—Greg Jensen estaba divertido hasta la ira y señaló a Wallace Carter—. ¡Realmente eres un viejo bastardo sucio!
—Jaja, lo tomaré como un cumplido de parte del Señor Jensen —Wallace Carter lo desechó sin preocuparse.
—Está bien, no hay necesidad de que digas nada más. ¡Que tengas dulces sueños!
Greg Jensen levantó su copa en un gesto, tomó un sorbo de su bebida, luego dejó la copa en la mesita de noche y saltó directamente por la ventana abierta.
La habitación volvió a quedar en silencio.
Después de un período desconocido, el estatuario Wallace Carter alzó su copa hacia la ventana abierta y luego se la echó de un trago.
Uf...
Puso su copa, tomó un largo respiro y liberó la tensión de sus músculos.
Solo entonces se dio cuenta de que estaba cubierto de sudor frío; su pijama estaba empapada.
Sabía que había escapado por poco del desastre.
Por suerte para él que había reaccionado rápidamente. Se estremeció al pensar lo que podría haber sucedido si hubiera sido un poco más lento.
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