Decimo año del establecimiento del sabio reino de Lemuria, capital de Hyperion, mes de marzo.
En la parte más alta del castillo del reino de Lemuria, existe un gran salón adornado con estandartes, hermosos muebles y algunos candelabros de oro. En su centro hay una gran mesa de tres metros de largo por dos de ancho. Esto era un mapa a escala de toda la región. Algo que el rey prodigio se le había ocurrido hacer. Varios hombres estan reunidos con el rey prodigio en estos momentos. Nobles y generales lo rodean y escuchan sus planes.
Hace un mes, los cinco reinos "sin nombre" se alinearon en un pacto para empezar la guerra. Todos ellos están seguros de que podrán vencer y repartir despojos. Pero los nobles de esos reinos de mierda, no entienden el sentido de la guerra y como se lucha. Lo único que tienen en estos momentos son mercenarios y soldados rasos. Aun así, inspirados por los reinos de la costa, se lanzaron contra Lemuria.
Mientras Kain escucha a los generales de Lemuria, se reía imaginando la agonía de sus enemigos. Su destreza en combate, la victoria contra Iván y la palabra de su padre, le gano un lugar aquí. Cuando su padre y sus generales terminaron de hablar, él levanto la mano y dijo -Padre quisiera hacer una solicitud-
Prodigio suspiro y masajeó su frente, él sabía lo que quería su hijo -¿qué es Kain?-
-¿Quiero ir al campo de batalla?-
La habitación se congeló. Todo el mundo se puso nervioso. No por pensamientos de buena voluntad; sino porque si al monarca le sucede algo en esta guerra ¿Quién va manejar el reino?. Varios tienen ganas de sacar al rey mercenario, pero ninguno se atreve a desafiarlo de frente.
-¿Quien manejara el reino en mi ausencia?- pregunto Prodigio
-Madre- dijo Kain con total tranquilidad -ella lleva varios años aprendiendo de María y de ti sobre el manejo del reino; no te preocupes, ella lo hará bien-
-Sé que tú madre puede manejar el reino, el que me preocupa eres tú-
-Tarde o temprano tendré que ir al campo de batalla. Me falta experiencia, pero tengo la habilidad-
-Ok, supongamos que tienes razón, pero tengo dos condiciones-
-Dilo-
-Primero que todo, tienes que ser autorizado por tu madre. En segundo lugar, no vas a ir al mismo frente que yo; iras a los reinos que están cerca de las montañas-
-Ok. No te preocupes padre, no te defraudaré-
-Eso espero- y con este último punto discutido, terminó el consejo de guerra.
-o-
- Capital de Hyperion, dormitorio de la reina
La habitación de la reina era un lugar diseñado por María. La nodriza de larga trayectoria. Magdalena podría haber pedido ayuda a otras nobles. Pero siempre confió en la anciana. Además de que era su maestra de etiqueta y protocolo. La nodriza por su parte no se hizo problema. Coloco una gran cama con dosel de seda. Una gran alfombra roja encargada a Muosinel y muebles color burdeos a Zchted. El ambiente rezumaba elegancia y sobriedad. Sin embargo, la reina mando a hacer cuadros de toda su familia, los cuales había puesto sobre la chimenea. Como la mayor parte del tiempo, el castillo era un lugar frio y la chimenea funcionaba casi todo el tiempo. Ahora, aun lado del fuego, estaban Kain y Magdalena. Una sentía pena e impotencia. El otro cansancio y resignación.
-¡No! ¡no! y ¡no!, no puedes ir a un campo de batalla. ¡Nadie te protegerá allá!- grito Magdalena. No quería y no le gustaba la idea de mandar a su hijo a la guerra. Si apenas podía proteger a su hijo estando aquí, menos lo podría proteger tan lejos.
-No me puedes tener recluido toda la vida- respondió Kain
Magdalena estaba a punto de llorar, suspiro y miró a Kain a los ojos -¿tienes que ir?-.
