—Shirou-san…
—Tu tranquila yo nervioso.
El pelinegro escaló fácilmente por un árbol. Sonriendo con algo de ferocidad al llegar hasta la rama más alta y ver a su objetivo temblando aferrado a la rama.
—Ven gatito gatito.
El gato maulló y salto hacia los hombros de Shirou, aferrándose a el frotándose con su rostro. Shirou sonrió sentándose en la rama con el gato entre sus brazos, siendo que el árbol no era tan alto, salto al suelo.
—¿Estás bien? —Una niña de pequeñas coletas al lado de Sawa pregunto.
—Perfectamente. —Tomo al gato de sus hombros acariciándolo.
—¡Muchas gracias! —Agradeció la niña tomando al gato de las manos de Shirou. —Cielos, sabes que no debes trepar arboles.
—Intenta quitarle esa costumbre con otra, rasgar o dormir en algo por ejemplo.
—¡Gracias por la recomendación! ¡Me aseguraré de hacerlo!
El chico sonrió suavemente mientras la niña abrazaba al gato y salía corriendo del lugar. Miro a Sawa que le sonrió y giro su cuerpo empezando a caminar.
—Aveces pareces un héroe, el otro día ayudaste a ese anciano con sus bolsas y llevaste a ese niño perdido con la policía ¿No?
Suspiro. —Sabes que no me agrada que me digas así, héroe es una palabra que no combina para nada conmigo. Sabes que no tengo ningún sentido de la justicia como el tuyo y conoces el 'ideal' que yo tengo.
—Mm, lo se perfectamente. Pero, aunque lo hagas parecer como que lo haces porque estás aburrido, no deja de ser una buena acción.
—(No… si fuera el yo de antes, ni siquiera les habría dado un solo vistazo y pasaría de largo… pero, creo que la conciencia de Kurumi todavía está afectando me…).
"la guerra civil y 20,000 personas han debido trasladarse a campos refugiados. La higiene en los campos es mala y se teme el brote de enfermedades"
Sawa miro hacia la expresión sin emociones de Shirou. Notando un pequeño brillo de entre decepción y molestia en sus ojos, contrario a su expresión y a lo que su lenguaje corporal quería intentar expresar.
—Shirou-san, ¿No te gustaría ir ahora a mi casa?
—¿Mm? —Se volteo algo interrogante.
—Creo que Marrón tiene ganas de verte. Es el americano de pelo corto con el que te llevaste bien el otro día.
Un pequeño rubor apareció en las mejillas del chico, mirando a Sawa con un pequeño brillo feliz en sus ojos.
—¿Es enserio?
—Por supuesto. Marrón se pondrá feliz.
Una sonrisa involuntaria vislumbró el rostro del chico.
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A pesar de todo la tranquilidad que aparentemente su vida estaba teniendo, hacia que su ansiedad aumentara más al saber que en cualquier momento terminaría. Mío ya llevaba 10 años en movimiento. Y mientras supiera eso, no lograría disfrutar al 100% todo lo bueno que estaba sucediendo.
—No me di cuenta que esos momentos de tranquilidad eran un tesoro para mí… eso fue lo que dijiste, ¿No es así Kurumi?
Sus palabras solo fueron escuchadas por el viento que movía su cabello. Sosteniendo dos fotos en sus manos, tranquilamente mirando el río debajo del puente donde se encontraba. Todos sus pensamientos seguían concentrados en una cosa.
—Creo que, debo empezar a atesorarlos mas, sino cuando llegue el momento me arrepentiré toda la vida. —Suspiro con alto de melancolía. Afilando su mirada mirando las fotos con una sonrisa. —Solo, Deja de hacerme parecer demasiado una chica, tu personalidad sigue combinándose con la mía y empieza a ser peligroso, y si Sawa dice la verdad, hasta se me puede confundir con una mujer. ¿No podrías hacerme ese favor? ¿Kurumi?
