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El Alfa: Reclamando a la Hija de su Enemigo

## CONTENIDO MADURO! ## —¿Por qué tienes cicatrices? —De repente, Iris cambió de tema, mientras miraba a Cane directo a los ojos. Seguía aferrándose a sus mangas. —Tu padre me las hizo —respondió Cane. Pensó que Iris no recordaría esta conversación cuando despertara. —Debe ser muy doloroso. —Lo es. —¿Las cicatrices sanarán? —No lo creo. La noche de verdad te hacía vulnerable y te permitía decir cosas que nunca admitirías cuando estaba claro. La oscuridad ablandaba tu corazón. —Qué pena. Tienes una alma cálida. —Iris frunció ligeramente el ceño. —Ya no tengo alma. Había vendido su alma por la libertad de su pueblo. No quedaba nada de él en este momento. —Sí la tienes, pero estás sufriendo mucho. —Iris parpadeó. —Tu bestia está sufriendo. Tienes tantas cicatrices. —Las únicas cicatrices que tengo están en mi cara. —Iris negó con la cabeza débilmente. —No hablo de tu cara. Hablo de tu alma. Qué lástima, estás sufriendo tanto… lo que mi padre y hermano te hicieron debe ser doloroso… Y después de eso, Iris cerró los ojos y se durmió. ====================== Ella es la hija de un alfa que mató a su familia, arrasó con su manada y también convirtió a su pueblo en esclavos. Ahora, ha logrado vengarse después de diez años de ser tratado como esclavo y vivir una vida que nadie podría imaginar jamás. Vida similar al infierno. Y diez años después, el Alfa Cane logra tomar el control y matar al alfa que empeoró la vida de su pueblo más allá de la muerte. Era hora de que hiciera pagar a los hijos del alfa por lo que su padre había hecho. Solo que... Iris era un renacuajo y era muy diferente a su padre.

i_want_to_sleep · Fantasía
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TRES SERAFINES

"¿Estás bien?" preguntó Caña, preocupación en su voz al ver cómo Iris cojeaba, sus muslos estaban entumecidos porque los usó como almohada cuando durmió dos horas seguidas. No despertó en absoluto durante ese tiempo e Iris no movió su cuerpo, asustada de que eso despertaría a él. 

 

En la primera media hora, a Iris le alegraba ver su rostro dormido, pero después de una hora, comenzó a sentirse incómoda y cuando pasaron las dos horas, se sintió entumecida. 

 

Y ahora Iris estaba sentada en la cama, mientras Caña le masajeaba los muslos.

 

—La próxima vez no hagas esto—dijo con voz severa—, recordándole que no quería que esto volviera a suceder. Iris no le respondió, no quería hacer una promesa que no cumpliría. 

 

Por supuesto, la próxima vez lo haría de nuevo si con eso podía garantizarle algún descanso. 

 

Notando el pequeño acto de rebeldía de Iris, Caña le pellizcó el lóbulo de la oreja. —No lo hagas de nuevo—dijo ahora con más firmeza—, aún así Iris no le respondió. 

 

Capítulo Bloqueado

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