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CAPITULO 133: ¡YA VIENE!

Días después, es una mañana normal, hace un poco de viento, aunque hay humedad en el aire.

TOIRE se encuentra pescando en el río principal, no muy lejos de su casa, río arriba.

KEKI está a menos de un mes de dar a luz, ella se ocupa de ir de vez en cuando al huerto a recoger vegetales, a pesar de que TOIRE trata de hacerlo en las tardes.

KEKI, al ver que le faltaban unas papas y tomates para su guisado, toma una de las canastas.

Sabe que TOIRE vendrá hasta la tarde y ella quiere tener la comida hecha para cuando él llegue.

De otra manera, se hará de noche muy pronto.

Al salir, KEKI nota mucha humedad en el aire, el viento ha arreciado, está arrastrando las nubes hacia esta región, es seguro que una tormenta se acerca, espera que no llueva demasiado, cuando eso sucede, el río se crece mucho y hay algunas inundaciones en el pueblo que está río abajo.

KEKI se dirige hacia el huerto, ella piensa en TOIRE, desea que él vuelva a casa pronto.

KEKI está dentro del huerto, ella se agacha un par de veces y va recogiendo algunos tomates, se hinca sobre un montón de tierra para escarbar y sacar las papas de la tierra.

KEKI piensa en lo que batallará para levantarse, no es fácil con una barriga tan grande.

Tal vez gatee hasta el cerco, está cerca.

KEKI saca las papas, ella piensa que el caldo le vendrá bien a TOIRE ya que, está algo fresco el clima, es probable que llegue empapado y con frío.

KEKI, trata de levantarse, escucha unos ladridos que vienen hacia su dirección, quizá uno de los perros (de tamaño grande) del poblado, que está muy cerca ha sido atraído por alguna razón.

KEKI gatea hacia el cerco y se ayuda apoyándose para levantarse.

Al salir del cerco del huerto, alcanza a ver al perro que viene en su dirección.

KEKI se aleja del cerco para volver a su casa, nota al perro inquieto, como si persiguiera algo.

De pronto, siente cómo algo se cruza entre sus pies, viene con tal fuerza que, ella, por el peso de su barriga, pierde el equilibrio, se tambalea, luego, siente cómo algo de gran tamaño la embiste por detrás y cae sentada.

Ve cómo el perro sigue su loca carrera persiguiendo a una ardilla, entiende que fue el perro lo que la hizo caer.

Un dolor punzante se clava en su bajo vientre.

Luego, un dolor que empieza desde la parte delantera de su vientre se va recorriendo por ambos lados hasta su espalda baja, clavándose ahí.

KEKI, asustada, sabe que esto es muy malo.

Ella pide a su bebé que se espere, aun no es tiempo.

De pronto, se escucha un ruido parecido a un silbido ahogado, al instante se siente muy húmeda debajo de su ropa entre las piernas, ella, de inmediato se toca la zona, al acercar sus dedos a un lugar visible a sus ojos, puede ver que se trata de algo transparente con sangre.

Se le ha roto la fuente.

Otro lapso de dolor la ataca.

KEKI, siente como si el dolor rebotara en su cabeza, su vista se distorsiona y un mareo se apodera de ella a partir de este momento.

KEKI le habla de nuevo a su bebé.

Le pide que no se apresure a nacer en el huerto, también le pide que no la sane.

El dolor es punzante, casi le quita el aliento, aguantar las ganas de gritar, KEKI aguanta a que pase el dolor.

Luego, con la respiración entre cortada y los labios resecos, KEKI trata de levantarse, mira hacia el cerco, ahora le parece tan lejano.

KEKI se siente desolada.

Ella piensa en TOIRE, ojalá regrese pronto.

KEKI trata de levantarse, pero, otro dolor que le camina desde el vientre hasta la espalda se lo impide.

Está sudando mucho.

Sabe que no podrá levantarse, así que, comienza a arrastrarse hasta la casa lo más rápido que puede, solo deja de avanzar cuando el dolor la ataca.

Poco a poco logra llegar a la casa, ella se agarra del marco de la puerta.

Concentra su fuerza para levantarse, en ese momento, otro espasmo hace que se doble de dolor en la entrada.

Trata de no gritar, cada vez son más frecuentes y con más intensidad.

KEKI, con lágrimas en los ojos, le habla a su bebé, le pide que esté tranquila.

Mamá está aquí.

Ella la traerá al mundo.

Cuando KEKI logra sentarse en una silla, la ataca otro de los espasmos, este le saca un chillido de lamento.

KEKI piensa en lo patética que es en ese momento, promete ser fuerte.

Con mucho trabajo, se levanta ayudándose de la pared para llegar a la cocina. Dando un grito ahogado por el esfuerzo.

En el río, TOIRE se prepara para regresar a casa, ha habido buena pesca, pero, el clima no le agrada, lloverá, lloverá mucho.

TOIRE observa el cielo con detenimiento, puede darse cuenta de que no solo es lluvia, se está formando una tormenta.

Ha empezado a llover gotas grandes, en pocos minutos, TOIRE empacó su cargamento, la lluvia de deja caer abundante.

TOIRE apresura el paso.

En la casa, KEKI está en la cocina, sentada en una silla junto a la estufa.

Ella tiene una tina con agua, mete dentro una olla mediana, siente que le tiemblan las manos, la olla se le cae dentro de la tina, KEKI se levanta para poder tomarla de nuevo, casi logra sacarla, cuando, le da otro espasmo que la hace doblarse, ella toca el vientre con una de sus manos, pide tranquilidad a su bebé, le pide que se mantenga serena, ya falta poco.

KEKI sabe que no logrará sacar la olla de la tina, sabe que tiene poco tiempo.

Aguanta el espasmo, dejando salir un sonido como el chillido de un gato.

Se ha puesto colorada y sigue sudando frío.

KEKI, siente cómo el poder de sanación de su hija le causa un gran dolor físico, como si miles de agujas se clavaran en su cuerpo.

KEKI, deja salir un grito de desesperación, pide a su hija que se calme, le ruega que deje de sanarla, la lastima.

Luego, de un rato, el poder que la bebé ejercía en su madre, va cesando, KEKI se había esforzado por resistir el dolor, así que, había tensado su cuerpo, causando que la sangre brotara de nuevo de su entre pierna.

En cuanto puede moverse, KEKI acerca toallas y cobijas a la cama y se empieza a acomodar en la cama.

Está temblando de frío y suda profusamente.

Se le comienza a dificultar la respiración ya que tiene el corazón muy acelerado.

Ella no había volteado a ver en piso desde que llegó, al sentarse, puedo ver que hay sangre regada por todas partes en que ella estuvo caminando.

KEKI piensa que, en otras circunstancias… mas ciertamente en el pasado, cuando no conocía el amor que TOIRE le mostró, no le hubiese importado otra vida si pudiera sacrificarla para seguir con vida, para cumplir su propósito.

Ahora, ella será madre, no es un lujo que una madre pueda darse.

KEKI se ha recostado en la cama.

El nacimiento de su hija es inminente, TOIRE, se había preparado arduamente para ayudarla en el parto, pero, no está.

KEKI tiene escalofríos.

Como puede, se enreda las cobijas entre sus pies.

Se prepara mentalmente para parir sola.