Zapatos desgastados...
Los ojos de Shen Mengqi estaban completamente abiertos; nunca habría imaginado que Ye Wanwan dijera algo así.
Para Ye Wanwan, Gu Yueze era como un dios: nadie podía decir nada malo sobre él en su presencia.
El corazón de Shen Mengqi estaba lleno de sorpresa y dudas, así que seguía mirándola —Wanwan, tú... ¿cómo puedes decir algo así sobre el señor Gu? Ye Yi Yi fue la culpable de todo; su padre se apoderó de la familia Ye y ella desvergonzadamente te robó a tu prometido. ¡El señor Gu no tenía elección! ¿Qué pasó exactamente? ¿Por qué piensas así de repente?
Con el amor incondicional de Wanwan por Gu Yueze, hasta el punto de incluso cortar lazos con sus padres, ¿cómo podría rendirse así como así?
Ye Wanwan simplemente respondió —Nada importante, solo he reflexionado sobre las cosas.
Shen Mengqi trató de convencerla apresuradamente —Wanwan, no seas impulsiva, después de todo has tenido sentimientos por él durante tantos años...
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