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CAPITULO 94: EL DOLOR DE UN HOMBRE

INKU, asustado, trata de hacer reaccionar a KEKI.

El cuerpo de ella está totalmente suelto, sus ojos están entrecerrados con la mirada fija, perdida.

El rostro de KEKI carece de color, todo su hermoso vestido de color claro está teñido de un tono rojizo.

Hasta el abrigo fue destrozado, hecho tiras en la parte de la espalda.

INKU está demasiado enojado para pensar con claridad.

Estaba convencido de que, KEKI estaría a salvo, tal vez CHONT-SU fuese capaz de herirla superficialmente, pero, nunca lo creyó capaz de herirla de muerte.

La temperatura del cuerpo de KEKI está enfriándose levemente.

Quizá sea por la frescura del agua, quizá sea por su muerte cercana.

INKU la acomoda para cargarla en brazos, conforme va avanzando hacia la salida del lago.

INKU está tan tenso que, no sabe si será capaz de controlarse al entrar en el castillo.

Conforme camina, el peso del cuerpo suelto de KEKI lo inquieta, le hace temblar un poco las manos.

INKU necesita concentrarse en controlar su miedo.

Sigue su camino hacia la entrada del castillo.

Reza para que nadie lo haya visto cuando perdió la paciencia estando CHONT-SU presente y más aun después.

INKU, va controlando su respiración conforme avanza.

Entra al castillo, durante el camino, algunos de los sirvientes que se topa, voltean su rostro triste hacia otro lado, causando más coraje en INKU.

Le molesta la hipocresía, mostrar su tristeza de ver a KEKI al borde de la muerte, sin ser capaces de hacer algo para evitar estos actos de salvajismo.

El camino hacia la alcoba de KEKI se le hace eterno, se siente un poco mareado, como si el camino se alargara.

Hay demasiada humedad en la parte de su estómago y parte baja.

INKU desearía que fuera agua, pero, teme que no lo es.

Cuando ha llegado fuera del comedor, para subir las escaleras.

Puede ver a CHONT-SU, sentado al final del comedor en su silla principal.

CHONT-SU, sabe que INKU está pasando por ahí, pero, no se atreve a voltear, su mirada yace sobre otro lugar.

INKU, de reojo, puede ver la actitud de CHONT-SU, es una expresión nueva para él.

Una profunda melancolía y tristeza dirigida a observar la luz de una vela, en total silencio.

INKU pasa hacia las escaleras, comienza a subir.

Conforme avanza, va dejando un rastro de gotitas y pequeños hilos de sangre que se han deslizado por su ropa hasta sus pies.

Una de las señoras se acerca hacia la escalera para subir, se queda quieta, mirando hacia el suelo.

Ella observa con tristeza, la sangre que va derramando KEKI.

Sigue con su mirada el camino de la sangre, puede observar que viene desde la entrada, eso significa que, la han hecho entrar al castillo.

La mujer, voltea a ver hacia dentro del comedor.

Puede ver la silla principal vacía y la vela apagada humeando.

El rostro de la mujer se entristece casi al borde del llanto, susurra: mi señor CHONT-SU…

INKU, siente alivio al ver que por fin ha llegado a la habitación, como puede abre la puerta a patadas, coloca el cuerpo inerte de KEKI sobre la cama, de lado.

Ninguna de las mujeres se ha acercado a ayudar a curar a KEKI.

INKU tendrá que hacerlo, agarra la parte de la espalda del vestido de ella y lo rasga, dejando desnuda la parte superior.

Puede ver heridas profundas en la piel desgarrada.

También toma un jarrón con flores y agua de una mesita, saca los tallos secos de flores y los pone en un lado, tira el agua y corre al baño a traer agua limpia, se dispone a limpiar la herida, trata de asegurarse de que no hay restos de suciedad para que no se vaya a infectar.

Se mueve lo más rápido que puede, debe vendar la herida y detener la hemorragia.

Las heridas, parecieran haber sido hechas por navajas, pero, él mismo vió aquél ataque, eso lo hizo el poder de CHONT-SU.

Quizá No es un milagro el hecho de que ella siga con vida.

De alguna forma, si él la hubiera querido matar, lo hubiese hecho con facilidad.

INKU, voltea a KEKI boca abajo, toma un vestido limpio y arranca trozos de tela, con ellos, hace presión en las heridas.

En estos momentos ¡cómo le hubiese gustado poder poseer el poder de sanar!

Pasa un largo rato presionando.

Cuando nota que hay menos flujo de sangre, coloca sobre la espalda de ella su pierna para sustituir su brazo.