Justo en ese momento, todo a su alrededor adquirió un tono morado claro. Escuchando fuertes pisadas, giro su mirada hacia un lado guardando rápidamente las fotos. Teniendo un shock en el momento en que lo vio.
Un cuerpo grande echo completamente de hielo camino con pesados pasos hacia el. No fue la criatura la que lo shockeo, si no, el saber que el momento que lo que estuvo esperando por años acababa de empezar.
Más concretamente, la pesadilla de Tokisaki acababa de empezar.
Retrocedió un poco mirando al cuerpo de hielo molesto. Podía sentir el sudor bajando por su nuca. Aún con eso, el espíritu corrupto se partio en dos en ese mismo momento, desapareciendo en pedazos de hielo flotante.
Nunca antes había sentido un escalofrío tan grande como el que tuvo en ese momento…
—(¡Tu.....!).
Sus ojos miraron con odio involuntario hacia la nueva figura que se alzaba frente a sus ojos, apretando sus dientes involuntariamente. Una figura femenina y curvilínea con largo cabello grisáceo con un vestido blanco con sandalias de tacón, ojos azules brillantes que se voltearon hacia el interrogante.
El espíritu del Origen, Takamiya Mío.
La mujer se acercó algo lenta hacia el, completamente ajena a la mirada de odio que estaba recibiendo.
—¿Estás bien? —Mio pregunto.
—Gra-Gracias. —Agradeció tratando de contener cualquier agresión. Mío podría tomar cualquier comportamiento y eso le era peligroso. —¿Qué era esa cosa?
No era ajeno a lo que era. Pero Mio no tenía Porque saber eso.
—Un Espíritu. Son mounstros que quieren destruir el mundo. —Claramente, tuvo que fingir algo de sorpresa. —¿Quién eres tú? ¿Y porque estás aquí?
—Oh, Mi nombre es Tokisaki Shirou. Solo, iba de vuelta a casa y ese… espíritu apareció…
—¿Entraste sin querer? —Pregunto de nuevo con una voz suave, mirandolo de arriba abajo con una mano en el mentón. —Bien, puede que tengas aptitudes para esto. (Pero… ¿Por qué es un chico?.... No, no importa. El sabrá que hacer).
—¿Aptitudes? ¿Quién eres? —Era algo raro fingir ignorancia. Diría eso.
—Soy Takamiya Mío, y soy una aliada de la justicia. —Se presento formalmente con una sonrisa suave.
—(Seigi no mikata ni una mierda. Psicópata obsesiva de mierda).
(Autor: Seigi no mikata: Aliado/héroe de la justicia en japonés).
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Recuerden niños. Nunca vayan con un extraño a un lugar desconocido o acepten cosas raras de ellos.
Recordó esa frase con demencia. Mio lo había llevado hasta la azotea de un edificio. Con toda la luna brillando e iluminando la noche.
—Mis enemigos son los Espíritus. Del mismo tipo que te atacó. Mounstros que dañan el mundo. —Explico mirando hacia el horizonte mientras el la escuchaba desde su espalda. —Shirou, ¿No te gustaría tener poder?
—¿Poder?
—Estoy segura de que serás compatible con las Sephira. Quiero que salves al mundo conmigo.
Un cristal oscuro y brillante de color morado con motas blancas apareció frente a su pecho. En el momento en que sus ojos se posicionaron en el, brillaron con deseo profundo de posesión.
—(Este es… este es… Zafkiel).
Miro el cristal con deseo. Extendiendo una mano para tomarlo, en el momento en que lo hizo, una sensación de fuerte dolor traspaso cada célula de su cuerpo. Rodeándolo con un aura morada mientras el cristal se metía dentro de su pecho. El color de su ojo izquierdo cambio a lo que más espero, el reloj romano de color dorado.
—Lo sabía, es tal como pensaba.
Respiro un poco agitado tratando de recuperar aire sin escuchar lo que la mujer dijo. Ante la atenta mirada de Mio que veía todo con atención. Al momento que el cristal termino de entrar en su pecho, miro sus manos con atención.
