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lirio de araña roja

Ian llegó a su cueva exhausto, con cada músculo de su cuerpo protestando por el esfuerzo realizado durante la batalla con la serpiente. Estaba cubierto de heridas, y aunque había logrado sobrevivir, sabía que necesitaba atención inmediata si quería seguir adelante.

Con pasos vacilantes, accedió al sistema y compró otra poción de curación básica, viendo cómo sus puntos energéticos disminuían aún más. Sin perder tiempo, bebió la poción en un solo trago, sintiendo cómo el líquido curativo recorría su cuerpo, cerrando las heridas más graves y aliviando el dolor insoportable que lo aquejaba.

Luego, con el poco aliento que le quedaba, se aseguró de que la entrada a la cueva estuviera bien oculta. No podía permitirse ser descubierto en su estado vulnerable. Movió algunas rocas y vegetación para camuflar la entrada, creando una barrera que, a simple vista, parecía una parte más del paisaje rocoso.

Finalmente, cuando estuvo seguro de que estaba a salvo por el momento, Ian se dejó caer sobre la piel de lobo que había colocado previamente en el suelo. El suave pelaje ofrecía un leve consuelo mientras cerraba los ojos, dejando que el cansancio lo venciera. Sabía que necesitaba descansar, recuperar fuerzas para lo que vendría después. En su mente, la determinación de seguir adelante ardía intensamente, aunque su cuerpo estuviera al borde del colapso.

Ian se quedó dormido, aferrado a su espada, mientras su mente vagaba entre la realidad y la inconsciencia, preparándose para los desafíos que aún le esperaban en este peligroso mundo.

Ian despertó sin saber cuánto tiempo había pasado. El agotamiento lo había sumido en un sueño profundo, pero ahora un persistente rugido en su estómago lo trajo de vuelta a la realidad: estaba hambriento. Recordó que aún tenía carne del lobo que había cazado, y decidió que lo mejor era comer algo antes de que el hambre afectara su capacidad para pensar con claridad.

Se incorporó lentamente, notando que las heridas en su cuerpo habían sanado bastante gracias a la poción, aunque aún sentía un leve dolor en los músculos. Se dirigió al rincón de la cueva donde había guardado la carne del lobo, y con movimientos eficientes, comenzó a prepararla para cocinarla.

Utilizó unas piedras y ramas que había recogido previamente para hacer un pequeño fuego en la entrada de la cueva, cuidando que el humo no llamara la atención de posibles depredadores. Mientras la carne chisporroteaba sobre las llamas, el aroma familiar llenó el aire, haciendo que su estómago rugiera aún más fuerte.

Cuando la carne estuvo lista, Ian la sacó del fuego y empezó a comerla con avidez. Cada bocado era un recordatorio de su necesidad de sobrevivir en este mundo despiadado, y aunque la carne no era tan tierna como hubiera deseado, la energía que le proporcionaba era suficiente para revitalizar su cuerpo.

Mientras comía, pensaba en lo que había aprendido en esta semana. Sabía que la carne del lobo no solo lo mantenía alimentado, sino que también mejoraba su fuerza, aunque fuera ligeramente. Terminó de comer y se recostó de nuevo, dejando que su cuerpo procesara el alimento y comenzara a recuperar la energía que tanto necesitaba.

Al otro día, Ian se despertó sintiéndose más recuperado, aunque el dolor residual en su cuerpo le recordaba lo cerca que estuvo de la muerte. Recordó la flor que había arriesgado tanto para obtener. Se levantó, estirando sus músculos entumecidos, y se dirigió al lugar donde la había dejado la noche anterior.

Con la flor en la mano, decidió que era hora de saber más sobre su hallazgo. "¿Qué clase de planta eres?" murmuró, esperando que el sistema respondiera. Un leve sonido mecánico resonó en su cabeza, y una pantalla holográfica se desplegó ante sus ojos, iluminando la cueva con su suave resplandor.

