necesitarian de sus manos.

En Oscuras Tierras desconocidas, el desesperado Matryn buscaba que destino elegiría para su preferible punto de vista, o al menos era lo que él pensaba.

-Ven, y espera el poder que buscas-. Dijo la voz sombría flotante.

Entonces Matryn se arrodillo frente al trono del Señor Abismático, pero ese señor no estaba ahí sentado, y sin presencia solo la siniestra voz le decía:

- ¿Aun no te acuerdas de nuestro trato? - . Exclamo la voz de Dalich ¡el verdadero señor del Abismático!

- ¡Que más quieres de mi Dalich!, te di a mis seres queridos, y, aun así, sin vergüenza, ¿¡quieres mi alma!?, te la doy a ver si puedes quitármela -. expresó Matryn con furia y apenas le dio todo su miserable poder de traición, sin duda era el peor sacerdote que jamás haya existido en las sombras, el mismo Matryn había contactado a las sombras arcanas de Dalich solo una cosa muy importante faltaba en su recóndito viaje sombrio en la Ciudadela de los No-Muertos, entregar .... Algo que jamás había dado desde un principio.

En Márhod había una orden de sacerdotes como Matryn que era aprendiz de su maestro Aldrygen.

Los demás aprendices eran totalmente fieles al Maestro Sacerdote, pero Matryn aparentaba ser eso cuando en realidad hace días había hecho un pacto demoniaco con el espectro del antiguo señor Abismático Dalich, jamás sabia de las consecuencias de sus actos, solo pensaba que el poder le llegaría tan rápido como su inesperada muerte. En esas calles de la Ciudad Comercio Areniar se escuchaban rumores de un ser vestido de acolito sombrío, lo cual preocupaba y hacía sospechar al maestro Aldrygen el cual justo vivía cerca de la ciudad Areniar, pero Dalich jamás había demostrado tanta discreción en tanto tiempo como señor abismático, o era el oráculo de la Muerte que lo mantenía con vida o era su propia voluntad de seguir con vida.

-Que inicie ¡la maldición! - . Dijo la voz sombría y el techo se espació de humo negro-morado.

- ¡Alto!, no!?... ¿esto no era parte del trato? - . exclamó Matryn con voz cansada.

No obstante, Matryn no pudo más y se asfixiaba por el alma de otro ser quien era el antiguo servidor de Dalich, en si las cosas entre dos perturbadores rostros eran sus devastadores poderes con los No-Muertos, y en si existen de todo tipo de ellos.

Matryn se alzó junto al Aura de Oráculos sombras, el cual anula las capacidades arcanas de sacerdote y magos de todo tipo de sangre.

- ¡Este será mi nuevo cuerpo! - . Susurro el alma que intentaba poseer a Matryn.

-Sin duda, ¡una simple carnada! -. En ese momento Matryn luchaba por no terminar seco y sin alma, o al menos eso pensaba, pero el poderoso The-Kall ¡A renacido! Desde las fauces abismáticas y finalmente Matryn callo de pie con un estruendoso humo verde y Matryn dejo de ser aquel aficionado que solo buscaba ser inmortal, y The-kall ahora es el nuevo AMO ABISMÁTICO.

-Ven y levántate ... Lord The-Kall-. Dijo Dalich y bautizo en el nombre de Ardak la nueva alma lúgubre, pero el alma de Matryn termino siendo prisionero de la Bácula de la Muerte, y el Lord Abismático miro a Dalich y juro vengar a su eterno amo, se levantó en el trono y junto a su mirada que tornaba llamas moradas en sus pupilas y enunció:

-Y así mi reinado se alzará a la superficie de este maldito mundo-.

- ¡Alto!, infeliz bastardo- dijeron los piratas que perseguían a todo fuego al famoso ladrón de la Ciudad de Bándolan, Don Marino, del continente de Surnoquedh.

-Hey!, escoria sin nombre ¿Cómo te haces llamar? -. declaró Don Marino mientras tocaba la pistola de espaldas.

-¿¡Enserio preguntas por mi nombre ladronzuelo asqueroso!?-, Dijo el líder contrabandista mientras apartaba su arma con cautela.