—Ponte tu armadura de espíritu.
—¿Eh? —Su mente casi seguía volando. Toda la información sobre Zafkiel y cada una de sus habilidades estaba llegando a su cerebro.
—Ya deberías saber cuál es tu habilidad y como utilizarla.
—(El vestido astral es una preferencia física de protección para los espíritus… así que…) .... Elohim.
Después de su suave susurro. Un aura roja y negra cubrió su cuerpo. Su uniforme escolar siendo reemplazado por un uniforme militar negro. Guantes de color gris Y botas de color negro altas con cordones rojos. Una larga capa roja bajo por su cuello junto a unas cadenas de oro con ella. Finalmente, una gorra de almirante roja y negra con la forma de un sol naciente y una cruz en el centro de el.
Un espejo se materializó delante. Dejando a Shirou ver su nuevo estado.
—Esto es…
—Siempre estuve buscando a un compañero que pudiera luchar a mi lado. Tokisaki Shirou, se que puedes hacerlo. Derrota espíritus conmigo y salva al mundo.
—(Este momento, este momento, ¡Siempre lo espere!). —Grito mentalmente con emoción apretando sus puños. —(Ahora, la otra cara de la moneda, matar espíritus y probar este poder).
Recuerda una cosa. Cuánto más tiempo pasa, más cosas irás olvidando de tu vida. La memoria no puede mantenerse firme y recordar cada cosa de tu vida.
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—(¡Metatron!).
Esquivo con éxito todos los disparos del corrupto espíritu que llevaba el Sephira de Metatron, escondiéndose en la sombra y apareciendo detrás de el. Disparando cuatro disparos consecutivos haciendo que el espíritu se destruyera.
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—(Gabriel).
Salto a la azotea de un edificio disparando para detener un corte de aire. Disparando un aluvión de balas para detener otro aluvión de cortes de aire a su dirección.
Mio observo todo a la distancia. Atenta a cada cosa.
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—(Michael).
En la cima de una rueda de la fortuna, salto hacia atrás para esquivar la lanza en forma de llave. Apuntándose a si mismo con la pistola de Chispa.
—Zafkiel, Het.
El reloj gigante apareció en su espalda. El espíritu se quedó quieto unos segundos antes de ser destruido desde tres direcciones por otros dos clones y el Shirou original.
Nuevamente. Mio observo desde la distancia con una sonrisa.
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—Mmm, que problema, destaca demasiado.
Se quejó levantando el parche que cubría el ojo de Zafkiel. Mirándose en el espejo con una expresión algo amarga. Suspiro cubriéndolo de nuevo.
—Oh bueno, la heterocromia me hace ver bien al menos. —Sonrió con engreimiento en su voz. —Lo espere tanto, y se siente tan genial como espere. No necesito dormir, no necesito comer ni beber, solo necesito mi Reiryoku para seguir viviendo como espíritu.
—Me pregunto si dejarme crecer el cabello para cubrirlo sería buena idea… mmm, esa es tu idea no es así?... —hablo algo solitario mientras salía del baño de hombres.
—¿Shirou-san? ¿Te pasa algo?
—Eh, ¿Sawa-san?
La castaña apareció a su lado con una mano en el pecho. La mirada en su rostro reflejo alto de preocupación viendo el parche en el ojo del chico.
—No, no, no es nada. —Trato de calmarla con una sonrisa en su rostro sosteniendo su ojo.
—No es confiable que un hombre diga eso, ¿Todavía no mejora tu ojo izquierdo?
—Tratare de ignorar eso.
—No evadas la pregunta. —Respondió con una mirada más severa.
—Uhh, si, pero que me pegue algo complicado. (Mio… cada vez te ganas mas mi odio… tks).
—Se oye difícil, espero que mejores pronto.
—Gracias…
…
—¿No quieres ir a mi casa hoy después de clases? Mi tía traerá a un hermanito de Marrón para jugar.
