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Hermanas.

Aurora se dio cuenta de que la premiación era más política de lo que había esperado.

Ella estaba en medio de la sala con una bebida en su mano mientras varios políticos y hombres de negocios la rodeaban, hablando con Gervaise Alméras que estaba a su lado y quien hablaba con todos.

A pesar de que ella había pedido que no se realizara una ceremonia, las autoridades continuaron aprovechando su oportunidad para hacer de esto una reunión de influyentes.

Algunos de los hombres o mujeres que se acercaban deseaban entablar conversación con ella y como Aurora apenas respondía, era Alméras quien daba conversación.

Fue luego de un par de minutos que las personas se fueron alejando y Aurora tuvo espacio abierto para notar quienes estaban.

Edward estaba en otra esquina entablando conversación con varios hombres y mujeres que lo rodeaban y cuando él sintió su mirada, levantó la copa que llevaba en saludo.

Aurora, por su parte, asintió y luego miró la hora, frunciendo el ceño al darse cuenta de que ya era tarde.

"¿Te tienes que ir?" Preguntó Alméras de cerca.

"Sí. Tengo un asunto muy importante." Respondió Aurora y mirando a la mujer, agregó. "Me disculpo por tener que retirarme abruptamente."

"¿Un asunto más importante que este?" Preguntó Alméras y al darse cuenta de que ella asentía con seriedad, señaló. "Había imaginado que serias como tu madre y te moverías bien en la política."

Aurora al escuchar a la mujer le dio una mirada de reojo notando que estaba recordando el pasado.

Solamente las personas que no la conocían a ambas la compararían a ella con su madre… Ni la Cardenal Brousseau daría ese comentario.

"No nací para esto." Respondió Aurora y mirando a las personas, comentó. "Aunque entiendo que mantener contactos y entablar una conversación amigable, ayuda. Las relaciones son importantes... Sí dan beneficios."

Sus últimas palabras causaron que Alméras frunciera el ceño y fue por el significado oculto que ella expresaba.

Las personas de aquí estaban relacionadas de algún modo con los héroes y los políticos local e incluso influencias que podrían ser útil en la zona satélite.

Sin embargo, para ella los políticos que estaban aquí no eran importantes y se notaba que habían perdido el objetivo de sus roles.

Ella misma había rechazado a dos candidatos que querían fotos para hacer publicidad en sus campañas electorales y lo gracioso era que esas mismas personas no le importaban lo que sucedió ni con las bestias mágicas o con la calamidad no-muerta.

La Zona Satélite, que fue fundada para la protección y la ayuda de estas tierras, se convirtió en una batalla de influencias políticas de diferentes bandos y con diversas intensiones, perdiendo su objetivo inicial… Por tal razón, ellos no daban beneficios.

"Así que las relaciones para ti se tratan de beneficios." Dijo Alméras al mirarla.

Alméras lo hizo ver como si ella fuera materialista y lo único que le importaban eran los intereses y Aurora sonrió.

"Por supuesto. Estas son relaciones de negocios y hay que mirar los beneficios. Si quisiera amistad lo invitaría a un lugar más cómodo y no está reunión." Respondió Aurora encogiéndose de hombros y viendo que la mujer le daba una sonrisa por la respuesta, señaló. "Ahora si me disculpas tengo que irme."

Alméras asintió para despedirla y Aurora simplemente se alejó y se dirigió al ascensor, pero antes de descender utilizó un artefacto para moverse espacialmente.

Este acto era corto y ya le habían entregado la medalla, así que su tarea había terminado y ahora tenía un asunto más importante que atender… Ir con su hermana para empezar el tour de comida.

Moviéndose a la habitación de otro edificio, Aurora sonrió mientras leía el mensaje de su hermana que la esperaba abajo.

******

Alice sacó una bolsa de papitas mientras leía el mensaje de su hermana que bajaría cuando se cambiara a un conjunto más cómodo.

Ella entendía la razón por la cual Aurora fue a recibir la medalla y su intención de querer darle un cierre a aquellos que perdieron sus seres queridos en la calamidad no-muerta, pero ella no quería estar presente, así que no fue a pesar de que su hermana insistió.

