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Academia de Asesinos

Nicolas_Falcon · Ciencia y ficción
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16 Chs

Capitulo XIV: La Verdad Detrás de la Sangre

Mientras el combate en la Gran Cafetería se encrudece cada vez más, en las afueras Doncaster se encuentra preocupado por el incidente y de la posibilidad de que Alexander sea el causante de todo, en su mente algo mas allá transita, algo que había pasado hace casi cinco años, y que él jamás pudo ver hasta que fue tarde.

Mientras los asesinos profesionales corren de un lado al otro intentando apagar el incendio a la espera de las fuerzas especiales en siniestros, Doncaster se pregunta a sí mismo:

—Alex, que te ha sucedido…Hijo Mío? — Doncaster

La infancia de Alexander fue totalmente diferente a la de Kaizer, Kamata, Lucian o Megumi, existía una familia conformada, una madre, un padre y un hijo, los tres asesinos con habilidades.

Los primeros cuatro años del Joven Alexander fueron felices y lleno de amor, su madre una asesina especial reconocida era lo más importante para su hijo, mientras Doncaster quien se encontraba como Director de la Academia del Oeste era el héroe del pequeño.

La época de Paz del continente vino con una gran noticia para la Familia Blayzer, Alexander seria admitido en la Academia cuando cumpla los trece años, una edad menor a la permitida que es la de los catorce, pero lo inusual en Alexander es la manifestación tan temprana de sus habilidades, y en su peculiar manejo de su físico.

Con ocho años, Alexander se encontraba por arriba en términos de habilidad sobre algunos Estudiantes de Primer Año pero por reglas y orden de los cuatro grandes, no podía comenzar la Academia.

En la mañana de sus trece años, el joven Alexander se prepara para su primer día en la academia, saluda a su madre, y ella le devuelve el gesto con un cálido abrazo y unas bellas palabras de aliento.

Acompañado por su padre, quien le alienta a ser el mejor caminan rumbo a la Academia.

Aquellas palabras retumbarían por siempre en la mente del joven Asesino Prometedor.

Ya en su primer Día Alexander comenzó a mostrar un gran empeño en superar con creces las actividades y clases, llegando incluso a demostrar una gran superioridad, para gran temor de los Profesores ese empeño tan pasional provocaría que durante una de las clases de Olympico, Alexander le rompiera uno de los brazos a uno de los Alumnos.

Sin mediar palabras ni siquiera una disculpa, excepto una peculiar frase que horrorizaría a todos los presentes:

—Alexander! Que es lo que has hecho? Le has roto el Brazo en muchas parte… — Olympico

—Eso le sucede…por Débil…no merece ser asesino — Alexander

El joven sería enviado a donde se encontraba su padre acompañado por Olympico quien se encontraba extremadamente furioso.

Al llegar, Doncaster se encontraba completamente serio:

—Espera aquí… — Olympico

Olympico deja al Estudiante afuera y cruza la puerta para conversar con Doncaster, aunque lo que se escucharía serian voces elevadas y discusiones acaloradas:

—Doncaster tu hijo acaba de romperle el brazo a otro estudiante, no ignores ese hecho, y lo que dijo luego, es muy preocupante — Olympico

—Es demasiado entusiasta, enviaremos al niño herido a la enfermería, tan solo ten paciencia — Doncaster

—Entiendes lo grave que es esto? Casi mata al otro estudiante — Olympico

—Lo entiendo, pero paciencia, el no es así — Doncaster

—Si ocurre de nuevo…no seré capaz de verlo como asesino sino como algo peor… — Olympico

—Es una amenaza Olympico? Estas hablando de mi hijo — Doncaster

—Sera tu hijo…pero ellos son mis estudiantes… — Olympico

Aquella discusión seria la última y la única, pues con el correr de los meses las cosas no pararían de empeorar a pesar de que ya no habría más estudiantes heridos, si habría cambios en el joven quien se encontraba con un rotundo ego y cada vez más enorme.

A pesar de su gran ego y violencia extrema hacia los demás, Alexander mostraba una gran afinidad con su madre, quien lo alentaba a continuar con su sueño y a que se esfuerce sin que nadie le regale nada.

Un día, una noticia destruiría el Mundo de los Blayzer, una grave enfermedad golpearía a su madre. Enfermedad que la dejaría en un profundo reposo.

Alexander como todos los días, después de la Academia correría rumbo al hospital para verla a ella, su luz.

