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El Juego de los Elegidos [Finalizada]

¿Que habrá después de la muerte? ¿Existen las segundas oportunidades? Estas preguntas recibieron respuestas. Morí y fui elegido por un juego para adquirir una segunda oportunidad, en la que tendré que mostrar mi valía de que soy digno de vivir y reencarnar en otro mundo desconocido. El miedo se apodera de mí con cada prueba y cada segundo en este gélido lugar, pero no me rendiré, lo que no hice en vida lo haré en mi muerte. Morir una segunda vez, no está en mis planes. -¡Bienvenidos sean todos a... El Juego de los Elegidos!- ***************** La historia de un amigo.

Long_ChinChin · Fantasía
Sin suficientes valoraciones
41 Chs

Capítulo 21

Le suceden varios segundos de tensión entre nosotros mirándonos muy desconfiados con la pregunta plasmada en el rostro de "¿Quién es el asesino de héroes?" Durante algunos segundos.

Alfred se me acerca y pronuncia disgustado. —Otra cosa más para preocuparnos y tenernos en tensión constantemente. Ya no vamos ni a poder dormir bien por el miedo de que ese demonio que se oculta en nuestras narices nos tome desprevenidos. No me extraña que haya quien se rompa mentalmente en el proceso y se suicide.

Abandonamos la fatídica escena y nadie puede dormir a diferencia de Alfred que lo hace con suma tranquilidad de como si nada hubiera sucedido.

El ambiente de tensión todavía se respira en el aire y no paro de pensar en como se expresaba el instructor de sorprendido ante el terrible suceso y lo increíblemente fuerte que era ese demonio al que me enfrenté.

Llega a mi lado y se sienta junto a mí la chica que salvé con una gran sonrisa, me extiende la mano para presentarse. —Buenas Irán. Perdón por el espectáculo de antes, es que estaba muy conmocionada por todo eso que pasó— Pronuncia avergonzada ocultando la cara y entrecruzando los dedos. —Pero ya todo está bien gracias a tí— Añade muy alegre.

—No tienes que agradecerme por darle mi ayuda a alguien que la necesite. Recuerda que estamos en un juego para ver si somos dignos de ser héroes.

—Y yo creo que ya tu estás más que aprobado. En verdad deseo que consigas reencarnar.

—Será que quieres decir consigamos— Le corrijo al ver su preocupación.

—Si te soy sincera yo a veces creo que no lo voy a poder conseguir. Veo las pruebas muy difíciles y peligrosas como para que yo las supere. Y ahora este asesino que casi me mata me tiene muy nerviosa— Dice con la voz temblorosa y frotándose los hombros.

Yo apoyo mi mano sobre uno de estos y le doy aliento. —Es cierto todo lo que dices en cuanto a difíciles; yo también me siento muy preocupado.

—¿De verdad?— Pregunta sorprendida. —Yo no lo noto en tí, al contrario te ves siempre muy calmado.

—Aunque no lo aparente siempre estoy muy nervioso, pero para no perder la calma hago lo posible por hacerme la idea de que no me voy a rendir ante nada. Si se me dió esta oportunidad no la voy a desperdiciar. Al contrario me voy a esforzar lo más que pueda.

—Tienes razón Irán. Este no es momento de ponerse a dudar, hay que darlo todo y no rendirse sin luchar hasta el último aliento.

Le comento después de liberar una breve risa muy alegre por el gran espíritu que demuestra. —Asi es como mejor te ves. Hasta siento que el que pueda necesitar apoyo después seré yo.

Ríe y me responde con modestia. —Naa, dudo mucho que eso suceda, tú eres muy fuerte, me parece muy difícil que algo te afecte de tal modo.

—Pues si más adelante te vuelves a sentir así, cuenta conmigo sin duda alguna para elevarte los ánimos de nuevo— Afirmo muy seguro alzándole el pulgar.

—De acuerdo. Si en algún momento me vuelvo a sentir angustiada acudiré a tí de inmediato. Eres muy amable Irán. Muchas gracias por ayudarme con mis problemas.

—No hay de que, de todos modos me agrada mucho haberte servido de ayuda.

—Pues se te da muy bien. Bueno ya me voy, nos vemos luego entonces.

—De acuerdo, hasta pronto— Me quedo pensativo y rasono que no me sé su nombre así que justo cuando me da la espalda para irse yo le digo. —Espera, tú te sabes mi nombre pero yo no me sé el tuyo.

Ríe de una forma muy bonita y me responde. —Disculpa, que falta de educación de mi parte.

Me extiende la mano y me habla con una gentil sonrisa. —Me llamo Claudine mucho gusto.

—El gusto es mío Claudine. Un nombre muy bonito por cierto.

Sonríe agraciada y me responde. —¿Eso crees? Yo no le veo la gran cosa, en Francia es un nombre bastante común a diferencia del tuyo que jamás lo había oído pero también pienso que es bastante bonito.

—Solo es un nombre muy poco común que mi padre me decidió dar al ser el mismo que el de mi abuelo. Y por muy común que sea Claudine me sigue pareciendo muy bonito. Creo que te plasma a la perfección.

—Muchas gracias— Se sonroja un poco y continúa. —Ahora si me despido. Hasta luego Irán.

—Hasta luego Claudine.

La observo alejarse mientras me siento muy orgulloso conmigo por haber tenido tan agradable charla y después razono con sorpresa y alegría que... «Espera Irán... ¡yo jamás había hablado así de fluido y cordial con una chica! ¡Esto significa que estoy mejorando en relacionarme con ellas! ¡Que bien!» Termino sonriendo como un tonto.

Después recibo una fuerte palmada en la espalda que me da un susto de madres por parte de Alfred que me habla muy feliz por mí. —Eso es campeón— Ríe con picardía. —Estoy seguro que dentro de poco esa relación dará sus frutos.

Tras recuperar el aliento le pregunto confundido. —¿Relación? ¿De qué hablas?

Alfred me observa incrédulo y me responde. —No te hagas el tonto que esa forma en la que hablaban y se sonreían el uno al otro no engaña a nadie.

Le vuelvo a preguntar sin todavía poder comprender a lo que se refiere. —¿De verdad no sé de lo que hablas? Yo y ella solo somos amigos que nos acabamos de conocer.

Mi amigo se lleva la mano al rostro y dice muy perplejo. —Por Dios, no lo puedo creer. De verdad que no te diste cuenta. Me es difícil comprender como no notaste algo tan obvio, como que ustedes tienen buena química- Se torna serio y me dice mirándome a los ojos. —No pierdas esta oportunidad de ligarte una bonita novia Irán. Sino te aseguro por experiencia propia que te vas a arrepentir por el resto de tu vida.

Alfred se marcha bastante inconforme con mi ingenuidad y yo me recuesto en la cama mirando al techo mientras me digo completamente estupefacto con tan buen suceso. «Asi que ella puede llegar a ser mi novia... Esto es algo verdaderamente increíble»