Usando su reloj holográfico para mirar los restaurantes que iban a visitar hoy, Alice levantó la cabeza al notar que un par de transeúntes le dirigían la mirada cuchicheando entre ellos.

"¿La Glotona?"

Ella escuchó el murmullo de la pareja desde lejos y Alice al devolverles la mirada hizo que esas personas continuaran su camino.

Cada día ella estaba siendo más reconocida y si bien en Zerzura sucedía lo mismo, las personas de esa ciudad conocían o habían oído sobre ella y que no le gustaba que le pidieran autógrafos y ese tipo de cosa, así que ellos la evitaban.

Sin embargo, si su nombre y su rostro se volvían famoso mundialmente, las personas buscarían autógrafos o fotos llevando a que su tour de comida por diferentes países fuera problemática.

"Es molesto ser un rango SS…" Murmuró Alice mientras notaba que una niña le apuntaba a ella hablando con su madre.

A pesar de que ella no fue a subir de rango, las autoridades del gremio de mercenario ya la pusieron como un rango SS y fue lo mismo con todas las personas la conocían, lo que era un problema.

¿Tendría que utilizar artefactos para ocultarse? Justo cuando tuvo esa duda, Alice frunció el ceño y se movió lejos de la entrada del hotel a varios metros.

Aparte de la calle principal del hotel, otra calle daba al frente del hotel en una intersección y si ella se quedaba en la entrada del hotel llamaría demasiado la atención y eventualmente alguien vendría a molestarla y Alice prefirió evitarlo y más cuando sentía demasiadas miradas y algunos de ellos parecían sacar fotos.

Al caminar, Alice estuvo por ir a una tienda a comprar algunos dulces, pero prefirió esperar y luego de unos minutos, Aurora salió del hotel.

Su hermana llevaba ropa casual y ella giró para todas partes para buscarla y Alice al ver que su hermana no la encontró levantó la mano.

"Aur…"

Justo cuando la estuvo por llamar, vio cómo su hermana se giraba a la calle al frente del hotel y desenfundaba su espada en un instante.

Lo siguiente que sucedió fue demasiado rápido, incluso para ella.

Primero fue la espada de Aurora rompiéndose a pedazos y luego lo que su hermana había tratado de evitar la golpeaba en el hombro.

Alice vio lentamente como su hermana era impactada y luego la sangre salpicando cuando el proyectil le arrancó gran parte del hombro y parte del torso. Fue la vista lo que hizo que su mente quedara totalmente en blanco como si se hubiera desconectado por completo de la realidad… Como si no quisiera entenderla.

"…"

Lo que la despertó no fue los gritos de las personas o el cuerpo de su hermana golpeando el suelo, fueron los trozos de metal de la espada tintineando en el suelo y fue en ese momento en el que ella volvió a la realidad y al mismo tiempo el tiempo se ralentizó.

Los gritos también parecieron detenerse y alejarse todo, mientras que la sangre de Aurora, que estaba tirada en el suelo con la mayor parte de su hombro y torso prácticamente destruido, revelando vísceras, se extendía por el piso de concreto.

Fue por un instante, menos que un segundo, pero ella vio a su hermana mover su boca por última vez dando el último respiro y luego quedo inmóvil con los ojos abiertos mirando el cielo sin entender lo que había sucedido, similar a ella que no pudo comprender.

Fue en ese instante en el que su hermana dio el último respiro que el tiempo se detuvo por completo.

Aurora… Su hermana… Estaba muerta.

El simple pensamiento rompió algo en el fondo de la mente de Alice y ella volvió a reaccionar en el instante en el que tiempo retrocedía y las heridas de su hermana sanaban mientras el cuerpo volvía a su forma original.

"Me encargaré de ella."

Un anciano de barba blanca y con ojos brillando en un color celeste apareció cerca de Aurora y le habló en voz alta.

"Está en el edificio"

Alice escuchó otra voz joven cerca de ella, pero ella lo ignoró y se giró mirando el edificio que estaba al final de la calle.

