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CAPITULO 61: EL DESPERTAR DE UN ANGEL

KIRO sigue abrazado a su hija.

Le pide que tenga paciencia, debe concentrarse en tratar de enviar el poder de su estrella a KEKI.

Lo ha estado intentando desde hace rato.

NEMU se está desesperando, el dolor del veneno no le deja concentrarse.

Ella piensa en lo patética que es, siempre creyó que era muy independiente, que era fuerte y creía en su fuerza física, en que era capaz de proteger a todo un reino.

Era el ejemplo a seguir de muchos en su reino.

Piensa que fue muy ilusa.

Es solo una princesa mimada.

Ella no creció en las praderas, luchando cada día por sobrevivir, siempre estuvo a salvo, es ahora, en la travesía que, estuvo en peligro verdadero.

Es ahora cuando es probada su valía como guerrera.

Siente vergüenza.

Se siente impotente por no poder sacar la estrella, de hecho, no sabe cómo puede llegar a hacerlo.

NEMU recuerda a NAINARI, cuando luchaba aquél fatídico día en que el poder del mal se hizo presente en el castillo.

Siente que, su consciencia, está cayendo en un sueño, escucha la voz de NAINARI.

Ella le pide que sólo piense en dar su amor a KEKI para que la estrella la pueda darle el poder que necesita, es su sobrina después de todo, su familia.

Siente que su madre besa su frente, hecho esto, una poderosa luz sale del cuerpo de NEMU que, pierde la consciencia en brazos de su padre y ésta luz se impregna en KEKI.

AISU grita furioso.

No estuvo al tanto de lo que KIRO hacía.

Lanza su poder sobre KIRO y NEMU, KIRO cubre con su cuerpo a NEMU y resulta herido, al menos le tranquiliza que su hija no recibió los ataques.

KIRO ahora sabe que KEKI ahora está completa, es la estrella que alguna vez fué de NAINARI.

Gracias al amor que les dejó, nace una nueva esperanza.

Los que están cerca de KIRO, le preguntan ¿qué está pasando?

AISU está por llegar hasta KEKI, sabe que fue un error haberla dejado con vida.

AISU descarga su furia sobre KEKI, pero, el poder que la rodea no permite que la toque.

Ella se está levantando, con su mirada perdida.

WAPURO murmura que hay un poder oculto despertando dentro del corazón de KEKI, ella recuerda que en una de las leyendas que hablaban de CHOSEN, cuentan que algún día despertaría la descendiente directa del ángel que bajó del cielo para vivir entre los hombres, aquél que, al tomar a una compañera, trajo al mundo a la PRINCESA DE LOS MIL AÑOS.

LA PRINCESA SATORI, ahora sabe que KEKI es una descendiente directa de su hija, aquella pequeña que le fue arrebatada hace 1,000 años.

El castillo comienza a temblar por la presión que causa el poder que choca de AISU contrarrestando con el de KEKI.

La barrera de luz que rodea a KEKI está por colapsar.

KEKI se ha puesto de pie, con la misma condición de ausencia, ella alza su mano al cielo, un poderoso rayo parte el techo del castillo, los integrantes del equipo luchan por evadir las rocas que alcanzaron a caer del techo.

Las nubes negras se forman agolpándose, hacen caer la lluvia que se cuela dentro de la habitación del trono, un potente rayo cae sobre ella.

En su mano aparece una delgada y larguísima espada con el sello de CHOSEN, la mirada de KEKI se nubla, como si estuviera fuera de sí, se han aislado sus sentimientos y dolores.

KEKI se lanza contra AISU con una fuerza descomunal, como la de AISU.

SATORI está desesperada, de cierta forma son padre e hija luchando por quitarse la vida uno al otro.

SATORI, ahogada en llanto le grita a AISU que ella es descendiente de su hija, la hija que SATORI tuvo de AISU.

Esto impacta a AISU, él nunca supo nada de eso.

Mira a SATORI, al ver su mirada, sabe que ella no miente.

AISU mira a KEKI que viene a atacarlo de nuevo.

El alma de AISU dentro de aquella forma demoníaca, comprendió que, la joven que tiene enfrente, es el vestigio que quedó de su hija a la que no tuvo la suerte de conocer, su hija con SATORI.

De la cuál no sabía de su existencia.

Fue un instante, AISU miró a KEKI con un infinito amor mientras retomaba su forma humana, no había vuelta atrás, hay pecados que deben pagarse.

Ante el giro de la espada para cortar a AISU por el pecho, AISU no se defendió, sólo escuchó los gritos de dolor de SATORI al saberlo herido de muerte.

AISU no se defendió.

Mientras KEKI ha quedado junto a AISU, su cuerpo se va disolviendo en pequeños destellos de luz roja, la voz de AISU se escucha.

El pide a SATORI que lo perdone, no pudo cumplir su promesa de hacerla feliz.

AISU, rompe los hechizos del veneno sobre todos, instante después, su cuerpo es destruido por completo.

SATORI grita desgarradoramente de dolor.

Del portal sale una mano inmensa que se dirige hacia la PRINCESA SATORI.

KEKI reacciona al instante y se lanza hacia dentro del portal con su espada, a pesar de los gritos de sus amigos para que no lo haga.

Al entrar al portal, éste se quiebra y se desintegra.

TOIRE grita desesperado el nombre de KEKI golpeando el suelo, impotente.

Hay una gran conmoción, están rodeados de muerte.

Poco a poco, los vestigios del veneno van desapareciendo en todos.

TOIRE no escucha a nadie a pesar de que INKU y KIRO le hablan.

WAPURO pide a NEMU que vaya con la PRINCESA SATORI.

Ya que, ella tuvo una poderosa y pura estrella, quizá pueda abrir la burbuja de cristal que tiene cautiva a la PRINCESA.

NEMU con trabajo, llega hasta la PRINCESA.

WAPURO pone la mano de NEMU sobre la burbuja y pide a NEMU que le de libertad, NEMU hace algo parecido a lo que hizo con KEKI, surte efecto, la burbuja va desapareciendo.

La PRINCESA sale de ese espacio- tiempo, está muy desconsolada.

El castillo comienza a temblar, se está derrumbando, como si la burbuja estuviera atada a un hechizo de auto destrucción.

Hay muchos heridos, los que están menos heridos ayudan a los demás.

Tratando de ganarle terreno evitando los pedazos de roca que caen de las paredes del techo del castillo.

Entre los pasadizos en los que tuvieron que abrirse camino con ayuda de la PRINCESA.

Ella es poderosa pero su poder no es inclinado a lo destructivo.

Ella domina la tierra para abrirles camino.

Logran salir fuera del castillo, a la ciudad donde, el temblor no afecta tanto.

Han logrado salir vivos, mas no ilesos.

El que está fuera de sí es TOIRE, ha tenido que ser guiado por ESU.

INKU está muy mal herido, sólo con ayuda de KIRO ha podido caminar hacia el sitio seguro.

TOIRE no reacciona a su entorno, por más que le hablan.

Está ensimismado con su aflicción, su amor.

Su gran amor.

Lo ha perdido y no puede hacer nada al respecto.

Comienza a llorar de coraje y desolación.

Ni si quiera sabe si ella sigue con vida, él, grita de coraje, hincado en aquél paraje.

Golpea el suelo con la poca fuerza que le queda.

SATORI se siente igual.

Su amor, su gran amor y su gran dolor, AISU, lo perdió para siempre.

SATORI llora devastada.

UISUKII la abraza.

FIN DE CAPITULO 61