-Sí madre, tengo que ir, fortalecerme y volver para protegerlos a ti y Ariel-.
Magdalena trato de apretar los dientes para que nadie escuche su llanto. Kain se acerco y la abrazo tratando de consolarla.
"Toc"toc" sonó la robusta puerta que daba al pasillo y Kain pregunto -¿quién es?-
-Soy yo- respondió el rey prodigio
-Pasa-
Magdalena vio entrar a su marido y se refugió en sus brazos "Prodigio me quieren quitar a mi hijo", "se lo quieren llevar a la guerra" decía mientras lloraba sin consuelo. Prodigio suspiro por la incómoda situación -no te preocupes Magdalena- dijo con total confianza -he arreglado todo. Kain irá a un campo de batalla más pacífico. También estará acompañado de Vissarion y Silver Gale que son un grupo de mercenarios. Se podría decir que somos viejos competidores-
Magdalena malentendió a su marido y con sus manos en forma de garra, lo pellizco en el estómago. Ella estaba indigna -¡maldito!- dijo en un arranque de ira -vas a enviar a mi hijo con tu enemigo. ¿Por qué mejor no lo envías al mar en una balsa?, puede que tenga más posibilidades de vivir-
Prodigio se sintió indefenso, pero se explicó en medio del dolor de ser pellizcado -amor, no es así, no es esa clase de rivalidad que tú piensas. Nosotros queríamos construir nuestro propio reino y mejorar la vida de las personas. Yo ya lo logre, pero él ha tenido menos suerte y todavía no puede lograr su sueño-
Entonces Magdalena le dio una mirada feroz a Prodigio -tienes que cuidar a mi hijo, ¿entendido?-
Prodigio esta vez se negó -no puedo hacer eso Magdalena- dijo -el campo de batalla es un lugar hostil y salvaje. Pasan muchas cosas que la gente no entiende. Es la ley de la jungla y solo los fuertes sobreviven- después miro a Kain y le dijo -Kain, está es la primera, pero no la última vez que vas a la guerra. Haz tu mejor esfuerzo para que la próxima vez tú madre este mas tranquila-
-Sí padre- respondió Kain
Magdalena se asustó y le dedico una mirada -Promete Kain, si pasa algo, si se pone peligroso, huirás-. Magdalena por ningún motivo quería perder a su hijo. Muchas veces soñó con que Kain se convertía en un caballero de blanca armadura. No obstante, ahora que el peligro está aquí, no quiere dejar que el caballero de blanca armadura se forme y crezca.
-No te preocupes madre, no pelearé peleas tontas, no moriré en vano. Mientras haya vida siempre se puede cambiar el destino-
Magdalena que escuchó esto, sonrió por fin y abrazó a Kain.
-No te preocupes madre, volveré sin lugar a dudas-
Prodigio entrego su última orden -Kain, te permito ir al campo de batalla, pero no puedes llevar a nadie (no combatiente) contigo. Iván y Vivían pidieron que llevaras a Rose contigo. Será una buena experiencia en su camino de la espada. ¡Recuerda Kain!, el campo de batalla es un lugar caótico. Trata de cuidarte y cuidar de Rose, porque siempre hay gente infame que viven como animales-
Kain lo sabía, pero solo asintió.
-o-
- Capital de Hyperion, lugar: anexo del castillo
En un día fresco y primaveral, Kain estaba en su oficina y miraba por la ventana. Esperaba a sus amantes para conversar lo que va a pasar el próximo mes."Toctoc" sonó la puerta y Kain respondió -entren-.
Todas las involucradas estaban aquí, menos Justina. Lucy vio a Kain y respondió sin que le preguntaran -mi hermana viene de inmediato, trajo algunas cosas para ti-
-Parece que los rumores corren rápido- dijo Kain. No le gustaban los cotilleos, pero a estas alturas lo único que podía hacer es aceptarlo. Después de todo era un secreto a voces que empezaría la guerra.
