Iris miró la pequeña caja de madera frente a ella, podía sentir que había piedras mágicas de agua dentro sin siquiera abrirla, pero como Caña le había dicho que lo revisara, tomó la caja y la abrió para encontrar dos piedras mágicas de agua que brillaban intensamente.
Tomó una de ellas y examinó la piedra de cerca.
—Eso es algo legítimo. Si conoces las piedras mágicas, debes saberlo —Cecilia parecía relajada, no estaba preocupada en absoluto.
Por otro lado, Caña e Iris no dijeron nada. Él pudo decir que eran originales, ya que había pasado mucho tiempo extrayendo esas piedras.
Sin embargo, había otra cosa que necesitaban revisar e Iris también lo sabía.
Tomó un tiempo para que Iris analizara la piedra y luego devolviera las dos a la caja de madera antes de asentir. —Sí, son auténticas —dijo.
Fergan tomó la caja y la aseguró.
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