—¿Qué? —Una pequeña expresión de desesperación paso por el rostro de Shirou. —(Mis gusto por los gatos y el de Kurumi se combinó… ¡Maldita sea!) Lo siento, pero… hoy tengo un compromiso que tengo que atender.
—Ya veo. Que pena. Últimamente estás muy ocupado, ¿No?
—Lo siento. Pero, si quieres o si lo tienes disponible puedo ir otro día, ¿Si?
—Si. Por supuesto.
—¡No lo olvides! ¡Sin falta! —Inconscientemente tomo ambas manos de la chica. Sonriendo con emoción sin notar el mini sonrojo en las mejillas de Sawa.
—D-De acuerdo.
Parpadeo ante la respuesta nerviosa de la chica. Agitando la cabeza soltando sus manos escuchando la risa de Sawa.
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—Cuento contigo en esta ocasión también, Shirou.
—Claro, claro. Déjamelo a mi. (Te odio, te odio, te odio, te odio, te odio). Elohim.
El campo delimitado de color morado claro cubrió el área tal como esperaba. Mientras su Traje Astral se materializaba en su cuerpo se volteo al sentir la energía del siguiente espíritu a matar. Y en el momento en que levanto el arma, se congelo ahí mismo en su lugar.
Sus ojos miraron con terror al espíritu arriba de la azotea. Rebosante de llamas ardientes.
Se congelo ahí mismo, con los ojos abiertos de par en par con su cuerpo temblando y con el arma extendida hacia enfrente. Temblando con miedo al igual que todo su cuerpo.
—(No… no... no... no quiero… no quiero hacerlo…). —El tiempo pareció detenerse en ese momento. Mirando de frente hacia el espíritu de fuego que no se movía de su lugar. —(Los espíritus… los espíritus… si, si, eran humanos... eran humanos).
Su respiración se agitó mientras su mirada seguía shockeada. Su corazón latio con fuerza dentro de su pecho. Su brazo tembló todavía sosteniendo el arma con los dedos en el gatillo listo para disparar.
—¿Shirou?
Regreso a la realidad gracias al llamado de Mio. Mirando como el espíritu de fuego estaba yendo en su dirección con claras intenciones.
—(Perdóname… perdóname… perdóname…).
Siguió pidiendo perdón mientras cerraba los ojos, no queriendo ver lo prosiguiente, dando un solo disparo hacia la cabeza del espíritu. Matándolo directamente.
—Buen trabajo. Cómo siempre, yo me ocuparé de los restos.
—Si… adelante.
Camino hacia la puerta para bajar de la azotea con sus ojos oscurecidos por su cabello. Su traje astral termino de desaparecer cuando cerro la puerta detrás de el y se derrumbó en ella.
—Lo siento… lo siento… lo siento…
Sabía perfectamente lo que seguía y lo que se encontraba detrás de la puerta. Siguió disculpándose mientras una lágrima bajaba por su ojo. Tapándose el ojo de Zafkiel con una mano mientras abrazaba sus rodillas con la otra.
—Como, como pude olvidar esto, como pude olvidar que los espíritus eran humanos. —Regañándose solo apretó los dientes molesto consigo mismo. No queriendo abrir la puerta a su espalda porque sabía lo que vería. Sin embargo, sabiendo que era necesario. —… me borrará la memoria, y luego se largara …
Se quedó en posición fetal mientras pensaba. Teniendo una idea, tomo la foto con Sawa que tenía en su bolsillo, mirándola fijamente por unos segundos, suspiro. Escribiendo algo en la parte de atrás. Volvió a ocultarla dentro de su chaqueta.
Levantándose mientras se secaba las pocas lágrimas, Suspiro con amargura. Volteándose hacia la puerta.
—(No te inviertas, no te inviertas, no te inviertas). Mio-san.
Abrió la puerta con algo de dolor y su corazón todavía latiendo con fuerza.
Cómo esperaba, el cadáver de Sawa estaba ahí, todo su uniforme manchado de su propia sangre y Mio a su lado con el cristal de Camael flotando entre sus manos. Su respiración se detuvo mirando el cadaver con muchas emociones diferentes.