Rose levanto su mano y apretó su puño -La gente está emocionada- dijo -no los puedes culpar. El dios de la guerra de Lemuria va al campo de batalla-
-Una exageración-.
-Venciste a mi padre...con solo nueve años venciste al mejor guerrero del reino. Los extranjeros piensan que es fanfarria y publicidad, pero los soldados lo saben Kain, saben que eres fuerte-
-Bueno Rose. Esperemos a Justina y aclaremos esta situación-.
Entonces los cuatro se sentaron e hicieron un poco de conversación ociosa; hablaron sobre la comida, que les gustaría para la merienda y si es posible…obligar a Kain a dejar su entrenamiento y estudios. Él se va a ir y ellas necesitan "recargarse".
"Toctoc" sonó la puerta interrumpiendo la conversación y Lucy se levantó para abrir la puerta.
-Perdón por el retraso- dijo Justina -traje algunas cosas que te pueden servir-
Kain espero a que todas se sentaran y pregunto -¿saben qué hay guerra?, una de verdad y no como la pantalla humo que llevaron durante años-
Todas asintieron. Para los ciudadanos de Lemuria, era un secreto a voces que los cinco reinos vecinos iban a luchar por la supremacía de la región.
-Voy a ir a las tierras montañosas a luchar. Solo Rose está autorizada a venir conmigo, dado que ella es una guerrera y lleva desde la niñez practicando con la espada-
Rose saco su bien dotado pecho. Estaba llena de orgullo por la educación que le dieron sus padres.
Ann tembló al escuchar que iba a comenzar la guerra y pregunto -¿tienes que ir?- a lo que Kain contesto con un -sí, tengo que ir. No por el reino ni nadie, sino para fortalecerme; tú y yo sabemos que le pasa a la gente débil. Si vamos a formar una familia en el futuro tenemos que ser fuertes- Ann afirmó con melancolía y tristeza, ella no quiere que su hijas e hijos pasen por las mismas cosas que ella.
-No se preocupen, mi padre me envió a un lugar tranquilo y menos caótico- Kain trato de calmar a Ann, pero nunca supo si tuvo efecto o no y solo continuo -Lucy y Ann: como no estará Rose para protegerlas, tienen que tener cuidado en la calle. Recuerden que son cercanas a mí y pueden ser objetivo de alguien-
Lucy y Ann -sí-
-Justina tú también. Sigue haciendo tus cosas, pero ten cuidado. Si puedes, lleva a Lucy y Ann contigo. Ellas son inteligentes, pueden asistirte en los negocios, pero contrata más mercenarios para que las cuiden. Si te falta oro, dime y te daré más de inmediato. En lo posible solo trabaja con la familia de Rose-
-Me hacen falta manos Kain- dijo Justina -por el oro no te preocupes, he ganado una licitación de armas y está lloviendo oro sobre la compañía-
Kain la miro intrigado -Espero que no hayas hecho nada ilegal-
Justina le dio una sonrisa traviesa -nada que me hayas prohibido y que vaya en contra de nuestro contrato inicial-
Kain frunció el ceño (esta mujer es impredecible, penso) -Vamos a conversar después. Por otro lado, Rose ve con tu madre y pasa tiempo con ella-
-Gracias por tú consideración con esa vieja bruja, ella…va a ser complicado despedirse- dijo Rose. Ella tenía una cara de preocupación, pero nadie sabía porque.
-Ok, pueden volver a sus cosas. Justina quédate. Tenemos que conversar de ese contrato de armas-
Ann estaba molesta por la excusa de Kain y celosa de su favoritismo; puso una mala cara. Justina vio esto cambió el orden de las cosas -Kain, estoy un poco cansada, creo que deberías hablar con Ann y explicarle la situación. Voy a Bañarme y conversamos a la noche-
Rose salto como si la estuvieran agravando -¡Pilla!, esta noche es mía- Rose disfrutaba de sus momentos con Kain y no estaba dispuesta a cederlos sin obtener una buena compensación.
-Tú vas a ir con tu madre, ¿cierto?-Justina no se inmuto, sabía que Rose no era buena con las palabras.
