Alfa Denzel y Luna Valerie hicieron una visita sorpresa a los aprendices, dándose cuenta de que su ayuda no era necesaria en absoluto. De hecho, comenzaban a sentirse inútiles pero también lo veían como una recompensa por su arduo trabajo.
La manada ya no dependía de ellos como antes, tratándolos como consultores, lo que también les daba la libertad de vivir la vida que siempre habían querido.
Si viajaban, no tenían preocupaciones con respecto a guerras ya que Denver estaba allí para encargarse de ellas. Cuando se trataba de ayudar o visitar otras manadas, Burke y Gandolfo estaban allí, así como las responsabilidades administrativas.
Muchos de los guerreros más antiguos habían asumido roles de liderazgo, así que incluso si Denver no asistía, todo seguiría funcionando sin problemas.
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