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Capitulo 10.1- Flame - Interludio de midas 1

Decimo año del establecimiento del sabio reino de Lemuria, capital de Hyperion, mes de febrero

En un día primaveral con una brisa fresca y helada. Los rayos del sol penetran a través de las cortinas de una habitación. En ese lugar estaban dos amantes compartiendo una misma cama. Uno dormía a la izquierda de la cama, mientras que la otra lo buscaba y lo abrazaba por la espalda. Ambos dormían plácidamente y aunque ya deberían estar levantados, no tenían ninguna intención de levantarse. No era por que no quisieran, pero por orden de su majestad la reina Magdalena; hoy Kain tenía prohibido entrenar y estudiar.

Magdalena en sus constantes visitas, revisaba la agenda de Kain y monitoreaba cada cosa que hacía. A pesar de que ella misma como una adulta, madre, esposa y reina, realizaba muchas tareas; no podía permanecer callada ante tal locura. Su hijo era un trabajólico. Por lo tanto se decretó que él príncipe de Lemuria tiene prohibió trabajar los fines de semana.

Así que aquí esta Kain, esperando que pasen las horas. Mientras se hace el dormido hasta el momento en que toque ir a tomar el desayuno. Kain en silencio y sin despertar a Justina. Mira como pasan los rayos del sol por las ventana y bañan la habitación con su mágica luz. Justina que también esta despierta, pero mantiene los ojos cerrados, solo abraza a Kain esperando que se demoren en preparar el desayuno. De esa manera extiende este momento de ensueño.

Kain ya esta aburrido a mas no poder, pero sintió la respiración de Justina en su cuello y detecto la irregularidad. Cuando piensa en porque esta niña también se hace la dormida, solo puede sonreír. Kain desliza su mano por debajo de la manta, bajando hasta el cuerpo de Justina y pasa sus dedos por los muslos. Después pasa por la vulva, los labios y mete sus dedo por la vagina. Justina empieza a sentir el tacto de Kain en su piel. Siente el calor extendiéndose por su cuerpo, pero trata de mantener su comportamiento y deja a Kain hacer lo que él quiere; después de todo a ella no le molesta y hasta lo ama.

Kain que quería saborear los senos de Justina, dice -¿Por qué todavía finges?, ya sé que no estas dormida-

Justina susurro -¿por eso te aprovechas de mi estado vulnerable?-

-¿Disconforme?-

-Nunca, solo quiero que vayas por el plato principal, vamos, no me dejes esperando-

Entonces Kain y Justina se divirtieron por un tiempo hasta que fueron interrumpidos por Ann.

-o-

En el comedor no se escuchaba ningún ruido, todos estaban tensos. Ann estaba molesta y Justina era indiferente a su presión. Lucy y Rose con miedo, veían como las dos superpotencias de la casa parecían estar en una guerra fría. No dijeron nada, ya que no querían morir en medio de un fuego cruzado.

-No sé como puedes ser tan desvergonzada, dijimos que esperaríamos- dijo Ann con una voz llena de indignación. Estaba molesta con su hermana. Era un acuerdo de honor, pero la muy pilla se quería adelantar.

Justina con su rostro frío e indiferente dijo -Ann, no he hecho nada que no hayamos hablado. Quería intentarlo, pero justo me detuviste y no llegue a nada en concreto-.

-No lo hagas- le dijo Ann mientras la apuntaba con una cuchara -acordamos algo y no creo que sea correcto que fuerces a Kain. Todavía no esta listo para ese tipo de cosas-

-Yo creo que exageras un poco, pero tratare de contenerme solo para honrar la palabra dada-

-¡Deberías!-

-Justina, Ann, dejen de pelear; esto no llevara a nada- dijo Kain en completa calma. Estaba un poco cansado de este ambiente y era incomodo comer.

Ann se molesto y pensó que Kain es muy indulgente. ¡Justina quería extraer su semilla! Y para Ann que todavía no lo intentaba era inaceptable.

Kain suspiro y trato de cambiar el tema -Justina, hoy vamos a ir a ver el progreso de la compañía. Trata de mostrarme algo interesante para distraerme del aburrimiento-

Justina mostro una gran sonrisa -es un buen momento- dijo -ya he recibido buena información que corrobora mi corazonada y estoy lista para hacer un gran trato-

Kain le dio una mirada inquisitiva y pregunto -¿de que se trata ese negoció?-

Justina vio su mirada, frunció el ceño y dijo -es solo otro negocio, no te preocupes, no he hecho nada que me hayas prohibido-

Kain con indiferente le dijo -eso espero, vayamos después del desayuno-

-o-

Kain miraba alrededor de su asiento y lo único que puedo ver son paredes, un tragaluz y una pequeña rejilla para que pase el aire. Entonces al ver la fría mirada de Justina, que solo leía documentos, quiso hacerle pregunta -¿quieres que te compre un mejor carruaje?-

Justina que escucho Kain, dejo de ver sus papeles y dijo -¡no!-

-¿Por qué?-

-Porque yo elijo en que invertir mi dinero, bueno, el dinero de la compañía. No me gusta desperdiciar y si me ayudas me dará una falsa visión de avance- entonces volvió a sus documentos.

