Han pasado días desde que Redmon llegó a la Manada Rocío de Luna y casi perdió la vida cuando conoció al alfa Gallot y le entregó la carta de Caña, la cual exigía su responsabilidad por el fraude que una de sus amantes había cometido contra la Manada del Lobo Aullante al anunciar que el bebé en su estómago era de Caña.
Caña quería un fuerte acuerdo o de lo contrario, marcharía con su gente a la Manada Rocío de Luna y una batalla no podría ser evitada. Después de todo, lo que pasó fue un insulto.
—¡¿El sesenta por ciento de las acciones del mercado negro?! ¿Se volvió loco? —el alfa Gallot destrozó la carta y ordenó a su guerrero que sacara a Redmon y cortará su cabeza—. ¡iba a mandar la cabeza de Redmon a Caña!
—¡No! ¡Espera! ¡Espera! —Redmon gruñó a los guerreros, que estaban a punto de atraparlo—. ¡Solo soy un mensajero! ¿Por qué me estás castigando?
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