webnovel

El Encanto de la Noche

``` —El cuerpo de una sirena es una caja de tesoros. Sus lágrimas formaron las perlas más espléndidas, su exquisita sangre un estimulante eufórico para los vampiros, su lujoso cabello tejido en la más fina de las sedas, y su tierna carne buscada por los hombres lobo más que el ambrosía del Cielo. Las criaturas de la noche se mezclaban dentro de la sociedad humana, vestidos con la lana de la aristocracia, velados en su inocencia y nobleza retratadas, su salvajismo continuaba depredando a los débiles e indefensos. Genevieve Barlow, Eve para abreviar, era una joven excepcionalmente extraña. Poseía una naturaleza seductora y cautivadora, donde apenas había cambiado de apariencia desde su decimoctavo cumpleaños a sus veinticuatro años. Había engañado a la administración y había obtenido un título para poder tener una vida mejor. Más extraño aún era que Eve tenía un secreto que no compartía con nadie. Entra en la casa de Moriarty, no solo para ganar dinero sino también para encontrar respuestas sobre lo que le sucedió a su madre hace casi dos décadas. Lamentablemente, las cosas no siempre salen como uno planea. A pesar de su naturaleza cautelosa y su deseo de permanecer inadvertida, una pareja de ojos fríos cae sobre ella, que pronto se niega a dejarla fuera de su vista. ```

ash_knight17 · Fantasía
Sin suficientes valoraciones
546 Chs

Llamando tu atención

—En la ciudad de Pradera, un elegante carruaje entró y avanzó por las calles antes de detenerse frente a la residencia de los Dawson. En el afán de querer abrir la puerta del carruaje lo más rápido que pudo, el cochero perdió el equilibrio y cayó. Pero rápidamente se puso de pie y abrió la puerta para la temperamental vampira.

—Rosetta colocó su elegante zapato en el suelo seco de Pradera y luego el otro antes de mirar alrededor. Ordenó al cochero,

—Quédate aquí y no vayas a ningún lado. Volveré en un rato.

—Sí, mi señora —el cochero se inclinó, quedándose junto al carruaje.

—La vecina de Eva, la Señora Edwards, oyó el sonido del carruaje, y aun después de haber sido públicamente humillada, sus ojos se movieron hacia la ventana como si tuvieran ganas de asomarse. Dijo a su esposo, que estaba leyendo el boletín,

—Parece que los Dawson tienen un visitante.

—¿Regresó ella? —preguntó el Señor Edwards a su esposa.

—La Señora Edwards negó con la cabeza y susurró,

Capítulo Bloqueado

Apoya a tus autores y traductores favoritos en webnovel.com