-¿Estas muy ocupada?-

-No Kain. Solo estoy adelantando algunas cosas para mañana. Espérame hasta que lleguemos a la empresa y te diré todo lo que quieras saber-

-Ok, en ese caso déjame descansar- entonces se acerco a Justina; coloco su cabeza en el regazo y cerro los ojos tratando de dormir. Justina que vio la cara de Kain, sonrió y siguió leyendo sus documentos. Ni siquiera se molesto al sentir las manos de Kain recorriendo su trasero.

-o-

Cuando Kain bajo del carruaje, vio adonde estaban y recordó a quien pertenecía este lugar -¿Hace cuanto tiempo te cambiaste?- pregunto

-Hace unos dos meses- respondió Justina -realmente fue una sorpresa cuando me informaron que esta propiedad estaba a la venta. El valor era irrisorio; casi no me lo creo. Madre fue muy amable al guardarlo para mi y no decirle a nadie. La verdad es que el anterior dueño lo había vendido antes de su caída. Según él; estaba poseído por un espíritu asesino- Justina le dio una sonrisa de complicidad y se rio.

Kain no tomo en serio sus burlas y sonrió recordando este lugar. Las grandes murallas blancas no habían cambiado. Tomo la mano de Justina y camino a la propiedad donde habían guardias apostados en la entrada. Ellos permanecieron firmes, pero su mirada los delataba. Claramente decía "no te mereces tal mujer niño". Cuando pasaron la portería, Kain vio el gran jardín que seguía manteniendo su majestuosidad. No obstante, contemplo los cambios. Habían unas pequeñas bodegas y caballerizas instaladas al lado izquierdo. Cosa que para un noble, sería de mal gusto, pero funcional para una empresa. Después siguieron avanzando por el camino de adoquines y miro a los grandes arboles. Hace años, cuando se infiltro, le habían facilitado el desplazamiento. En aquella época había venido en calidad de ladrón. La gran fuente con agua estaba todavía intacta y funciona igual que antes. Siguió su camino y Justina sin decir nada miro Kain tratando de medir sus pensamientos. Al cabo de un rato, ella pregunto -¿te gusta este lugar?- ella quería dejar una gran impresión.

-No puedo hablar de la decencia de su anterior propietario, pero puedo decir que este lugar es magnifico- dijo Kain -da una buena impresión- entonces Kain le dedico una mirada de amor y tomando su mano la beso -espero que seas exitosa-.

Justina sonrió con gracia y le dijo al oído -gracias-.

Caminaron surcando la gran mansión hasta llegar al patio trasero. Kain en sus recuerdos vio un frondoso bosque, pero ahora había un gran galpón. Dentro él habían seis hornos, seis yunques y tres ancianos que veían a seis muchachos trabajando sin descanso. Kain vio esto y no entendía porque los tres viejos solo miraban a los muchachos.

-Veo que te llamo la atención la forma en que trabajan en esta zona- dijo Justina, como si estuviera lista para cualquier pregunta

Kain asintió y miro a Justina -ilumíname por favor- dijo

Justina le explico que los ancianos habían sido maestros herreros. Pero por azares de la vida, habían perdido sus facultades. Ahora ellos le enseñaban y corregían a los muchachos. Revisaban la calidad de sus trabajos y devolvían los productos malos. A su vez, los muchachos fabrican todo tipo de armas y pulen sus habilidades de herrería. Justina se queda con lo que fabriquen y les paga dos plata a cada uno por mes.

-Para asegurarme que no me traicionen, hicimos un contrato- explico Justina -si abandonan el lugar deberán pagarme tres monedas de oro, pero si pueden durar tres años con este ritmo, fidelidad y esfuerzo; Yo les pagare tres monedas de oro a cada uno. Eso a su vez les permitirá montar su propio taller. Piénsalo así, todos ellos tienen menos de catorce años. Eso quiere decir que cuando cumplan diecisiete serán dueños de un taller de herrería y tendrán el conocimiento de un maestro herrero-

-¿Cuanto gana un herrero común?-pregunto Kain

-Uno normal, unas cinco platas al mes- dijo Justina -uno bueno, de diez a quince platas en el mes-

-¿Eres el diablo?-.