A más de quinientos metros se encontraba un balcón vacío en un edificio de varios pisos y Alice levantó su mano.

Su brazo se convirtió en oscuridad que brotó creciendo a más treinta metros de grosor y salió disparado, destruyendo la calle, los autos y también mataría a las personas si no fuera porque el espacio los tragó alejándolos.

El ataque en menos de un segundo golpeó la mitad del edificio y el grueso brazo monstruoso de treinta metros de grosor y más de quinientos metros de longitud chocó con el balcón, atravesando el edificio a la mitad y partiéndolo.

Alice se volvió uno con la oscuridad y apareció en medio de la destrucción viendo como las personas de la oficina de aquí eran movidas espacialmente antes de que fueran aplastadas por los escombros y en esa posición notó que una figura corría en el techo de varios departamentos mientras trataba de activar un artefacto.

El asesino quería escapar y ella no lo dejaría.

"¡Corran!"

"¡Huyan!"

La ira enloquecedora de su interior se desbordó y por primera vez la oscuridad brotó por todas partes de su cuerpo, cayendo a la calle, tragando edificios y la gente que estaba en el suelo trató de correr, pero solamente pudieron salvarse por el espacio que los alejaba.

Los edificios, al ser tocados por la oscuridad, prácticamente se derretían y la oscuridad avanzó cada vez más cubriendo más de cien metros, devorando todo a su paso y ya no solamente la naturaleza.

El concreto reforzado, los muebles de los edificios, el metal de los autos y el suelo fue devorado por la oscuridad mientras continuaba en un maremoto que tragaba todo con una rapidez absurda hasta que alcanzó al tirador que saltaba a otro edificio.

Alice, que avanzaba por la calle con un solo pensamiento en su mente mientras devoraba todo a su paso, vio al tirador y la oscuridad brotó golpeando al hombre tirándolo al interior de un edificio de oficinas.

El gigantesco puño que había atacado se convirtió en ella mientras la oscuridad cubría su cuerpo y ella al pisar el suelo del edificio vio al tirador que había caído en medio de las oficinas, se levantaba y le disparaba.

Utilizó su rifle y la bala voló directamente a su cabeza y al golpearla la atravesó impactando y destrozando su cabeza.

"…"

El impacto destrozó su cabeza, salpicando trozos de oscuridad a cada lado y dejando un ojo de oscuridad colgando en su cuello. Sin embargo, no hubo sangre, ni huesos del cráneo o materia cerebral. Todo fue oscuridad y Alice reformó su cabeza.

La oscuridad tembló y creció formando su cabeza, extendiendo su cabello como hilos de oscuridad y su rostro se reformó dando forma a sus ojos, pestañas, labios y dientes.

La bala que la había atravesado quedo atorada en la oscuridad más atrás y luego la oscuridad movió la bala al frente de ella y ella se dio cuenta de inmediato de lo que tenía la bala.

"Ketzula." Murmuró Alice en voz baja al darse cuenta de que la bala estaba encantada y bendecida por una abominación.

Una bala de Ketzula disparada por un rifle moderno y un tirador extremadamente hábil. Tal combinación, y especialmente la bala que había destrozado su cabeza, también había golpeado la espada de su hermana y luego a ella y… La asesinó.

No… Alice volvió a reaccionar y sus ojos se entrecerraron en el tirador.

Su hermana no iba a morir.

*Bang*

El tirador la sacó de sus pensamientos con disparos y Alice, que se había reformado en su antigua forma física, sintió las balas atravesando su estómago, su ojo, boca, cuello y pecho en donde estaba el corazón.

Lo que tanto tiempo había estado evitando finalmente la había alcanzado y ella se convirtió en la oscuridad que siempre había controlado y Alice, sin importarle su estado, continuó caminando hacia adelante mientras que el tirador retrocedía disparando, esta vez con una escopeta.

Disparo tras disparo, ella lo recibió todo mientras su rostro y cuerpo se deformaba en oscuridad por la potencia de los disparos y se reforma al segundo siguiente, también reformando su vestido negro hecho de su propia oscuridad.

