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Después Del Hombre

300 años después de que los hombres dejaron de existir por culpa de un virus que sólo los mataba a ellos, Zoe, estudiante de la universidad de Famme y dos de sus compañeras, luchan por su país, y por la humanidad. Hasta que conocen a alguien diferente, Yuka... quién hará que todo cambie de rumbo.

Iris_D_Alvarez · Ciencia y ficción
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11 Chs

¡Realidad Alterna! [Capitulo Final]

No me quedaba otra opción más que ir tras Naromi. Pero estaba muy cansada, así que decidí dormir un poco primero y descansar de tantas cosas que me habían pasado.

No sé qué tiempo estuve dormida, y si esa vez soñé algo, lo olvidé, sólo recuerdo haberme despertado muy confundida, por los estruendos y golpes que producían los dãkaros a su paso.

Sí, habían invadido toda la ciudad de Xiahn. Todo se desplomaba y se sacudía; abrí mis ojos de golpe, y tuve que salir corriendo, antes de que la casa me callera en cima. Por suerte, Mika no se encontraba en ese momento, pero llegó unos minutos después.

—¡Zoe! ¿Pero qué rayos pasó aquí?

—Tendremos que buscar otro lugar para refugiarnos. Los dãkaros han destruido la ciudad casi por completo... Debemos huir, ahora.

—Estoy de acuerdo. No vas a creer lo que encontré.

—¿Uh? ¿Qué cosa?

—Mira... Saqué mucha información de la universidad de Famme. La pasé toda a mi caja de estudio, tuve que robar una tarjeta para que no me diera error... Eso hice antes de que me cayera todo en cima.

—¿Que hiciste qué? ¡Mika! ¿Y... de qué trata?

—Míralo tú misma. —La caja de estudio de Mika, comenzó a proyectar al principio muchos códigos en verde, luego, imágenes, era todo tan confuso.

Habían muchas cosas raras, de cómo se creó la ciudad, y de la gran reina, la creadora y mente maestra detrás de este juego. Sucede que ella trabajaba en un experimento mucho más complicado que la creación del virus x.

Lo que hacía en verdad era transplantar la conciencia humana, a "otra realidad". Cuando alguien pasaba por un accidente,

o alguna enfermedad que impedía estar consciente, ella y su equipo, transportaban esa energía, hacia otro mundo artificial, hasta que el cuerpo en sí, pudiera recuperarse.

—Esto no puede ser...

—Y eso, que sólo fui a buscar comida—dijo Mika, sonriendo.

Estaba abrumada con tantas cosas,

no las entendía, por más que intentaba asimilarlas, no cabían en mi mente. En ese momento recordé aquellas palabras: "Busca a tu hijo y escapa de aquí, hay otro mundo allá fuera".

—Mika, tenemos que... es demasiado lejos... A lo mejor no nos alcanse el tiempo para salir de aquí.

—Quieres buscar a tu bebé, ¿No es verdad, Zoe?

—Sí, pero, no sé si sea... —Detrás de mis pensamientos se escuchaban a lo lejos distintas voces, que trataban de luchar y proteger lo que aún quedaba. Eran chicas muy valientes, yo parecía haberme rendido, o no lo sé, quería luchar, pero no tenía idea de qué hacer.

—Conozco una forma.

—¿Qué? Dime qué... ¿A dónde tenemos que ir?

—Yeo... Él sabe cómo salir de aquí.

—¿A caso sabes dónde pueda estar?

¿Es cierto que está con esa tal Naromi?

¡Contéstame!

—Tal vez... No lo recuerdo —Sus ojos se humedecieron.

De pronto, aquellas lágrimas cayeron, mojando sus gotas un poco del polvo que se levantaba. Fue por un golpe producido por unos de esos monstruos.

—¡Mika! ¡Corre! ¡Barrera magnética!

—grité, pero no funcionó. Mis gritos se ahogaron entre tantos destellos.

Caí al suelo, desvanecida, pensé por un segundo que iba a morir ahí, aplastada por ese dãkaro. Mika fue a ayudarme, intentó ponerme de pie, mientras yo le pedía que se alejara o nos mataría a las dos. Yo había perdido todas mis fuerzas. Pero justo en ese instante, apareció Yeo, y nos salvó.

—¡Realidad alterna! —vociferó, llevándose a esa criatura a otra parte. Luego, segundos después, volvió a aparecer.

Yo lo miraba como bajaba lentamente, hasta llegar junto a mí. Tenía algo entre sus brazos, y luego, me lo pasó. Era nuestro bebé, era un hermoso niño. Sonreí al ver su rostro tan cálido; se parecía mucho a su padre.

