Del Génesis al Exilio

"Y estalló guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron con el dragón, y el dragón y sus ángeles combatieron, pero este no prevaleció, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo." Revelación 12: 7,8

Abajo en la tierra, fuera del plano espiritual, la creación estaba siendo terminada, océanos, montañas, toda clase de seres vivos tomaban forma y vida; el universo con todos sus cuerpos celestes ya hacían parte de la historia, los ángeles, las primeras de las criaturas hechas por el creador se encontraban en torno a este, observando, y analizando la forma en que su amo daba vida al ser más importante sobre la faz de la tierra, inferior a los ángeles y a Dios mismo, pero superior a todas las otras criaturas.

Era el sexto día de la creación y, Lucifer, uno de los más importantes y venerables ángeles de toda la corte celestial se hallaba ausente, mientras todo el séquito de serafines, querubines, tronos, potestades y demás denominaciones angelicales tenían los ojos puestos en la tierra, y veían al primer hombre tomar forma y a su vez vida: Adán había nacido.

Mientras todo esto ocurría, en los pasillos del reino celestial vagaba con ansiedad y notoria preocupación un ángel menor, en sus manos llevaba un libro blanco como luz pura y una pluma dorada con una inscripción que titulaba "VITAE"; el ángel atravesó una cámara con grabados que representaban el universo y coloco el libro sobre un pedestal, mientras a su espalda se cerraban las puertas del salón.

-Dime que nadie te ha seguido Ken- dijo una figura a espaldas del ángel.

-Nadie Lucifer, he engañado a la guardia de turno para que dejaran el libro sin cuidado- dijo Ken girándose a encarar a su superior.

-Esto es perfecto Ken, lo entiendes ¿verdad hermano?, no más inferioridad, no más ser la sombra de Dios, las estrellas se postrarán a nuestros pies-

-Si señor!, adiós a la tiranía-

-Palabras sabias hermano, pero no más dilaciones, a lo que vinimos antes que la guardia regrese-

Lucifer y Ken se posicionaron frente al pedestal con el libro blanco cerrado encima, en su portada ponía la palabra "ANANKÉ" en griego antiguo, aquel era el libro del destino, y a un lado se encontraba la pluma de la vida; aquellos dos objetos eran nada más y nada menos que la personificación del poder del espíritu santo, la fuerza activa de Dios, condensada en dos partes, una, el libro, controla todo lo que ocurrirá en un futuro, y la otra, la pluma, no menos importante, es la que mantiene a los seres entre la delgada línea de la vida y la muerte; ninguno de estos dos objetos súper poderosos pueden afectar a Dios directamente, pero sí que pueden hacerlo con el resto de la creación.

Con semejante poder frente a ellos tenían un solo objetivo en mente, estar al nivel de Dios, demostrar que este es un tirano soberbio, que solo buscaba manipular las cosas a su antojo.

-Muy bien, ahora solo debemos escribir lo que habíamos predicho, con nombrar a un mortal heredero del poder del mal será suficiente para cumplir con nuestro cometido, y así Dios no podrá eliminarnos, porque nos necesitará- dijo Lucifer -avisa a los demás que empezaremos, tenemos que estar preparados por que Dios vendrá con una guerra sobre nosotros-

Ken observaba la exaltación en los ojos de su hermano, casi que emanaba un aura de odio que ahogaba los pensamientos de Ken. Lucifer abrió el libro y tomo la pluma con su mano, y empezó a escribir una profecía en el libro del destino, cambio el curso de la historia y sentencio al universo al sufrimiento. Sin mediar palabra alguna, Ken se retiró de la cámara y fue por los cómplices de Lucifer.

***

Mientras tanto, en el salón del trono, desde donde Dios terminaba su creación y apreciaba lo que había hecho, este sintió parte de su poder emanar de alguna parte sin su consentimiento, a su vez Miguel, su primogénito, quien se hallaba sentado a su lado derecho del trono también tuvo un presentimiento, Dios no se movió del trono, sino que ordenó a su hijo Miguel a que investigara que había sucedido.