Con su mano libre, sobre la cama, ha traído una bandeja.

Se las ingenia para traer una vela y encender los tallos secos, de lo que alguna vez fue un ramo de flores frescas que agarró del jarrón.

Deja que se quemen los tallos secos, hasta hacerse cenizas.

INKU, descubre la herida de KEKI, unta la ceniza en la espalda de KEKI, dentro de las heridas y con más trozos de vestido hace tiras largas que usa como vendaje.

Ha sido muy difícil vendarla dada su fragilidad ante tales heridas y evitar que vuelvan a sangrar.

En estos instantes, fuertes ruidos y estruendos llegan desde la torre apartada donde alguna vez fueron apresados OKE E INKU.

Gritos de furia retumban en el castillo.

INKU está preocupado, observa a KEKI, aun en su regazo, en este estado tan delicado.

Con el rostro blanco, sus labios secos, amoratados, la temperatura de su cuerpo, tan fría que, no le sorprendería su estuviera muerta.

Sus signos vitales, casi imperceptibles.

INKU piensa en OKE.

¿y si, no puede salvarlas?

¿si no puede salvar a OKE?

En el castillo, hay movimiento, todos corren a salir del castillo y refugiarse en el ala asignada a ellos.

Todos saben que no deben cruzarse en el camino de CHONT-SU cuando está enojado.

Podría matarlos sin contemplaciones, sin importar quien sea.

INKU, desea quedarse con KEKI, mas no debe descuidarse, no es normal que, él, siendo un sirviente, haga más de lo que le puede ser asignado, además, debe vigilar a OKE y a los demás.

Muy a su pesar, recuesta a KEKI de lado, por si llega a toser, no se vaya a ahogar con su sangre.

INKU, va por el castillo, hay un total silencio, no ve a nadie por ningún pasillo.

Llega a la cocina, puede ver que todos están refugiados ahí, incluso los que a esa hora tienen tareas fuera, en los jardines o establos.

El rostro de todos es preocupante, sí, hay temor, lo que más le inquieta es que, en otros rostros, solo hay tristeza.

Las dos mujeres están en total silencio.

En la torre, está CHONT-SU, dando puñetazos a las paredes, lastimándose las manos y sangrándose los puños, ya que no está empleando ningún poder en absoluto.

Derrumbando, la torre de paredes gruesas poco a poco.

Al cabo de unas dos horas, queda la torre echa escombros.

CHONT-SU está ahí dentro, de pie, cansado, desaliñado.

Pareciera que ha aliviado su malestar, pero, de pronto lo asalta la impotencia mientras se mira sus manos heridas, al ver la sangre, le tiemblan sus manos, la primera imagen que se le viene a la mente es la de KEKI, dentro del lago, rodeada de sangre.

CHONT-SU pierde la compostura y se deja llevar por su dolor, derramando lágrimas en medio de gritos de furia que, se van apagando, CHONT-SU queda arrodillado, solo, en desconsuelo.

Una de las señoras ordena no salir a nadie.

El señor CHONT-SU no debe toparse con nadie o matará a todo aquél que vea.

Así que, al salir de la cocina, deberán encerrarse en sus habitaciones hasta que ella les ordene salir.

Nadie objeta nada.

Todos los presentes van saliendo a sus habitaciones en silencio.

En la zona montañosa, NEMU Y FALCOR están todavía en la caverna.

Han pasado dos días desde que ella vive con él.

NEMU está contenta con FALCOR quien está junto a ella empacando unas tiras de carne.

FALCOR le explica el camino que van a recorrer, es extremadamente exigente físicamente, pero, es más rápido y seguro que en la superficie.

NEMU se concentra en cuestionar su cuerpo, el vientre aún le duele y sus brazos y piernas no pasan por su mejor momento, pero, cree poder soportar un recorrido, aunque no está tan segura.

FALCOR, al notar su silencio, baja un poco la mirada, un poco avergonzado.

Declara también sentir un poco de dolor físico en estos días, pero, si ella aún no se repone, pueden esperar un par de días más.

NEMU recuerda a FALCOR caminando lento el primer día, o sobando su vientre unas horas después de su primera noche juntos.

Esto la hace reír a carcajadas, para ella, eso le pareció un tanto tierno de parte de FALCOR, que, trata de verse rudo ante ella.

Con los días, sus encuentros íntimos han sido más placenteros y menos dolorosos para su cuerpo.

FALCOR se acerca a ella y la abraza.

NEMU corresponde al abrazo y piensa que, no pudo pasar mejor cosa en su vida.

fin de capitulo 94