En la pantalla, apareció el nombre de la planta: Lirio Araña Rojo. Junto con el nombre, se mostraba una breve descripción y sus posibles usos. La flor, según el sistema, podía venderse por 7,000 puntos energéticos, una cantidad considerable que le permitiría acercarse a su objetivo de comprar espacio de almacenamiento. Sin embargo, también había otra opción: consumirla él mismo. Si decidía ingerirla, el lirio aumentaría su agilidad y poder mágico en 3 puntos cada uno.

Ian se quedó mirando la pantalla, sopesando sus opciones. Sabía que esos puntos adicionales en agilidad y poder mágico podrían marcar la diferencia en futuras batallas, pero también sabía que cada punto energético contaba en su misión de sobrevivir y fortalecerse en este mundo.

Dudando un poco, Ian observó la pantalla una vez más. Podría usar los 7,000 puntos energéticos para acercarse a sus objetivos materiales, pero sabía que su verdadera prioridad era fortalecerse lo más rápido posible. "La base para sobrevivir aquí es volverse más fuerte", pensó. Si quería enfrentar monstruos más poderosos y seguir acumulando puntos energéticos, necesitaba cada ventaja posible.

Finalmente, decidió utilizar el Lirio Araña Rojo. Sin más vacilación, consumió la flor. Un calor intenso recorrió su cuerpo, como si sus venas fueran incendiadas por la energía de la planta. Su agilidad y poder mágico comenzaron a incrementarse, haciéndolo sentir más ligero y consciente de su entorno. Sabía que esta decisión podría ser crucial para su supervivencia en el futuro, permitiéndole enfrentarse a enemigos aún más formidables y seguir ganando puntos para alcanzar sus objetivos.

Después de que el calor desapareció, Ian comprobó la pantalla del sistema. Tal como había esperado, su agilidad y poder mágico habían aumentado en 3 puntos cada uno. "Esto es solo el comienzo", pensó, mientras se preparaba para continuar con su viaje hacia la supervivencia y el poder en este mundo brutal.

Después de absorber el Lirio Araña Rojo, Ian decidió revisar su nuevo estado para ver cómo los recientes aumentos habían afectado su fuerza general. Con un gesto de su mano, llamó al sistema, y una pantalla holográfica apareció frente a él, mostrando su estado actualizado.

Estado de Ian:

- Fuerza: 14

- Agilidad: 12

- Constitución: 8

- Poder Mágico: 13

- Nivel de Cultivo: 1

- Método de Cultivo: Fuerza Básica

Ian sonrió ligeramente al ver las cifras. El aumento en agilidad y poder mágico era notable, y aunque sabía que todavía tenía un largo camino por recorrer, este pequeño avance le daba la confianza necesaria para enfrentar los desafíos que le esperaban.

Después de tomar la flor, Ian recordó el núcleo de la serpiente que había obtenido durante su enfrentamiento con el tigre y la serpiente. Decidió canjearlo por puntos energéticos en el sistema. Al hacerlo, se le acreditaron 2,000 puntos adicionales, aumentando su total a 6,000 puntos energéticos.

A continuación, Ian revisó su balance de puntos para asegurarse de que todo estuviera en orden. Se dio cuenta de que debía restar el costo de las tres pociones de curación de grado C que había comprado para sanarse durante su último enfrentamiento. Cada una de estas pociones costaba 1,000 puntos energéticos, sumando un total de 3,000 puntos.

El gasto en las pociones le dolió en el alma, ya que significaba una disminución considerable de sus recursos. Sin embargo, era una emergencia de vida o muerte, y esas pociones habían sido esenciales para su supervivencia.

Finalmente, Ian actualizó su recuento total de puntos:

- Puntos energéticos actuales: 6,000 - 3,000 = 3,000 puntos

Con estos puntos, Ian tenía una base sólida para planear su próxima acción. Se preparó para continuar su exploración y caza en el vasto bosque, con la determinación de reunir más recursos y puntos para fortalecer su posición en el mundo que estaba comenzando a conocer.