CAPÍTULO 7: PENSAMIENTOS
-POV NIRO-
Cuando era niño, disfrutaba a más no poder de mi infancia. Era un chico muy alegre, muy tímido, pero me gustaba estar con amigos. En la escuela, intentaba hacer amigos, pero creo que no les agradaba. Un verano, mi papá, que estuvo conmigo durante todas esas vacaciones, me presentó a Landest, nuestro vecino. La primera vez que lo vi, fue como verme a mí mismo. Reaccionamos de la misma manera; al principio, no queríamos interactuar, pero yo quería hacer amigos. Tuve que dar el primer paso y hablarle a ese chico, y así conseguí a mi primer amigo en la vida.
Landest y yo nos divertíamos cada día de aquel verano. Hubo días en los que yo fui a su casa para jugar, pero siempre era él quien venía a la mía. Lo notaba con ansiedad, como si no quisiera estar en mi casa. Cuando era niño, no sabía qué tenía ni qué le pasaba. Solo jugábamos y nos divertíamos, pero ahora que sé más cosas de él, lo entiendo perfectamente: no quería salir de su casa.
Un día fui a su casa a jugar y me di cuenta de que no estaba solo. Había un niño y una niña con él. Me sentí intimidado e intenté irme tras ver a los demás, pero se me acercaron dos chicos. Uno con actitud muy alegre y divertida, parecía el típico amigo que hace bromas. La niña era calmada, seria y parecía estar nerviosa. Así conocí a Sakai y Eris, quienes estaban con Landest.
Durante muchos días en los que fui a casa de Landest, me encontraba con ellos dos. Pasaron varios años en los que seguí la misma rutina de ir a su casa a jugar. Cuando Sakai y Eris estaban ahí, nos divertíamos aún más. Sakai me invitó a jugar la primera vez que los vi. Dudaba si podía encajar en este círculo de amistad, pero Sakai extendió la mano. A Eris simplemente le daba igual. Pensaba que era muy seria y misteriosa, pero al conocerlos más, me fui uniendo más a ellos: mis tres amigos de la niñez.
Varios años después, todos cumplimos 12 años y pasamos a la secundaria. Por mala suerte, nadie estuvo junto en esa época escolar, así que nos tocó cruzar cada uno su propio camino escolar. Yo solo quería jugar con ellos otra vez; tenía un lazo muy fuerte con ellos, ya que no tenía más amigos. Un día fui a casa de Landest a jugar y, para mi sorpresa, había alguien más ahí aparte de los mismos. Era una chica llamada Akari. Al verla por primera vez, sentí un cosquilleo en el estómago y no pude evitar ponerme nervioso al presentarme. Era una nueva integrante al grupo de amigos. Me sentía raro estando al lado de esta chica: era linda, muy amable y un poco tonta. Me había enamorado con solo verla.
Siempre he tenido una personalidad parecida a la de Landest, y el grupo de amigos siempre nos comparaba. Pero éramos felices. Jugábamos en casa de Landest, a veces íbamos al parque, solíamos jugar todos juntos... hasta ese trágico día.
Solo quería conocer más a Landest, saber sus sentimientos hacia otra persona. Quería saber más sobre él; es mi primer y mejor amigo. No sé si no le gustó lo que le pregunté o si no quería hablar sobre eso. Ya no importa, pero me dolió aún más lo que me hizo que lo que me dijo. ¿Con que a ti también te gustaba Akari, eh? No sé por qué hizo eso, no sé por qué me abandonó en ese momento. Yo sabía que si no inventaba una excusa, ellos le echarían la culpa. Yo, te quería proteger.
Al abandonarme, Landest fue con los demás y fingió no haber hecho nada. ¿Se le puede considerar buen amigo por eso? No encuentro una justificación válida para haber hecho eso. Aunque seas niño y no sepas qué hacer en esa situación, no puedes simplemente abandonar a un amigo. No me quedó otra opción. Cuando me encontraron en el suelo, ya había tomado esa decisión. Cuando me llevaron al hospital y desperté, comenzó la peor etapa de mi vida.