Mi sonrisa y mis lágrimas de felicidad fueron interrumpidas por sus crueles palabras.

—Gracias por ayudarnos —le dije.

—No vine a ayudarte, ya debo irme

—¿Qué? ¿De qué estás hablando? ¿Qué quieres decir?

—He venido hasta aquí para robar la información de la gran reina... Es la única manera de recuperar a mi padre. Tuve que apagarla y con ello, se ha destruido este lugar. Siento haberlo hecho, pero ya debo irme. —¡Realidad alterna!

Desapareciendo así ante mis ojos. Esperé en vano que regresara, porque no lo hizo. Me dejó allí, abandonada.

—Zoe... —me llamaba Mika, pero un nudo en la garganta me impedía hablar.

<<¿Se habrá ido para siempre?>>

Mis pensamientos fueron interrumpidos pero esta vez fue Naromi. Sonreía a carcajadas y yo voltee a verla.

—¿Qué quieres ahora? —le pregunté.

—Te dije que te quedaras fuera de esto.

—Yo no he hecho nada.

—Por tu culpa Yeo se ha ido, y bueno, todo lo que queda de él, es ese bebé, ¡así que dámelo!

—¿¡Te estás volviendo loca!? No toques a mi hijo.

—¡Que me lo des! Si en verdad quieres salvarlo de todo esto y evitar que se convierta en una de esas cosas...

—¿De qué hablas? ¡Deja de decir estupideces!

—Todas moriremos y seremos como ellos, si nos quedamos aquí y nos matan...

—¿Como ellos? ¿Qué quieres decir?

—Los dãkaros son lo que nos han enseñado. Son proyecciones.

—Eso ya lo sé ¿Y?

—Proyecciones de gente muerta. La gran reina no nos dejaba saber la verdad. Ella nos tiene atrapadas en esta cosa, en esta falsa realidad. Nuestros sueños, nuestras memorias, nuestras mentes... Sólo somos proyecciones, hasta que morimos de aquel lado y nos convertimos en esos horribles monstruos. ¿Que Yeo no te dijo toda la verdad? ¿Acaso quieres que tu hijo se convierta en eso? ¡Dámelo y lo sacaré de aquí!

—¡Que no! ¡Suéltame, loca!

Nos estábamos empujando una a la otra, y no nos dimos cuenta de que muy cerca de nosotras había un precipicio. Mika de inmediato, fue hacia allá y me quito el bebé.

—¡Dámelo a mí y manda a volar a esta tonta! —gritó Mika y se alejó de nuevo.

—Yo no soy ninguna tonta, aquí la más tonta eres tú, Zoe. Cómo pudiste creer en lo que te decía ese sujeto. Mató a todas las de mi ejército... A Yume, ella también estaba embarazada de él. A tu mejor amiga, Matzuki. Destruyó todo nuestro mundo, sin importarle nada más que su podrido padre. ¡Todo esto es tu culpa!

—¡Zoe, ten cuidado!

No pude detener nuestros pasos, caímos por aquel hoyo, y mientras me hundía en el vacío, observaba en cámara lenta a Mika, sosteniendo mi bebé.

<<Por favor, cuídalo mucho, él quizás sea la última esperanza>>.

Después, todo se puso oscuro.

Al volver a abrir los ojos, casi no podía ver bien, por tanta luz. Una mujer vestida de blanco estaba a mi lado y sonreía. Jamás la había visto.

—Hola, que bueno que estás de vuelta

—me dijo, sonriendo —Mi nombre es Delta. Me siento muy feliz de ver que por fin despertaste.

—¿Qué? ¿Qué pasó? ¿Dónde estoy?

—Estas en el hospital, tuviste un pequeño accidente.

—¿Un accidente?

—Así es. Estabas en una excursión y caíste de un barranco, pero por suerte estás bien. Tú y tu bebé están a salvo.

—¿Bebé? —Entonces, escuché el claro llanto de un bebé. Ella lo sacó de su cama y lo llevó hacia mí.

—Aquí está, eso es... Ve con mamá —dijo entregándome el pequeño. Luego, salió de la habitación, diciéndome que volvería después a ver cómo seguía.

Yo lo sostuve entre mis brazos, y me puse a pensar... pero en mi mente, no había nada más, no me acordaba de casi nada. Sólo recordaba mi vida en aquel mundo, pero en verdad, ahora estoy en otro, no sé cómo pasó esto.

Al mirar por la ventana, nada se ve igual a lo que conozco.