El tirador no pudo correr más cuando fue acorralado en la pared y el hombre la miró.

Alice lo reconoció… Era el tirador que tanto tiempo estuvo buscando a su hermana queriendo asesinarla y ese tirador finalmente había logrado su objetivo y estaba sonriendo.

"Ella está muerta." Dijo el hombre riéndose mientras tiraba la máscara y mostraba la cicatriz en la mejilla.

Alice se detuvo a unos metros de él, escuchando la risa y sintiendo la felicidad y la satisfacción del hombre.

Tal satisfacción la enfureció a más no poder, pero ella no fue ahogada por su locura, fue todo lo contrario. Una frialdad irracional la cubrió por completo y ella, en vez de detenerlo, dejó que el tirador disfrutara cada momento de su éxito.

Ella sabía que su hermana estaba viva y el Sumo Pontífice Abraham se encargaría de ello… No, no sería ese anciano, sino aquel que se había movido antes y que se presentó antes que cualquiera.

Aun así, los recuerdos volvieron a su mente y ella vio a su hermana de vuelta, tirada en el suelo, con su cuerpo parcialmente destruido y sin vida… Tal idea la hizo poner una expresión fría que provocó que Jake sonriera.

Una sonrisa de satisfacción y éxito y el hombre cargando su arma de vuelta se la metió en su boca y mirándola apretó el gatillo.

"…"

La sangre del hombre manchó la pared y el cuerpo cayó al suelo ensuciando todo y Alice al verlo morir no sintió la satisfacción que buscaba

No la iba a sentir de este modo… Necesitaba más. Necesitaba mostrarle al hombre la razón por la cual no debían meterse con su hermana.

No, necesitaba mostrárselos a todos lo que les sucedería si alguien iba en contra de su hermana y lo haría de la manera más cruel posible.

"Revívelo." Ordenó Alice apenas conteniendo el deseo retorcido de venganza.

Aquel que la estaba siguiendo la escuchó y el tiempo retrocedió alrededor del cadáver del tirador y chocó con una divinidad abominable.

¿El tirador había vendido su alma a Ketzula? Quizás ese dios estaba enojado por el fracaso de su secta con el plan en Egipto y por tal razón ayudó con esas balas que contenían el poder de un dios. Poder que Aurora ni ella podían soportar directamente.

Sin embargo, esta vez la influencia y el poderío de Ketzula no pudo enfrentarse al tiempo.

El Dios de las Abominaciones, el Deseo y los Ambiciosos fue empujado hacia atrás y el alma que había reclamado se le fue robada de las manos por el tiempo y el cuerpo del tirador se regeneró y él volvió a abrir los ojos.

"Grrh…"

Lanzas negras atravesaron los brazos y piernas del hombre, inmovilizándolo en contra de la pared y Alice se acercó a él, sin todavía sentirse satisfecha.

"Ella no está muerta." Dijo Alice en un tono plano.

Jake frunció el ceño y al mirar a quienes estaban a su espalda, Alice notó dos figuras reveladas en el reflejo de los ojos del hombre.

Un joven y un viejo… Alice se concentró de vuelta cuando Jake escupió al piso.

"Si la pude asesinar una vez podemos hacerlo otras veces…" Gruñó Jake en voz alta y mirando a alguien a su espalda, declaró. "Él no puede mirarla todo el tiempo."

Alice se giró para mirar la figura del Sumo Pontífice Abraham, cuyos ojos brillaban en un color celeste infinito, y luego dirigió su mirada al joven hombre cuyos ojos eran zafiros brillantes.

"Es cierto." Murmuró Alice volviendo la mirada al tirador.

En este punto su mente estaba más fría que nunca y más aguda de lo que había estado jamás, pero a la vez había algo más oscuro y aterrador brotando de su interior. Algo que ella había tratado de ocultar durante mucho tiempo.

Su hermana fue atacada de tal modo que nadie lo esperaba y si bien ella podría estar en guardia, era imposible vigilarla para siempre… Tal idea era lógica.