—¿Sawa…?
—¿Acaso la conocías? En ese caso, lo lamento. —Mio no necesito voltearse para ver la expresión en el rostro de Shirou, sabiendo sin problemas cual era, solo se levantó sin siquiera mirarlo. —Lastima. Me habría gustado que fuéramos compañeros más tiempo.
Shirou se quedó en su lugar, sin decir una palabra mientras su traje astral aparecía en su cuerpo.
—Los espíritus son humanos que han recibido una Sephira. No, sería más correcto decir que les compartí de mi poder.
Unos quejidos salieron de la boca de Shirou, apretó sus puños mientras el aura de inversión empezó a rodearlo, sus quejidos convertidos en algo cercano a un grito de dolor.
—(… ¡NO!...) ¡Zafkiel, Dalet!
Rápidamente recordando la fórmula de Kurumi para no invertirse, se disparó a si mismo con Dalet deteniendo abruptamente la inversión en su cuerpo. Derrumbando sus brazos mientras respiraba hondo para contener los jadeos.
—Que sorpresa. Saliste del estado de inversión tu solo. Pero me ahorraste trabajo. Es un grave problema que una Sephira purificada vuelva a ser como antes.
—Tu…
—En realidad, las Sephira son incompatibles con los humanos. Si alguien recibe una, no podrá controlar ese poder y enloquecerá. Tal como está niña que mataste. Por eso, para que las Sephira sean compatibles, deben ser purificadas. Se las doy a los humanos y repito el proceso una y otra vez. Esas personas pierden el control, desde luego, pero al final, las Sephira se vuelven compatibles con los humanos.
—Y si un humano con aptitudes recibe una, puede volverse un Espíritu manteniendo la cordura. Tal como tú.
Desde el punto de vista de Mio. Shirou claramente no sabía nada sobre lo que estaba explicando. Pero desde el punto de vista de Shirou, solo era un repaso general de algo que ya sabía.
—Sin embargo, recolectar las Sephira es todo un problema. Es eso, fuiste de gran ayuda.
—¿Porque haces esto? —Sabia la respuesta. Por un amor obsesivo. Sin embargo, eso era algo que quería escuchar directamente.
—No es que los odie. No obstante, hasta lograr mi objetivo, no puedo detenerme. Hasta entonces, dulces sueño, Shirou.
Antes de otra palabra. Shirou sintió un fuerte latido. Desmayándose en ese momento encima de la azotea.
◦❀──────────❀◦
No había nada.
En medio de un agujero, sus ojos se abrieron y observaron con vista borrosa alrededor. Sin encontrar nada más que algo de destrucción y su presencia dentro de un agujero en forma de meteorito.
—..... ¿Que es este lugar?
Soltando un murmuro a la inexistencia, las primeras señales de vida empezaron a aparecer, Pero no de forma mansa.
Cuando noto como mujeres con trajes y espada se dirigían en su dirección, rápidamente entro en su sombra y escapó del lugar, saliendo dentro de una casa destruida.
—¿Que....? ¿Que diablos es este mundo?
Dando un paso, una pequeña foto cayó de su ropa. parpadeando con sorpresa al verse a si mismo en esa foto acompañado por una chica.
—¿.....?
Tomando la foto entre sus manos, su sorpresa vino cuando vio lo que estaba escrito.
"Usa a Yod dos veces, una en la foto y otra en ti mismo"
—....
Sin esperar nada, tomo rápidamente la pistola corta de Zafkiel. Llenandola con la sonrisa que correspondía a la décima bala, hizo exactamente lo que la nota surgirio.
Al hacerlo, suspiro mientras cubría su rostro.
—.... Vete al diablo, Takamiya.
Gruñendo molesto, un gran malestar había dentro de su pecho. Malestar que enterró profundamente, puesto que ahora tenia que preocuparse de otras cosas.
Ahora, acababa de ser involucrado totalmente en la trama de Date a live.