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CAPITULO 45: CUANDO SE PIERDE LA VOLUNTAD DE VIVIR

El capitán dice que parece ser una niña valiente, cualquiera en su lugar, habría llorado al estar sola.

Estas palabras llegan al corazón de OKE.

Ella piensa que nunca se sintió mas en paz.

El capitán acerca la mesita con la comida muy cerca de la cama para que la niña la pueda usar.

La invita a comer.

OKE, algo dudosa, comienza a comer, le emociona lo delicioso que le sabe la comida, esto pone contento al capitán.

Le dice que sí, la cocinera del castillo, cocina delicioso.

Mientras comía, el capitán, quiere aclarar la situación de la niña.

El capitán, le pregunto, si ¿andaba perdida y/o donde quedaba su hogar?

Ella dejo de comer, su mirada se nublo, el hombre luego de un momento, entendió su situación, posiblemente huyó de su hogar.

A juzgar por sus ropajes, tuvo una mala vida, el capitán, tranquilizándola, le garantiza que, decidió no volver a preguntar, la niña se veía algo desvalida mas no asustada, de hecho, algo molesta, el hombre asumió que había pasado por mucho, la invita a hacer las pases y que siga comiendo porque, deberán hacer otras cosas después.

OKE lo mira interrogante.

El capitán le dice que una de esas cosas es ir a comprar ropa para ella, ahora que está en el castillo, deberá portar ropas adecuadas.

El capitán, la acogió como su escudero, ella debía aprender muchas cosas para complacerlo y serle de ayuda, volverse un buen soldado.

OKE, siente gratitud con aquél hombre, ahora le ha dado un trabajo y con ello, un hogar.

No sabe lo que es ser un escudero, pero hará lo mejor que pueda.

Con el tiempo descubrió que el capitán no tiene familia, solo sabe que si tenía una esposa e hijos.

El capitán tampoco habla de eso.

Pero, a veces le cuenta cosas que vivió con sus hijos cuando eran pequeños.

No decía que eran sus hijos, solo los llamaba por su nombre.

Y, cuando hablaba y recordaba momentos, se le iluminaba el rostro, había amor en aquellos recuerdos, aunque, algunos de ellos, terminaban por hacerlo llorar.

En ocasiones salían del castillo y visitaban la aldea natal de su padre (donde murió), el vigilaba que en el pueblo hubiera orden y ayudaba en lo que podía, era viudo, tanto como su esposa, sus hijos fueron asesinados en venganza hacia el.

Esto lo supo por los aldeanos.

Ellos consideran que, ha sido su mayor dolor, y, el hecho de adoptar a OKE, fue como una nueva oportunidad de tener una familia... una hija, OKE, a su lado, era feliz, no imaginaba que un padre pudiera ser así.

Que un padre cuidara, amara y educara con respeto. S

u padre, el capitán, entrenaba constantemente a caballo para las batallas, para ella, su trabajo consistía en ayudarlo con su armadura, alimento y caballo, así como de sus uniformes y armas.

Además de cuidarle la espalda, fue él quien la entrenó para la batalla.

Era sabio para aconsejar y estricto para enseñar a combatir.

De pronto, sus recuerdos cambian, se ve en guerra, OKE corriendo en plena batalla cerca de su padre que viene a caballo, al cual le entierran la lanza por detrás, la lanza, le atraviesa el cuerpo, ella ve eso horrorizada, ella está pecho tierra ya que, iba en camino a darle un arma por la que el pasaría montado.

Esa escena se congela.

OKE se pone como histérica, se habla mentalmente, se dice así misma que no está pasando, el miedo se apodera de ella y se encoge como niña.

Llora histérica, esa es la escena donde su padre murió en la batalla de la aldea.

Su padre era su todo.

OKE escucha la voz de su padre que la llama por su nombre y le dice que, es tan fuerte y ruda como el, que llego a su vida para darle la fuerza para crecer con ella.

Que, debe soltar su pasado, que no viva en el pasado.

Ella es tan fuerte como se lo proponga, él lo sabe y ella también, él tiene fe en ella.

OKE, llorando le dice que, lo extraña mucho, demasiado.

Se queda llorando.

El escenario se pierde en la oscuridad, de la nada, sale una gran planta con tentáculos de espinas que envuelven a OKE, los tentáculos picudos se le clavan en la piel causándole mucho dolor.

OKE no tiene la voluntad de resistirse y luchar.

Ella grita de dolor, las espinas le rasgan la piel haciéndola sangrar, pero, ella, ya no grita y aunque quiere soltarse parece que va perdiendo la fuerza y la voluntad, hasta ya no sentir dolor.

OKE piensa (cerrando los ojos) que, si esa es la muerte... es muy cálida.

Cuando está a punto de perder el sentido, escucha la voz de su padre: hija, creo en ti... ¡¿nos dejarás morir?! ¡¡¡OKE!!!

Ella escucha el grito, abre los ojos como despertando de un sueño y con fuerza, casi furia se logra zafar trozando sus ataduras y gritando con mucho coraje.

A pesar de desgarrar su carne en el proceso.

Se ha soltado, cayendo de rodillas, tomando aliento.

Una luz tenue la inunda y OKE despierta de su sueño bañada en lágrimas, INKU está cerca, corre hasta ella, se arrodilla y la abraza, ella llora soltando toda su angustia acumulada.

INKU la consuela en silencio.

INKU mira hacia donde se encuentran los demás.

FIN DE CAPITULO 45