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Casi Tan Peligrosa Como Bowers

Sasha Jones es una chica independiente. No le interesan los demás, solo quiere irse de Derry. Un pueblo muy alejado del estado. Sus padres creen que debería ir a un reformatorio. Pero ella no se dejará tan fácilmente. Le gusta vestir de negro. Chaquetas de cuero color negro, pantalones jeans ajustados color negro y botas color negro. Pero eso si, nunca hacen falta las muñequeras.

Mileven134 · Otras
Sin suficientes valoraciones
10 Chs

Un payaso bailarín.

Patrick- Wow. Wow... ¡Tranquila, princesa!.

Sasha- ¿¡Tranquila, tranquila!?- sonaba como una loca, pero en el fondo yo tengo razón. Eso creo...

Henry- Linda... ¿que pasa?. Digo, pensé que querías tener... relaciones con nosotros. O al menos conmigo.

Sasha- Solo contigo. Pero... ahora que Patrick iba a empezar... tuve que adelantar lo planeado.

Henry- ¡Ja!. ¡En sus caras, idiotas!.

Patrick- ¿¡Estas loca!?.

Sasha- Mira, Patrick. TU no puedes hablar mucho. ¡Eres un psicópata con todas las letras!.

Victor- ¿¡Pueden dejar de pelear!?.

Belch- Si, ¿que mierda quieres a cambio de que no nos mates?. O NO me mates.

Victor- ¡Ey!.

Henry- ¡Maldito!.

Patrick- ¡Puto gordo travestí!.

Comenzaron a insultarse y a darse pequeños empujones. Yo solo los miraba confundida y me preguntaba ¿ni cuando los apuntan con una pistola paran?¿que, tengo que apuntarlos con una 43?.

Sasha- ¡Basta!. Quiero mi diario.

Henry- Bueno, bueno, esta bien. Te lo daremos. Patrick... ve a buscar el diario.

Sasha- Si, y no se te ocurra hacer nada estúpido- Patrick corrió hacia el diario, mientras pensaba en qué haría ahora. El lo único que quería es tener sexo conmigo.

Victor- Bueno... ahora que Patrick se fue. ¿Alguien sabe por que es que la habitación de Patrick parece la de un drogadicto?.

Belch- La verdad... no lo se. I don't not. I don't not.

Henry- ¿¡Puedes dejar de hablar en inglés!?- preguntó Henry enojado.

Belch- That because?.

Henry- ¡Belch!¿¡Podrías parar!?.

Belch- Ash, idiot. Can't appreciate English.

Sasha- ¡¡PARA!!.

Belch- Okey, Okey. Voy a parar. Pero no me mates. Tengo mucha vida que vivir.

Henry- Y comida que comer- Belch le lanzó una mirada amenazante a Henry, este solo lo miró burlón y volvió a mirarme- Sas, ¿sabes que sigues desnuda, verdad?.

Sasha- Si, ¿y?.

Henry- Tienes... unas hermosas tetas. Digo, ¿son artificiales?.

Sasha- ¡No!.

De la nada, sentía una gran necesidad de disparar. Sentía que de alguna manera necesitaba callarlos. Pero me resistí, algo andaba mal. Mi alrededor se volvió confuso ¿esto es real?¿estoy soñando?. Lo último que vi fue a Henry preguntando ¿Sasha, estás bien?. Y de la nada, todo se volvió oscuro.

De un momento a otro, me encontraba en un lugar oscuro. En mi mano tenía un mechero, y en la otra unos papeles. Inteligente mente decidí prender los papeles, y así, ver algo. Al prenderlo, lo primero que vi fue agua, al parecer estaba en un lugar con agua, que me llegaba a los talones. ¡Eran las alcantarillas!. Y me di cuenta ya que todo olía a mierda y pis juntos. Al mirarme a mí misma, estaba vestida.

¿Cómo mierda había llegado hasta aquí? pensé mientras caminaba a través de las alcantarillas. Mientras escuchaba retumbar mis pasos por todo el lugar. Sentía que no estaba sola, sentía que alguien más estaba junto a mi. Y sin darle importancia, seguí caminando.

Un olor a cacahuates y a palomitas comenzó a entrar por mi nariz, guiándome hacia donde estaba esa deliciosa comida. Camine sin saber a dónde iba por tres minutos, siguiendo aquel delicioso olor que tanto llamaba mi atención.

Después de caminar por un rato, llegue a un extraño lugar. Parecía un basurero, ya que tenía una gran montaña de cosas. Pero al mirar para arriba... niños y más niños. ¿Que mierda?. Parecían niños, digo... parecían, ya que no creo que un niño pueda flotar, ¿verdad?.

Cuando me acerque un poco a la extraña montaña de cosas, lo primero que vi fue un pequeño barco entre todas estas. Me agache con cuidado y con delicadeza tome aquel pequeño barco. El barco era de papel color amarillo, y si lo dabas vuelta, encontrarás el nombre Georgie marcado en el. Fruncí el ceño y me pregunte ¿como era esto posible?, y con delicadeza, doble el barquito y me lo guarde en el bolsillo.