-Aun prefiero olvidar que tus corsarios destruyeron mi hogar. Exclamo Don Marino con desprecio por una obvia razón.

-No incumbe ¡sin vergüenza!, ahora dame mi paga, o te llevo frío-. proclamó el líder contrabandista mientras preparaba su fuerte frente y mirada, pero mantenía la mano derecha en la escopeta de pulso magnético.

En ese momento las aguas oscuras del borde de la bahía se veía un reflejo de una bestia, y el plan que Don Marino pensó era solo, ¡improvisar!, los reflejos eran más rápidos desde que Marino practico puntería con armas de fuego como esa vez que exploto el cuartel de traficantes del Ultimo Trueque.

La calle se llenó de ruidos estruendosos y un humo de color rojo estorbo más a los bandidos de An'Morkas, de pronto el ladrón favorito ya no estaba en la bahía, pero sin darse cuenta de que escapa en un bote de Roble Autómata.

-Ustedes informen al jefe que su Merodeador de Fuego se le escapo el botín, ¡Ahora Perezosos! -, proclamó el líder que su alias es Merodeador de Fuego en sí.

El Ancla del bote agarro algo muy pesado, y eso pesado era nada más y menos que un "Dragon Marino", y Don Marino se sorprendió al ver la colosal escama, entonces se subió a la cima de la vela pero a pesar del rugido inmenso de la bestia ... Don Marino sabía que fuerte era su inmensidad interior e hiso la vela y esquivaba los intentos de comerse el bote del Dragon , saco la espada fina destellante e infligió un fuerte daño por el plasma en las partes más expuestas de la criatura , eso lo ahuyento a las profundidades del Mar Monstruoso , y el Comisario Pícaro de Bándolan termino en medio de lo desconocido junto a su soledad de siempre.

- ¿Pero que ordaks está pasando? -. exclamó Don Marino mientras la marea le hacía sentir cada vez más extraño. -Ojalá encuentre un refugio o una cervecería-.

-Bonita, cervecera eres, ay señorita de la manta roja, igual que tu coooorazoooooón-. Canto Don Marino mientras se mareaba en las olas desconocidas y varado en Ozmidher, una reputación como la de "Marino" es muy complicada de lo que puedan imaginar o así es como lo pensó, o vive en condiciones de pobreza, por eso siempre tenía que cuidarse la espalda, la última vez que se enfrentó con un Ninja Sombrío fue cuando se presentó como un simple guerrero, pero al herirle no salía sangre humana, sino "sangría abismática".

La vez que lo encarcelaron fue a la cúspide de Farighull, una peligrosamente alta torre del comisarió más temido en todo el reino de Dasgareth, y su nombre se desconocía pero lo llaman Puño Demente, eso tan solo sonaba muy preocupante, aunque los trucos bajo la manga era lo suyo y tomo desprevenido el corcel que hacía guardia, o era algún tipo entrenado que parecía un corcel, la memoria se hace confusa en algunos casos, su compañero sin avisar revelo su magia, y sí que lo hizo en el mejor momento por que la cerradura ya estaba derretida por el magma, había una nota invisible, y era invisible por que su compañero Andirk le revelo la escritura de ese tipo de tinta , tan solo es algo que la magia arcana puede revelar. Lo demás es un hecho distante porque aprendió que tarde o temprano sería el más buscado sin querer.

El bote llego a tocar la superficie Arenosa, era como arena media cristalina, la marea en él había pasado, pero vio la oportunidad y exclamó: -Esto, ¡acaso es!, ¡Márhod!, siempre quise visitar Márhod, es increíble que llegara aquí sin duda-. Confesó emocionado por su mayor sueño hecho realidad. Aunque se dio una asombrosa oportunidad cuando vio el mejor camino.

Habían pasado meses y junto a la alfombra voladora que en si, se lo gano en una apuesta el cual no solo pudo ir más rápido, sino que siempre veía la gran ciudad del reino.

Pasaba de mano larga con la gente a saludar, y así llego al gran palacio del Rey Dorán, siempre traía algo que decir.