Me enteré que mis amigos se habían separado al saber de mi estado. Les dolía estar a mi lado al enterarse de que no los recordaba como antes. Así empezaron a distanciarse. En cambio, Landest debió pasarla mal. No quiero imaginar por lo que tuvo que pasar por su cabeza, pero hizo algo muy cruel, muy indigno. Creo que aún no supero eso. Sigo teniendo esa rabia dentro de mí almacenada muchos años atrás. Fue muy doloroso ver a mis amigos mal y fingir todos estos años. Cinco, cinco jodidos años. Tardaron mucho en intentar volver a mí, como si ellos también me hubieran olvidado. A veces me dan ganas de dormir y no despertar.
-FIN POV NIRO-
Estando en casa de Akari, ella fue a cocinar algo, mientras estoy yo sentado en su sofá. Charlamos un rato mientras ella cocina:
—Y, bueno, ¿qué has estado haciendo, Akari? —preguntó Landest.
—¿Uhm? ¿A qué te refieres? —respondió Akari.
—Ya sabes... debieron haber pasado muchas cosas en 5 años.
Akari se nota muy triste tras decir eso.
—B-Bueno... sin duda, estos años han sido muy difíciles para mí —dijo Akari.
—... Bueno, ¿pasó algo que quisieras contarme? —preguntó Landest.
—Llevo mucho tiempo triste... Mi madre está en el hospital desde hace un tiempo —contestó Akari.
Sorprendido, Landest reacciona de manera triste, mirando a Akari desahogarse.
—Mi padre... no solo nos dejó, se fue con otra mujer —continuó Akari.
—Y ahora... estoy sola todos los días en casa. Tengo que ir los fines de semana a visitar a mi madre... para después llegar a llorar... —dijo Akari, derramando lágrimas.
—B-Bueno, déjalo así... No hacía falta hablar si no querías —respondió Landest.
Akari se seca las lágrimas tallándose el brazo en la cara y posteriormente continúa cocinando.
—Bien, come esta sopa, la hice lo mejor posible —dijo Akari, sirviendo el plato a Landest.
Landest, en cuanto Akari le sirvió el plato, empezó a comer.
—¡..!, Dios... ¡Está buenísima! —exclamó Landest.
Akari se avergüenza por el cumplido de Landest y posteriormente se sienta a su lado, haciendo que Landest se ponga un poco nervioso.
—Oye... —dijo Akari.
Landest escucha a Akari hablarle de una manera tierna y seria, y al escucharla, se voltea hacia ella.
—¿S-Sí? —respondió Landest.
—B-Bueno, sé que actualmente no estás en buenas condiciones... —dijo Akari, viendo el ojo vendado de Landest.
—A-Asi que si te sientes mal o-o algo, puedes venir conmigo —añadió Akari, avergonzada.
Landest solo podía sonreír al verla así.
—Jajaja... Claro, me gustaría mucho —contestó Landest.
Hacer esto, Landest piensa que podría tener una motivación para superar sus problemas y poder salir de casa sin miedo. Al tener a Akari, ¿podrá salir de casa?
Akari sonríe y se sienta mucho más cerca de Landest. Posteriormente, ella se acerca para intentar darle un beso. Cuando Landest nota este movimiento por parte de ella, no se mueve en absoluto ya que le parece tierno verla intentarlo. Pero cuando casi sucede, escuchan cómo alguien toca la puerta, haciendo que Akari se asuste y abrace a Landest por unos segundos. Landest piensa más en quién podría ser. ¿Tal vez Sakai? ¿Eris? Preguntas surgen en su cabeza, intentando no imaginarse lo peor.
—Lo siento, iré a ver quién es —dijo Akari.
Akari va hacia la puerta y responde al llamado. Landest se queda dentro, esperando a Akari, lleno de dudas y de miedo de que alguien se entere de su estado actual. Landest espera pacientemente a que Akari vuelva... pero... no regresó.
FIN
CAPÍTULO 7: PENSAMIENTOS
ESCRITO POR STANTRACK