-No lo creo mi querido esposo. Todos ellos son huérfanos que en su vida podrían pensar en aprender herrería. Mucho menos en abrir un taller a sus diecisiete. Por otra parte los viejos son mancos o suncos que de alguna lo único bueno que tienen es su vista. Así que si no fuera por mi, se morirían y sus familias con ellos. Los ayudo y ellos me ayudan-

Kain asintió varías veces, esta mujer es muy brillante -tuve suerte, muchas suerte, eres una mujer sabía- dijo

Justina no dijo nada, pero su rostro lo decía, se sintió complacida por dentro -vamos marido, ven a mi oficina-.

-o-

Dentro del gran edificio, que hace unos años era solo una mansión; ahora estaba distribuido en todo tipo de talleres. En el primer piso existían varios talleres de joyas y tejido. El sótano se ocupaba como bodega. El segundo piso era la administración donde se llevaban las cuentas y se realizaban reuniones. La oficina de Justina era la habitación mas grande de la mansión. Es lugar estaba lleno de estantes con papeles. También habían algunos muebles con muestras de todos los productos que vendían.

-Bonita oficina- dijo Kain mientras admiraban los productos

-Gracias Kain ¿Qué piensas?- pregunto Justina. Se acercó a Kain y lo abrazo por la espalda mientras él seguía mirando los productos

-Ya lo dije mujer vanidosa, eres muy sabía-

-¿No me quieres premiar?-

-Cuando estemos en casa-

Justina susurro -tacaño-

-Dime amor ¿Por qué haces tantas armas?-

Justina sonrió -el flujo del dinero y las mercaderías me lo dicen, va a ver una gran guerra-

Kain suspiro y dándose vuelta, miro Justina a los ojos esperando ver la verdad.

-Es verdad querido- dijo Justina en un apuro -el dinero y los vienes están yendo desde las tierras sin nombre a Brune y Zhcted. Todo se concentra en sus herreros y comerciantes. Muchas basuras apuestan a las tierras portuarias. Incluso están vendiendo sus productos a un precio ridículo. Por supuesto, nada es gratis. Ellos quieren una parte del reino de Lemuria. Yo solo me preparo para eso. Ven conmigo, vamos a la bodega-

-o-

En una de las bodegas de la mansión, se encuentra Kain mirando las espadas que se han confeccionado. Hay alrededor de cinco mil espadas, cinco mil escudos, cinco mil armaduras y muchas, muchas flechas. Kain solo puede admirar la previsión de su mujer. Suspiro y dejo la espada en el estante. Las espadas no son una obra maestra, pero pueden funcionar para la infantería, lo mismo con los otros productos.

Kain se acerco a Justina y tomándola desde las caderas, acerco su cuerpo y la beso varias veces. La miro a los ojos y solo pudo decir -gracias-

Justina que sonrió ante su admiración -este es mi hogar Kain- dijo -tu eres mi marido y viven mis hermanas aquí. Es lógico que te apoye cubriendo tus puntos ciegos-

Kain asintió y beso a Justina tomándola desde su trasero y apoyándola contra una muralla.

-Kain, no puedes comerme aquí. Aunque me gustaría hacerlo en mi oficina. Ahora tengo muchas cosas que atender. Por favor déjame, de lo contrario hoy seré totalmente inútil-

-Bueno, te amo y gracias por todo lo que haces-

Justina sonrió y beso por ultima vez a Kain -vamos, quiero que veas varias cosas, me acompañes a una reunión y después volvamos a la casa-

-Bueno, vamos a tu oficina-

-o-

Una vez terminado el día. Kain y Justina iban en el carruaje. Solo se podía escuchar el rítmico trote del caballo. Sus cascos sonaban contra los adoquines de la calle.

-¿Quedaste conforme con lo que viste hoy?- pregunto Justina

Kain suspiro y miro ha Justina (mujer hermosa, vas a ser mi perdición) -si te dijera que es normal, te estaría mintiendo- dijo -tu trabajo a sido excepcional hasta el momento. No me puedo quejar-

-Esperaba que te quejaras mas-

-Podría, pero sería estúpido. Se algo de economía, pero no manejo el mercado tan bien como tu-

Justina miro a Kain y se sintió algo vacía. Ella esperaba que él la alabara y la colocara por encima de todos.

Kain sintió la anticipación y el anhelo en la mirada de Justina. Se acercó y tomando su cuerpo, la recostó en su regazo y acarició su cara varias veces. Cada vez que ella le daba una mirada, él la besaba. Entonces al ver a Justina satisfecha, Kain dijo -las acciones hablan mejor que las palabras-

-Pero yo prefiero que lo expreses con palabras-

-Te amo-

Justina que escucho su declaración, sonrió como una flor y replico -también te amo-

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