Al instante, todo el campo de batalla se quedó en silencio.
Más de diez Dioses Altivo habían sido asesinados de un solo golpe. ¡Esto era simplemente inconcebible!
—¿Cómo es eso posible? —Linley miró con los ojos amplios—. Incluso si se tratase de un ataque al alma, lo más probable sería golpear a una persona. ¿Cómo podrían diez Dioses Altivos caer simultáneamente de los cielos? ¿Qué pasó justo ahora?
Linley ahora lo lamentaba.
Lamentaba no haber visto ese ataque de espada.
—¡Huyan!
—¡Huyan!
Los clones divinos que habían surgido de ocho de esos cadáveres de Dioses Altivo comenzaron a huir aterrorizados en todas direcciones. Después de haber presenciado el poder de esa espada, ninguno de ellos tuvo valor para pelear de nuevo.
—Demasiado poderoso. Demasiado atemorizante.
Esos Dioses Altivo ahora verdaderamente tenían miedo de morir.
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