-Hola Fordos, ¿Qué tal te va con la limpiadora que te presente? -

-Oh!, muy bien señor, pero dijo que estaba temblando-

-Ah! Jaja, no te preocupes Fordos, los caballeros más apuestos vienen de los más inapuestos-. Conversaba mientras Don Marino se reí junto a él, el guardia le deseo una buena tarde, pero se olvidó que era de día. Luego de aquella conversación el rey Dorán Sandmist, Marino le gustó la idea de ponerse en guardia mientras mira el Balcón de Drumdas, por eso Dorán quiso irse acompañado del general Thrend, es un compañero muy inusual de ver en el palacio de ventanas cristalinas, la primera vez que Dorán lo adopto fue cuando lo vio en acción cuando se enfrentó a unos Escorpiones de las arenas, Thrend es un topoide de una sub raza llamada Erizoide, uno muy peculiar y pequeñin.

Marino se acercó a una vendedor y le dijo:

-Me puede dar unos 5 durazfengos-. Dijo al vendedor mientras veía que estaba algo sospechoso de lo normal, Tenía una forma siniestra una parte de su rostro mientras se cubría.

-Emm si! Le puedo dar pero, deme unos segundos por favor, ahora-. susurro con un tono preocupante mientras se escondía bajo un guarda fangos.

Marino se acercó lentamente mientras veía como debajo del guarda fangos salía humo morado que olía a muerto, era por que se transformaba en un no-muerto y la duda surgió, pero Marino vio a los demás y noto a todos los no-muertos dentro de la plaza, desenvaino la espada destellante lo más rápido que pudo y corrió lo más rápido que le dejaban. Los aldeanos estaban siendo mordidos y las barracas destruidas, era de esperarse, ¡UN ATAQUE INTERNO!

Dorán miro desde arriba como todo se estaba convirtiendo en una masacre, cuando los Aldinos los abandonaron.

- ¡Que la Guardia Luminadora defienda ya! -. Grito Dorán cuando Daalkirus subió las defensas, eran cañones de luz propulsado y apuntaban a la plaza desde una gran distancia.

Desde el borde de Márhod el gran abismático se abrió desde que salió hace 300 años, tiempos oscuros fueron, pero parece que quiere venganza, porque The-kall ha vuelto a tierra firme por arrase.

Parecía que todo estaba perdido, pero las esperanzas jamás se olvidaron, no desde que el reino de Válandor prometió apoyo cuando se lo pidieran; un gran orbe destellante cayó desde el cielo y era el rey Kírad Vifuldir y su ejercito valandoriano, desde lejos se veía un nuevo día de oscuridad de la muerte.

Todo pasa demasiado rápido, todo parece perdido, pero lo que no saben es que... siempre hubo un arma secreta, y se llama Junger, El Ninja del Abismático.

Kírad miro a los ejércitos de no-muertos a lo lejos pero expreso con energía:

-Ya saben que hacer caballeros, ¡A POR ELLOS CORONA AL CIELO!-, Kírad y sus soldados alzaron sus destellantes espadas de plasma eléctrica y cabalgaron hacia el reino, combatieron en la ciudadela que había sido diseminado La Maldición de The-kall.

Entraron a la ciudadela los osados caballeros, Kírad cabalgaba junto a su pony multiterreno al explorar y enfrentarse cara a cara FLISH!, activo su espada justicia plasmática, aparecieron aterradores las sombras de lanzas rastreras.

-Mis plegarias no serán perdonadas por esto, ¡Aldanus! -, expresó Kírad al galope del Pony Multiterraneo, las lanzas rastreras chocaban alrededor de la espada plasmática, pero varios Aldinos se acercaron con sus flechas ígneas al gritar:

- ¡Hurombí!, Lord Aliado, esta vez nos encargamos, DEBE BUSCAR A DORÁN SANDMIST EN EL CENTILENARIO-. -Escucho tan alto Kírad que salió disparado del suelo al gran parque cristalizado; Kírad distrajo a los no-muertos tras la invasión inesperada.