-Ugh...tienes que compensarme-
-No te preocupes, estamos ampliando el catálogo de dulces-
Después de tal ridícula discusión, todas salieron y solo quedo Kain y Ann.
-¿estás enojado?- pregunto Ann con preocupación, ya que fue demasiado obvia, ¿pero que podía hacer?, ¡así se sentía!.
-No ¿porque? solo me preocupan tus celos- dijo Kain. No quería que ella se sintiera inferior.
-Perdón, no los puedo controlar cuando se trata de ti-
-No te voy de decir que no los sientas, pero tienes que calmarte ¿ok? no es bueno ni sano para ti-
-Mm, lo sé, yo me siento mal sintiendo celos de mis hermanas, perdón-
-No necesitas sentir celos, te amo...ven aquí, necesito castigar a una mujer tan celosa-
-o-
Capital de Hyperion, lugar anexo del castillo, mes de abril.
En la habitación de Kain. Esta el dueño y Rose arreglándose para partir. Rose aun seguía mirándose al espejo. Kain por su parte la miraba desde la cama. Se divertía al ver la agraciada figura de la pelirroja. Como otras veces, ella se había hecho unas delgadas trenzas que le cubrían los costados de la cabeza. De esta manera se veía ordenada y no se le metía el pelo a los ojos. El resto de su pelo estaba ordenado en una cola de caballo.
-¿Tienes todo listo Rose?- pregunto Kain
-Sí Kain, ya podemos partir- respondió Rose
-Bien- dijo Kain levantándose de la cama. Camino hasta la puerta seguido por Rose y salió al pasillo. Kain iba vestido con una armadura negra, una espada en la espalda y una capa en su hombrera. La capa es roja con un emblema blanco. Todo el mundo que ve el emblema pregunta ¿Qué significa? y Kain siempre responde "equilibrio". Este emblema lo acompañó en su vida pasada y simbolizaba el terror, la sangre y el dominio del dios vampírico; en esta vida tampoco será diferente.
-No me gusta ese emblema, se ve siniestro- dijo Rose
-Esa es la idea Rose, debe inspirar temor- respondió Kain
Rose asintió, pero aun así no lo aceptó. Cuando caminaron fuera del anexo, estaban esperándolos Lucy, Justina, Sofía y Ann.
-Ya nos vamos, cuídense y tengan cuidado con los alrededores- les dijo Kain enfocándose en Sofía -le pedí a padre que enviara soldados, pero ten en cuenta que ellos no pueden entrar en la casa-
Sofía asintió, dado que ella sería el ama de llaves. Lucy y Ann iban a estar ayudando a Justina.
-Cuídate Kain, trata de volver lo antes posible- dijo Ann entre lagrimas
-Rose, cuida de Kain- dijo Lucy -no voy a poder estar a su lado. Así que eres en la única que puedo confiar esto- se abrazaron las dos amigas de la infancia; se conocieron jóvenes, pelearon desde entonces, pero con el tiempo nació una hermandad que nadie podría negar.
Rose con lágrimas en los ojos, abrazó a su mejor amiga, es primera la vez que se van a separan.
-Cuídate Kain, espero recibir buenas noticias y que vuelvas a mi- le dijo Justina al oído mientras lo abrazaba
Kain compartió unos cuantos abrazos más y se fue a las caballerizas. Llego a un lugar muy transitado y con olor a bosta de caballos. Solo habia un hombre en la entrada. Kain le dijo -buenas tardes, puedes llamar al encargado. Vengo por mi caballo y él de mi acompañante-
-Deme un momento príncipe, iré de inmediato- el guardia se fue y volvió en un pispas.