En el camino recogería unas flores, unas petunias que misteriosamente crecen en los bosques.

Al llegar a la habitación ella como siempre lo esperaba sentada mirando a la ventana y sonriente, siempre que él iba a verla, conversaban de cómo le había ido en la academia, y de muchas cosas divertidas, por unos minutos Alexander dejaba de ser el mismo, para ser el pequeño de Ella, su luz, su mama, su heroína.

Aquel día fue bello para ambos, su padre Docnaster llegaría a verla y los tres sonreirían y compartirían un gran momento en familia, llegarían Hiroshi, Olympico, Lucy para acompañar a la familia, se dice que ella tenía una gran luz en su espíritu y que era una de las Asesinas más nobles que jamás se ha visto.

Al día posterior, Alexander realizaría el mismo trayecto, recogiendo las flores e ir rumbo a ver a su Madre, pero se encontraría con una dura realidad, una cama vacía, su padre llorando desconsoladamente golpeando con una temible furia el suelo que poco a poco se iría rompiendo, el joven con rostro pálido se acerca a su padre y le pregunta:

—Padre, donde esta mama? — Alexander

Al escuchar a su hijo sin saber que sucedió lo abraza y con un llanto desconsolado le dice con duras palabras de realidad:

—Murió!!....Mi amada Kira murió!!... — Doncaster

Al ver la situación, Hiroshi, Olympico y Lucy no negaron sus lágrimas, y se unieron al dolor de Doncaster y Alex. Al día siguiente, se decretaría Día de Dolor en todas las Academias, y los más reconocidos Asesinos irían a despedir al cementerio a Kira, reconocida como la Asesina Centellante, quien incentivo a una generación de asesinas a ser igual de poderosas que los asesinos.

La despedida fue concurrida como nunca, los cuatro grandes, y varios de los grupos más fuertes de asesinos acompañaron en el dolor.

Una pequeña gota caería sobre la nariz de Alex, seguido de otra leve gota que caía en su cabeza, el joven triste desde lomas profundo rompió en llanto, y poniéndose de rodillas apretaría la vegetación, con su cabeza gacha en la tierra que era mojada por una leve llovizna.

Los días pasarían, y el joven continuaba sin concurrir a la academia, tampoco comía ni salía de su casa. Doncaster por su parte intento sobrellevar la situación, luego de su día en la academia volvería a su casa como todos los días, y como siempre su hijo se encontraría recostado llorando, con varias kilos menos.

Doncaster se acerca a su hijo, se recuesta en el extremo de la cama y con amabilidad le dice:

—Mama ya está en un lugar mejor, no crees que es tu turno? Ven a la academia, no puedes seguir faltando, debes hacerte más fuerte y no dejar de entrenar —Doncaster

—Ya no quiero hacer nada… —Alexander

—Lo sé hijo…ella también era muy especial para mí, pero que crees que sentiría si te viera así?...Mañana habrá un entrenamiento físico, se que eres bueno, agarra tu ropa, te la planchare —Doncaster

—Padre… — Alexander

—Si? — Doncaster

Con lágrimas en sus ojos, Alexander se desploma y golpeando el suelo:

—Fue mi culpa, esas flores…esas caminatas tan largas, tendría que haber estado más tiempo con ella…fue mi culpa!! — Alexander

—No hijo, ella se fue porque su momento había llegado, eras lo más preciado para ella, su mayor deseo era que vivieras feliz, y verte así la destrozaría — Doncaster

Las palabras de su padre lo ayudarían a levantarse y continuar con su entrenamiento de asesino. Las semanas posteriores Alexander continuaría su curso de Asesino mostrando habilidades de otra categoría llegando incluso a infundir temor en sus compañeros que lo llevarían a estar aislado sin amigos, pero sin darle importancia continuo acumulando mas y mas habilidades y elogios aumentando aun mas su ego.

A pesar de que el inmenso avance de Alexander era notorio y llenaba su pecho de orgullo, Doncaster podía sentir que poco a poco su hijo iba optando por una personalidad cada vez más fría, ególatra y violenta.

Un año y medio después, durante el Examen final del segundo año, Alexander quien llevo su habilidad de Gran Velocidad a una eficacia temida y conocimientos que sobrepasan a los demás cursos menores y los que se encuentran a su par se encontraba realizando con enorme ventaja su segundo Examen Final como estudiante.

El Examen Final del Segundo Año de la Academia consistía en supervivencia en un bosque.

