Hua Yao y Qiao Chu miraron a Jun Wu Xie con sorpresa. ¡Ese pequeño cuerpo ante ellos tenía una columna vertebral más fuerte que ninguna!
—No necesito que me protejas. Entre nosotros, somos meramente aliados en nuestra cooperación. No necesitan renunciar a sus vidas por eso. No podré devolverles lo suficiente. —Ella ya se sentía en deuda con ese imbécil y no quería aumentar esa deuda con más personas.
Hua Yao y Qiao Chu se quedaron sin palabras mientras miraban a Jun Wu Xie confundidos.
Las palabras de Jun Wu Xie habían sido frías y casi sonaban despiadadas. Pero los dos sabían en lo profundo de sus corazones que Jun Wu Xie lo dijo de tal manera que los hiciera retroceder y no fueran arrastrados al peligro ante ellos.
—No necesitamos reembolso, simplemente tenemos ganas. —Qiao Chu se rió cuando dijo eso.
Jun Wu Xie permaneció donde estaba, con la espalda recta, sin ganas de volver la cabeza.
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