Perspectiva de Jules
—Si no lo hiciera, ¡nadie estaría dispuesto a hacer esto! —respondió con brusquedad y yo retrocedí un poco.
Enojado, sequé mis mejillas antes de comenzar a pasear por la espaciosa oficina.
—Te dije que no quería hacer esto. No podría vivir conmigo mismo si algo le pasa a ella —grité antes de mirar a la bruja y noté que ya había perdido el conocimiento. El pánico se arremolinó dentro de mí pero antes de que pudiera empezar a gritar, Andrian estaba junto a ella en un instante, revisando su pulso.
—Es muy débil pero aún está viva —me informó y sentí cómo mi corazón se hundía en mi estómago.
—No te castigues por esto —Andrian gritó mientras comenzaba a llamar a alguien de nuevo. Sentí como la ira empezaba a arder dentro de mi pecho, una ira mezclada con una intensa cantidad de dolor.
—Si algo le pasa, si termina muriendo, sin duda será mi culpa, Andrian. No puedo vivir conmigo mismo si esto sucede —exhalé, con la voz empezando a temblar un poco.
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