Un joven Alexander de quince años se encontraba con gran ventaja respecto a sus compañeros avanzando sobre el rio, y con gran sed se decidiría a beber agua, no obstante comenzaría a escuchar ruidos extraños:

—Quien está ahí? Quieres que te rompa el cuello? Sal de ahí!! — Alexander

—Vaya, que es esto? Un joven asesino? Que haces aquí tan abandonado? — Jasón el Decapitador

—Eres un Mercenario! — Alexander

—Preferiría que me llames, Jason El Decapitador, descuida no vengo a liquidarte, me han comentado de un joven extremadamente hábil y peligroso que concurre a la academia Oeste — Jason

—Ese soy yo, quieres enfrentarme? Correrás con un gran riesgo — Alexander

—Jajaja! No lo dudo, aunque debería, pero no vengo a pelear, solo vengo a contarte una gran verdad que pocos saben — Jason

El Mercenario comenzó a contarle una verdad de la que jamás escucho mencionar Alexander. Esa verdad llenaría a Alexander de dudas, dudas relacionadas a cuan real es la nobleza de los Asesinos, y cuando noble es la Orden Mercenaria:

—Te lo dejo para que pienses, porque esta verdad…es la única que existe, esta absurda guerra, crees que nosotros la vemos necesario? Esto es un juego de tablero entre los cuatro grandes y los poderosos de mi continente, solo piénsalo — Jason

—Corrupción…muerte…Mi Madre asesinada…por ser más noble que muchos de ellos…Imposible — Alexander

—Creerlo o no…será tu trabajo, un placer Niño Prodigio — Jason

El Mercenario desaparecería pero dejando una gran huella de duda y resentimiento en Alexander. Luego de aprobar el Segundo Examen, Alexander para la sorpresa y preocupación, desaparecería pero dejando apenas una carta para su padre:

— "Mi Luz, Mi Heroína, Mi Madre, creer en la orden justifica siglos de imperdonable corrupción?, Mama lo siento, perdóname por no ser como tú, La Luz de este mundo, la joven mujer con nobleza superior, este continente no te ha merecido jamás, solo espero que tú me perdones, pues ojala me encuentre en el día de mañana contigo y pueda abrazarte una vez más…Tengo que traicionar la enseñanza porque la verdad me fue revelada…Dejare de ser asesino para pasar a ser Mercenario, No lo comprendas padre, solo no trates de detenerme ni tampoco entrometerte. Alexander" —

Luego de Leer la carta que su hijo le dejaría, se comenzó una carrera contra el tiempo en todo el territorio del oeste donde todo asesino intentaría buscar a Alexander, pero sin éxito y durante los próximo meses no se sabría nada de él, hasta que una mañana Doncaster leería en el periódico acerca del nuevo Chico prodigio de los Mercenarios y que su aparición sobrevino con la matanza de varios asesinos de clase más baja.

Al leer aquella nota, Doncaster derramaría varias lágrimas, una combinación de impotencia, alegría por ver que su hijo se encontraba sano y salvo pero horrorizado al ver que Alex se convirtió en Mercenario. La Carrera del Mercenario prometedor había comenzado.

Ya en la Gran Cafetería, el incendio comienza a ceder, la fortaleza de la Academia demostró que un incendio era imposible que la derrumbara.

Kamata y Alexander continúan su combate con una clara ventaja del mercenario, varios ataques del espadachín son bloqueados para sorpresa de este, para luego ser golpeado con una fuerte patada en su espalda, con una gran velocidad Alexander le quita su Katana al joven Estudiante y lo golpea en el rostro para enviarlo de nuevo contra una de las columnas.

Con su vista débil por los golpes recibidos y el cansancio, Kamata logra vislumbrar a Kaizer quien se encuentra ensangrentado en el suelo sin conocimiento, pero al alzar la mirada observa a Alexander acercándose con una cuchilla:

—Has luchado bien, para ser una breve carrera de Asesino me has dejado impresionado, pero no vivirás para ser Profesional! Muere!! — Alexander

Antes de que la hoja de la cuchilla llegue al rostro de Kamata una mano sostiene el brazo de Alexander impidiendo que logre asesinar al Joven Asesino:

—Quien dem…? Tu? — Alexander

Doncaster usando su velocidad llega a salvar a Kamata y detener a su Hijo, quien al verlo se queda atónito:

—Hijo mío...Que Hice para que hayas destruido tu propia vida de esta forma? — Doncaster