Quizás si la encerraban en un lugar seguro, ella podría evitar que su hermana se viera involucrada en asuntos de muerte o la trataran de asesinar, pero… ¿Aurora lo aceptaría?

No. Aurora jamás aceptó vivir encerrada y siempre enfrentó los problemas por su cuenta, aunque eso significara arriesgar su vida.

Así que a pesar de que Jake lo dijo para sí mismo tratando de hacerse la idea, sus palabras eran correctas.

"Aunque si un momento así llegara a suceder de vuelta, tú no estarás presente." Dijo Alice y viendo que Jake se trataba de morder la lengua, ella hizo que la oscuridad se adentrara por la boca y al verlo luchar, sonrió de manera distorsionada. "Debí matarte cuando mi hermana asesinó a tus padres. Eliminar los problemas futuros hubiera sido lo mejor."

Alice recordó a su hermana en la venganza que llevó hace tiempo en contra Malik y su gente y los padres de Jake eran parte de los escalones del gremio de Malik Zamora y fue Aurora quien los asesinó y ella estuvo ahí, acompañando a su hermana y ayudándola con el trabajo.

Jake vio a sus padres morir y Aurora le perdonó la vida… Alice ahora se daba cuenta de que fue un error. Hubiera matado al niño cuando era joven.

"Sin embargo, no repetiré ese error." Dijo Alice y forzando al hombre con una mano de oscuridad para que la mirara a los ojos, declaró. "Buscaré a tus amigos, tus conocidos y tus seres queridos y luego a los familiares de tus conocidos. Empezaré matándolos lentamente en frente de ellos. Uno por uno y cuando ellos te hayan odiado por sus pérdidas, los mataré en frente de ti."

La expresión de Jake se volvió pálida y la razón fue al sentir la sed de sangre y frialdad palpable en su voz y Alice continuó apenas conteniendo su desbordante ira que amenazaba por convertirse en locura violenta, pero se detuvo.

No iba a ser suficiente si enloquecía ahora mismo… Tal acto jamás saciaría la sed de sangre y tampoco calmaría la ira que estaba sintiendo, así que continúo mirando al hombre viendo el miedo que él estaba sintiendo al ver su rostro sonriente al imaginar el escenario.

"Ellos morirán culpándote por la muerte de sus familiares y tú vivirás soportando la culpa." Dijo Alice y sonriendo al ver al hombre tener miedo, anunció. "No voy a asesinarte. La muerte es el camino fácil. Haré que vivas un infierno en el que desearías la muerte y rogaras por el perdón."

Y cuando llegue ese momento, ella lo dejaría en el infierno, olvidándose de su existencia hasta el fin de los días.

La muerte era la salida fácil y para calmar la desbordante ira, furia y enojo que estaba sintiendo una simple venganza no sería suficiente… Ella necesitaba que él sufriera y lo haría sufrir, aunque tuviera que transformarse en un monstruo.

No, al ver los ojos llenos de miedo del hombre, ella se dio cuenta de que ya se había convertido en un monstruo. Sin embargo, todavía era superficial y ella, al darse cuenta de que el hombre había visto una pizca de lo que ella deseaba hacer, lo tragó en su sombra para mantenerlo vivo y vigilado hasta que el momento que ella le había prometido llegara.

"Aurora todavía está cansada. El tiempo no es algo que los mortales puedan soportar. La he enviado a descansar." Dijo el Sumo Pontífice Abraham al darse cuenta de que ella estaba en silencio.

Alice al escuchar la voz del anciano sintió el alivio al escuchar esas palabras y su mente se concentró en su hermana y ella caminó para salir de inmediato del edificio.

Todo desapareció de su vista y lo único que quedó fue la preocupación por su hermana. Ella necesitaba estar con su hermana.

Capítulo del día espero que lo disfruten. Por cierto, sigue la historia paralela y luego volvemos a la historia principal. Recuerden que pueden ir a discord por si quieren comentar o hablar de la historia o enviarme un mensaje en privado. Todo es bien recibido.

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