Miguel se llevó consigo 4 serafines como escolta e irrumpió en la bóveda donde se guardaban el libro y la pluma sagrada, no encontrando a los guardias que deberían estar custodiando los objetos, y aún menos a las reliquias, entró en desesperación.

-Ustedes dos vayan por mi padre y cuéntenle lo que ha sucedido- ordenó Miguel a un par de escoltas.

Los dos serafines se movilizaron tan rápido como pudieron hasta donde se encontraba el creador, y con temor en sus ojos habló uno de ellos.

-Mi señor, el libro y la pluma han sido robados-

***

Una luz dorada y blanquecina radiante se esparció por la sala donde Lucifer profanaba el sagrado libro, el destino quedaba sellado con cada letra que quedaba impresa en el papel, el poder de la creación alteraba una vez más la existencia, y deparaba ahora un futuro tan incierto como macabro.

Ken ingreso a la sala donde se realizaba el ritual, con una docena de ángeles a sus espaldas, estos se apostaron a las puertas del lugar.

-Dime que has terminado Lucifer, la alarma ha sido dada, Miguel viene en camino echando humos- dijo Ken claramente exasperado.

-Ya está querido hermano, seremos dioses- dijo Lucifer con los ojos casi en llamas de la euforia.

***

Al otro lado de la puerta, Miguel hacía aparición con un ejército de ángeles guardianes.

-Abran las puertas en el nombre de Dios! - dijo Miguel mientras forcejeaba las puertas de la sala donde se hallaban Lucifer y sus aliados.

***

-Abran las puertas! - ordenó Lucifer a sus súbditos -igual, ya nada pueden hacer-

Las doradas puertas fueron abiertas, y el arcángel Miguel ingreso en la cámara con espada en mano y un rostro desencajado de la furia.

- ¡¿en el nombre de nuestro padre, que has hecho?!- vociferó Miguel.

-he hecho lo correcto, lo que debía hacerse desde un principio, y tu deberías apoyarme, sabes lo que hace Dios, ¿qué somos para él?, nos tiene de esclavos- dijo Lucifer con mirada desafiante -he dejado mi legado en el libro del destino, y ni siquiera Dios puede borrar lo que se encuentra ahí dentro. Así que toma una decisión, ¿estarás del lado de un tirano o te unirás a mí? -

Miguel no podía soportar más el ultraje, la traición y las blasfemias que cometía Lucifer, ya con tono del todo agresivo instó a Lucifer a rendirse ante él y el poder de Dios.

- ¿Y qué si me rehúso? - dijo Lucifer socarronamente.

-Pagaras por tu traición- dijo esto Miguel y enfiló su espada contra Lucifer, y el caos se hizo en la cámara.

Una sucesión de imágenes pasaron a toda velocidad, con rabia insana se atacaban los ángeles de Lucifer contra Miguel y sus guardias, unos sucumbían de un lado como del otro, Miguel se abría paso entre los secuaces de Lucifer, destellos de luz blanquecina eran desprendidos de la espada del arcángel, mientras que, a su vez, Lucifer utilizaba un báculo para canalizar su poder y lanzarlo contra sus agresores.

La sala ardió en llamas y la paz reinó momentáneamente. Dios hizo presencia en el lugar. Se hizo el silencio absoluto. La voz del creador retumbo por todo el lugar, colérica tronó con furia, y empezó a maldecir a lucifer y sus seguidores, la voz se tornó acuosa, y lo que eran imágenes vividas, se desenfocaron, y todo empezó a dar vueltas, en una espiral llameante... y un nombre empezó a retumbar por todo el lugar...N...Nk...

***

-Niko... Nikolay, despierta, que estás todo sudado y babeando- la luz inundó mis ojos y contemplé a mi mejor amigo sentado a mi lado en la aerobuseta escolar; ¿había estado soñando? ¿o fue real?