¿Sophia?- ¡Hija, ayúdanos!. ¡Cariño, estamos por aquí!- confundida, me levanté y comencé a caminar hacia la voz de mi ¿madre?.

Sasha- ¿Mama?. ¿Que haces aquí?.

¿Sophia?- No hay tiempo, el volverá. ¡El volverá!.

Rápidamente, corrí hacia donde venía la voz. Era una puerta que abría hacia el resto de las alcantarillas. Forcejeaba para abrirla, pero nada funcionaba. Aunque lo intente mil veces, nada.

???- ¡Acércate, Sasha, acércate!. Cambiarás, acércate. Reirás, lloraras, gritaras, morirás- su tono se hacía cada vez más macabro, junto a una música de cuna- ¡Presentando a Pennywise, el payaso bailarín!- unas risas comenzaron a escucharse. Y al mirar de dónde venía la música, venía de una pequeña caja. Y de la nada, salió un pequeño payaso de esta.

De repente, el telón cayó, mostrando a un tétrico payaso. Sin mas, comenzó a bailar de una manera muy rara. Me miraba directamente a mi, y a nada más que a mi.

Mire hacia un lado y vi la puerta que da a las alcantarillas, esta si estaba abierta. Mire hacia el payaso, este ahora me miraba a mi y a la puerta. En un intento de escape fallido, corrí hacia esta pero el payaso fue más rápido que yo. Y antes de que me logre alcanzar, me desperté.

Me desperté sobresaltada, mi respiración estaba agitada. Sentía que mi corazón latía a mil por segundo. Asustada, comencé a mirar hacia mi alrededor. Lo primero que vi fueron a Henry, Patrick y los demás, parecían... ¿preocupados?.

Sasha- ¿¡Mama!?- mis gritos eran desgarradores. Henry, preocupado, se acercó a mí e intento tranquilizarme.

Henry- ¡Hey, Hey!. ¡Tranquila!.

Sasha- Y-Yo estaba... estaba.

Henry- Shhh, tranquila. Solo te desmayaste. Fue solo un desmayo.

Sasha- ¿Dónde estoy?¿qué hora es?.

Patrick- 1) Sigues en mi casa. 2) Son las cinco am- solté un "¿¡que!?" demasiado agudo. ¡A esta hora se despierta mi padre para ir al trabaja y, además, en dos horas tengo que ir a la escuela!

Me levanté del sofá de un salto, mientras gritaba mil veces "¡No!". Henry y los demás me miraban confundidos. Comencé a buscar por todas partes la pistola, pero no la encontraba en ninguna parte.

Henry- ¿Buscas... esto?- preguntó mostrándome la pistola, con una gran sonrisa.

Sasha- Henry... dame la pistola. Necesito llegar a mi casa, y devolvérsela a mi padre.

Henry- Si la quieres... tendrás que darnos algo a cambio. ¿Verdad, chicos?.

Victor- Si..

Belch- Yes.

Patrick- Por supuesto.

Sasha- Está bien... ¿que quieren?. Y rápido, que necesito llegar a casa.

Henry- Espera un segundo- Henry y los demás se agruparon y comenzaron pensar que es lo que querían. Escuchaba los susurros de cada uno. Y cuando terminaron, se separaron y me miraron fijamente.

Patrick- Queremos que seas una de las nuestras. Para siempre.

Sasha- Bueno... no l---

Victor- Y además de darte la pistola te daremos tu diario.

Dude por un segundo, ya que no quería que mi madre piense que soy una bravucona que no sirve para nada y que solo molesta a los demás. Ya que si mi madre piensa eso de mí, me sentía totalmente vacía y solitaria. Digo, ella ha estado cinco años junto a mi y me dolería que piense mal de mi. Pero por otro lado... no, no hay algo bueno en este trato. Pero bueno, no hay nada más que hacer.

Sasha- Está bien- Henry y los demás comenzaron a festejar, mientras yo los miraba confundida, ¡si que querían que me una a su grupo!. Después de festejar, me dieron mi diario junto a la pistola de Steve.

Henry- Bueno, Sas. Nos vemos en la escuela.

Sasha- Ash, esta bien- luego de decir esas tres palabras, comencé a correr hacia la puerta. Al salir de la casa corrí y corrí hacia mi casa. Ya podía escuchar la voz de mi mama decepcionada, y me rompía el corazón por completo. Sentía la mirada de Steve sobre mi, aun podía recordar cuando me castigaba con esa mirada penetrante. Era lo único que recordaba de él.

Sin darme cuenta, pase por frente a la casa Neibolt. Una casa rodeada por vagabundos y drogadictos. Y al pasar, un montón de estos se pararon sorprendidos, cosa que no me detuvo. Corrí lo mas rápido que mis piernas daban. Y al darme cuenta ya había llegado. Pero lo primero que vi fueron a mis padre en la puerta... enojados.