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CAPITULO 101: EL AMOR DE UNA MUJER

En la cena, las dos señoras, personalmente atienden a la pareja, repartiendo los platillos.

INKU está extrañado, esta vez no está lleno el comedor de principio a fin.

Es una cena muy variada, pero sencilla en comparación con la otra ocasión.

Al estar en plena cena, KEKI hace un puchero ¿por que CHONT-SU se ha sentado lejos?

Él, al verla en esta actitud, le obsequia una sonrisa, se levanta de su lugar y camina hacia un lado de su amada, se sienta en la silla contigua para continuar la cena.

Los sirvientes ofrecen llevar la silla principal.

CHONT-SU desiste, les pide que lo hagan para el desayuno.

Durante la cena, KEKI habla con CHONT-SU de cosas que le consta que no han pasado, al menos no frente a INKU.

También, besa a CHONT-SU en cada ocasión que puede, ya sea en las manos, mejillas o en los labios.

Durante toda la noche, KEKI fue llamada por un nuevo nombre: AMELIA.

Terminada la cena, se levantan.

INKU se aproxima a KEKI, observa que, CHONT-SU le ofrece su brazo a KEKI, ella lo toma y se alejan caminando hacia las escaleras.

INKU los sigue a distancia, como lo hace un sirviente, al llegar fuera de la habitación de KEKI.

CHONT-SU se dirige a INKU, le da la orden de ayudar a los demás en el castillo.

Desde ahora, él se ocupará de la señora AMELIA.

Dicho esto, entran a la habitación, ella continúa hacia adentro, es CHONT-SU el que se da la vuelta para cerrar la puerta, con la mirada fija en INKU.

A INKU se le hela la sangre.

¿Por qué CHONT-SU va a dormir en esa habitación?

Supo que las mujeres han estado arreglando el aposento de CHONT-SU, pero, eso no justifica que, él vaya a dormir en la de KEKI.

Esto no augura nada bueno.

Esa noche, KEKI ha salido del baño, recién bañada, ve a CHONT-SU recostado, sin ropajes en la parte superior, en un extremo de la cama.

Ella se está secando el cabello con una toalla.

Lo observa con nostalgia, atina a decir que lo extrañó mucho.

CHONT-SU reacciona.

Ha notado que, AMELIA, habla un poco extraño, como si supiera que hace mucho que no se veían, y a veces, cree que el tiempo ha corrido de largo, sin la larga ausencia.

KEKI se va del lado de la cama en que está CHONT-SU, y sentándose muy en la orilla, le pide que le haga espacio, a pesar de tener todo el lado opuesto desocupado, la cama es muy grande.

Ella se recuesta en un lado de él.

Lo obliga a quedar en el centro de la cama.

Hecho esto, se recuesta a su lado, poniendo su cabeza recostada en su pecho.

Ella entrecierra sus ojos, hay silencio, con voz baja, KEKI pide a CHONT-SU: ámame.

CHONT-SU la voltea a mirar, ella sube su cabeza para encontrarse con su mirada.

Él está un poco indeciso, sabe que, aquella mujer tiene otro cuerpo, otra alma.

Parte de él, se arrepiente mientras besa a AMELIA, en su mente, no solo la besa a ella, sabe que también es KEKI.

AMELIA llena el cuerpo de CHONT-SU de besos, en el pecho, espalda y brazos.

CHONT-SU, se pierde entre los besos recibidos y entrelaza su cuerpo con el de AMELIA.

Besa cada parte de su cuerpo, entre caricias, pausas, en el deleite del rose de sus manos.

En una lucha, en la que el poder del tacto se une con la memoria de la piel.

CHONT-SU se entrega en cuerpo y alma a su esposa AMELIA.

Durante los siguientes días, las 3 comidas las dieron, en el comedor, juntos, con las sillas contiguas.

En alguna de las ocasiones, AMELIA insistió en ayudar en la cocina, incluso hizo ir a CHONT-SU a la cocina a comer con los cocineros.

INKU llegó a verla, en los patios, repartiendo trozos de pastel que ella misma hizo.

Una de las veces en que INKU estaba cortando leña, KEKI se acercó con una jarra con agua y le ofreció un vaso, INKU no pudo reconocer a KEKI por la actitud y mirada tan pura de aquella mujer que tenía enfrente.

Sin lugar a dudas, era AMELIA.

INKU, tomó un vaso con agua.

Ella ofreció más, INKU, desistió, si tomaba más agua, seguro tendría nauseas y no podría terminar el trabajo en ese rato.

KEKI ser ríe, se disculpa con él, por haber imaginado el comentario.

KEKI, se retira.

INKU está completamente seguro, esa persona, ya no es KEKI.

INKU sigue cortando leña, de pronto, nota que ha pasado algo desapercibido, recuerda todos los momentos en que ha visto a KEKI desde que salió de la habitación.

En todas las ocasiones, lleva puesto un prendedor en el cabello.

INKU no está seguro, pero, cree que esto tiene que ver con el cambio de KEKI.

Una de las tardes, KEKI Y CHONT-SU, están de paseo en el lago, ella juguetea con él, lo abraza, platica, se ve contenta.

Se agacha y corta unas flores, las regala a CHONT-SU, al cuál, le roba sonrisas.

Es tantas las veces que ha visto sonreír a CHONT-SU, que, le cuesta trabajo recordar el rostro sombrío que poseía.

Es un hombre felíz.

AMELIA, ha podido ser capaz de sacar toda la ternura de un hombre enamorado.

INKU los vigila de cerca, es el encargado de la seguridad de KEKI después de todo, ese cargo le fue asignado desde que llegó.

KEKI besa mucho a CHONT-SU, lo abraza con cariño.

Todos, en el castillo, trabajan muy felices, pareciera que se trata de otro lugar.

INKU pone atención al exterior del castillo, todas las paredes, en exterior e interior, fueron pulidas, recuperando su brillo.

Las largas cortinas de los ventanales, fueron abiertas, entra mucha luz en el día, el color de las cortinas es blanco.

Hay mucha vida con las enredaderas y plantas colocadas por todo el castillo.

En una de las ocasiones en que está en la cocina, OKE platica con los sirvientes, les pide que le cuenten ¿cómo era EL CIELO en el tiempo en que estaba la señora AMELIA, antes de irse?

Los que están comiendo, hacen una breve pausa entre comidas.

Ellos, recuerdan que, en ese tiempo, todo EL CIELO vivía en armonía.

El amor de la señora AMELIA Y el señor CHONT-SU, era tan grande, que, toda la dimensión rebozaba de abundancia.

CHONT-SU era muy feliz a su lado...

Después de eso... (todos recuerdan con tristeza la muerte de AMELIA), el señor CHONT-SU lloró mucho tiempo su muerte hasta que sus ojos se secaron junto con su corazón.

Fue entonces que, el yugo cayó sobre todo EL CIELO.

Con esta nueva oportunidad, ellos, llenarán de luz el castillo, como a la señora AMELIA le gustaba.

Por primera vez en 1,000 años, el castillo, ha ido recuperando su majestuosidad, resaltando la belleza oculta por las sombras.

OKE pregunta, ¿cómo es que ellos están vivos si han pasado 1,000 años?

Una de las señoras, contesta suavemente.

Esto es debido al lazo que tienen con el amo CHONT-SU.

La longevidad depende de la vida de su amo.

El tiempo queda congelado al momento de hacer el pacto.

INKU está callado.

Luego de la cena, se retiran a sus habitaciones.

FIN DE CAPITULO 101