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CAPITULO 5: VELADOR DE SUEÑOS

El joven, empieza a abrir el botón del cuello de la chica con nerviosismo, le preocupa que vuelvan y lo que ella pensara si despierta en ese momento, el, mira el rostro de ella, tiene pestañas largas, ceja delgada, labios azulados por la falta de calor en su cuerpo, el rostro de una niña.

Mientras abre el segundo botón, mira el sello de la coraza del libro, al abrir el botón, su corazón se acelera, es la primera vez que verá desnuda a una chica, cierra los ojos al tocar el tercer botón, lo abre, abre sus ojos, abre el costado del vestido, solo falta un lado, suelta la cinta que ata el costado del vestido, con mano algo temblorosa, abre la toga de par en par.

Debajo ha visto el traje que la hace lucir muy hermosa, es un poco entallado, le alcanza a delinear la figura y ve que está totalmente bañado en sangre del pecho al vientre, una preocupación profunda invade la mente del joven, el vuelve a ver botones de nuevo, los abre con rapidez aunque le tiemblan las manos, abre poco a poco muy apenado, pero, su necesidad es mayor, al destapar un costado de la parte delantera del traje reacciona, es tonto perder el tiempo así, ella necesita ayuda, el no ve heridas, destapa el otro lado, el cuerpo de ella está desnudo, entre la sangre, localiza la herida bajo el pecho, es una herida profunda que no deja de sangrar, parece que fue una cuchilla, la parte buena es que su piel se toca menos fría y eso es un cambio positivo, gracias a la fogata.

Toma el agua de la botella que había sacado de su mochila y mira a la joven a la cara, se concentra en echar esa agua a la herida y ella se estremece un poco, al menos esos es bueno, siente dolor, el joven se disculpa y le dice que va a dejar de sangrar con eso, el saca de su mochila un trastecito pequeño y machaca unas hierbas que trae en la bolsita de sus cinturón, las coloca en la herida, corta más tiras de la capa, la toma con cuidado y la levanta a medio sentar recargada en su rodilla, la venda, hecho esto, la recuesta su ropa está totalmente húmeda y manchada, no quiere que se infecte, en tal estado no soportaría un infección.

Saca de su mochila una camisa de el y la viste.

Batalló mucho, pero lo hizo, la camisa no es larga, pero ya que su traje está húmedo, es una mejor opción.

La cubre con la manta que la cubre hasta los hombros, al cabo de unas horas, el joven, ha cocido el conejo ya sin piel, la mira de cerca, está junto a ella, de alguna manera le inspira ternura, quizá por lo vulnerable que está, le acaricia su cara y ve que tiene fiebre todavía, al tocarle la frente ella reacciona levemente, un momento después, ella abre los ojos con la mirada fija al frente (el techo de la cueva) y susurra apenas audible: el libro…el joven le pide que no hable, si se esfuerza sangrara otra vez, en realidad es increíble que siga viva.

Ella susurra por el libro otra vez, el joven se apresura a decirle que ahí esta y los rollos también, le pide que descanse, ella se desmaya otra vez.

El joven algo contrariado, piensa: ¡diablos, necesitamos irnos!

Si esos hombres regresan, en verdad no cree salir bien de esto otra vez.

No sabe si la fiebre es por el choque de temperatura o si ya hay infección, ojalá que no, ella no sobreviviría.

Se siente atado de manos. Dejará pasar un par de horas.

Se concentra en ella, ¡quién es? (la voltea a ver) una CHOSEN sin duda, eso lo sabe con tan solo verla, y lo confirma con la carga que ella traía, otra opción es que sea una ladrona disfrazada y ellos son los que vienen a recuperar aquellos tesoros… pero, de todos, la única persona que parece ser de un templo es aquella mujer, en su opinión, no parecía tener buenas intenciones… además, esta chica (mirándola) no parece ser una ladrona… y es obvio que la quieren muerta y desean las cosas que ella protege.

Él jala su mochila y saca el libro, es imponente a la vista y muy pesado, toca la coraza.

El piensa que es claro que ese libro es muy importante para ella, toma el libro en sus manos y lo examina, tiene una inscripción con caracteres como líneas incompletas.

En el libro surge una luz tenue que lo inquieta, ojalá no se vea para afuera, nota que se están completando los caracteres de la escritura con esa luz dejando salir un poco de poder.

FIN DE CAPITULO 5