—Sí, ha aprendido muy bien. La diosa de la luna es sabia —dijo Denzel. Valerie se sorprendió de que él ya no estuviera molesto con la diosa de la luna.
—Ella no nos llevó a Raven y nos dejó vacíos —explicó el Alfa Denzel. Valerie recordó algo y preguntó:
— ¿Eso me recuerda. ¿Cómo te fue con Ludwig? —Un bostezo se le escapó, pero aún tenía ganas de escucharlo.
—Mejor de lo que pensaba. Era como una persona completamente diferente —dijo sinceramente el Alfa Denzel—. Luna Valerie sonrió.
—Me alegra escuchar eso, ¿pero puedes dejarme dormir? —Se giró lejos de Denzel, abrazando su almohada con fuerza.
Denzel se acostó a su lado, rodeándola con sus brazos por la cintura. —Tu cuerpo lo necesita para formar al bebé —La besó en la frente antes de observarla dormir.
El Alfa Denzel sabía que había que poner muchas cosas en perspectiva para la exitosa entrega de su cachorro, así que fue a reunirse con todos los miembros de la manada.
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