-Señor este se llama Harold- dijo un hombre mayor. Andaba solo con una camisa barata, un pantalón y ojotas -y soy el que tiene su caballo, por favor, sígame por aquí-
Kain siguió a Harold. Los caballos estaban apostados a los lados de las caballerizas. Varios soldados llevaban a sus caballos y le echaron una mirada al príncipe. A cada paso que daban olía peor. Al final de su viaje, al fondo de las caballerizas, Kain encontró un precioso caballo negro -como siempre- dijo -padre exagera las cosas. Hubiera sido suficiente con un caballo normal-
-Con todo respeto señor- declaro Harold -no podemos hacer que nuestro dios de la guerra vaya a la batalla en un caballo cualquiera-
Kain suspiro, la gente tenía muchas expectativas en él -gracias Harold, cuidare muy bien a este caballo, ¿tienes un cepillo?-. Se acerco al caballo y poco a poco, le paso la mano por el cuello.
-Deme un momento- dijo Harold y fue corriendo a buscar el cepillo. Ya para cuando volvió, Kain estaba dando un pequeño paseo en el caballo por las caballerizas. Kain se acerco a Harold y extendió su brazo y recibió el cepillo.
-Gracias Harold, ahora nos iremos-
-Cuídese príncipe-
Kain salió de las caballerizas montado en el enorme caballo negro. Se dirigió a la entrada del castillo en donde lo esperaba su familia. Kain se bajó del caballo y junto con Rose camino hacia el rey y la reina. Prodigio hizo un gesto con la cabeza y estuvo firme e inamovible en su lugar. Magdalena lloro mientras abrazaba a Kain y a Rose, pero no dijo nada, ya todo estaba hablado de ante mano.
Kain que miro a la pequeña princesa y le dijo -ven acá preciosa- tomando a Ariel en sus brazos, le dio un abrazo y un beso en la mejilla.
-¿Adónde vas Kai?- pregunto Ariel
-Voy a trabajar a un lugar, no te preocupes volveré rápido-
Ariel empezó a realizar pucheros y abrazó a Kain por el cuello -¡no quiero!-
-Tranquila, voy a volver rápido y cuando vuelva comeremos chocolate ¿ok?-
Ariel que escuchó su tercera cosa favorita en la vida, acepto el trato y sonrió una vez más.
Kain le devolvió la bebé a Magdalena y le dijo en un tono solemne -me voy madre, no te preocupes, volveré en poco tiempo-
-Cuídate hijo- Prodigio le dedico una sonrisa -y entrégale la carta a mi viejo amigo. Recuerda tus poderes y hasta donde llegan. No quiero que andes tratando de remover al general por incompetente, al menos no de este mundo-.
Kain sonrió y replicó -lo tendr�� en mente padre-
Magdalena le dedico unas palabras a Rose -querida, cuídate y cuida de este niño por favor-
Rose se puso firme como si recibiera una orden real -no se preocupe mi reina- dijo -cuidaré del príncipe con todo mi corazón-
Pero Magdalena le dedico una sonrisa divertida -lo sé querida, pero recuerda mantener las cosas bajo control y sin excederse-
Kain y Rose se despidieron y salieron del castillo en sus caballos. Delante y detrás de ellos iban escuadrones de soldados. Todos pertrechados con alabardas y armaduras ligeras. Muchos nobles iban en sus más lujosas carrozas, pero cuando llegaron a los caminos no transitados, se arrepintieron y tuvieron que enviar devuelta sus carruajes.
-Está será un gran aventura, Kain- dijo Rose
-Lo sé Rose, cuida mi espalda- respondió Kain
-Por supuesto, tú también cuida la mía-
Ambos se miraron y siguieron conversando. Rose sonreía como una flor. Compartían sus pensamientos y se entendían haciendo una hermosa escena.
Ese día hubo una multitud de gente que los despidió. Entre medio de todo eso, un muchacho vio esta imagen y se sintió inspirado. Pinto un cuadro que nombró "Los amantes y la guerra". Trato de expresar la juventud, el valor y el amor. Tiempo mas tarde, la reina lo vio y lo encontró tan romántico, que lo compro. Siglos después se le consideraría un tesoro nacional; recuerda el inicio de una nueva era, una leyenda y una figura heroica como pocas