En un espacio blanco ilimitado, Aurora mantuvo sus ojos cerrados tratando de meditar.
Su maestro luego de que ella ascendiera al rango A la obligó a tener un entrenamiento que la llevó a detener sus aventuras y si bien Aurora entendía que su maestro quería que ella se adaptara a su nueva fuerza, le fue difícil soportarlo.
No entendía por qué necesitaba meditar. Ella no lo necesitaba, lo que quería era entrenar y mover su espada.
Tal método era más relajante que simplemente quedarse sentada con las piernas cruzadas tratando de mantener la mente en blanco y ciertamente esto último era aún más difícil.
La dificultad no venía de los pensamientos que tenía en su mente, sino que lentamente caía, dormía y cabeceaba queriendo caerse.
—Esto también es parte de tu entrenamiento.
Su sistema le habló y Aurora, que volvió a concentrarse, asintió a medias.
Comprendía que la meditación era un modo para mover su energía mágica del modo que su maestro le enseño, pero si Aurora era sincera… Desde hace tiempo lo hacía naturalmente en cada momento.
Su forma de respirar había cambiado y su energía mágica era más versátil que nunca en su cuerpo, permitiendo reforzar su cuerpo si era necesario y ahora que ella comprendía mejor su cuerpo se daba cuenta de que era talentosa.
Al pensar en lo último, ella soltó una pequeña risa llena de diversión.
"Auchh…"
Aurora sin percibir ninguna presencia, sintió un golpe en su cabeza y ella abrió los ojos frotándose la cabeza mirando a su maestro que le había lanzado una espada de madera de tal modo que la golpeó.
"¿Por qué me molesta mientras medito, maestro? Eso está mal." Dijo Aurora y por primera vez su maestro dudó si ella estaba diciendo la verdad.
El objetivo de meditar era manipular la energía mágica en su cuerpo y como ella lo hacía naturalmente, su maestro solamente sabía que ella meditaba 'correctamente'.
"Creo que ya estoy lista para volver a salir. He estado semanas entrenando y adaptándome a mi fuerza." Dijo Aurora aprovechando su oportunidad.
¡Quería salir!
Ella había logrado convertirse en un rango A y a pesar de que Aurora quiso moverse por el mundo para ir a ayudar, todavía no había podido.
En todas partes estaban ocurriendo desbordes, monstruos, bestias y en algunos lugares tales apariciones eran mayores que en otros.
Esta vez no iba a ir oculta y se había preparado para hablarlo con su madre y padre, ya que ellos usaban círculos mágicos para moverse por el mundo y ella también quería usarlos.
También podía contar con James, pero no sabía cómo lo tomaría Alice y más cuando ahora mismo ella probablemente estaba en unas de esas reuniones que el anciano tanto insistía que fuera.
"¿Lo estás?" Dudó el anciano y al ver que ella asentía, preguntó. "¿Entonces dime qué clase de aura de espada tienes?"
¿Qué clase de aura tenía? La mirada de su maestro era seria y él quería una respuesta sincera y directa, así que Aurora se tomó su tiempo para ordenar las palabras en su mente.
"Es un aura que me permite golpear lo que quiero. Un aura que alcanza cada objetivo que tengo. Es rápida, diría que más débil que cortar directamente con mi espada, pero cuando pongo empeñó puede ser rápida y precisa." Respondió Aurora luego de analizarlo detenidamente.
Su aura verde nació de su deseo de alcanzar su objetivo y era útil al atacar a distancia, permitiéndole a ella cortar a sus objetivos.
Había probado los límites de su aura y había visto que hasta seguía a sus objetivos para cortarlos y si bien se debilitaba con el tiempo y la distancia, seguía siendo fuerte y precisa.
Extremadamente útil para cuando era necesario un aura que la ayudara a alcanzar su oponente a distancia.
"¿Estoy en lo correcto?" Preguntó Aurora mirando a su maestro que no respondía.
El anciano la miraba detenidamente como si quisiera saber qué era lo que ella pensaba y al escuchar su respuesta, asintió.
"Lo estás. A medias." Respondió su maestro y luego de pensarlo, declaró. "El concepto es la manifestación de tu experiencia, de toda tu vida. ¿Crees que un momento puede decidir tu concepto?"
Fue un momento el que deseo cortar a la serpiente para salvar a la mujer herida y fue durante ese segundo que todas las cosas cambiaron y ella se movió instintivamente.
Sin embargo, esa aura no podía entrar en la categoría de 'manifestación de la experiencia de vida', ya que todo fue un instante.
"Tienes diez años…"
"Once años, maestro." Interrumpió Aurora y el anciano le dio una mirada silenciándola en el acto.
"Once años. Eres más fuerte que muchos y a pesar de que has salido este último año, todavía careces de experiencia. Un solo acto no definirá tu aura de espada. Tienes que ver más allá." Recomendó el anciano y al ver que ella se rascaba la cabeza, explicó. "La voluntad en tu mundo lo es todo y en ese momento solo plasmaste tus deseos por medio de tu voluntad y dio forma a tu aura verde… Un aura que puede cortar el objetivo sin importar los obstáculos."
Aurora frunció sutilmente el ceño, sintiéndose algo incómoda.
Le era complicado entender la 'voluntad' a la que se refería, ya que iba más allá del deseo o intención y le costaba comprender la magnitud de todo.
Aun así, entendió a lo que su maestro apuntaba.
El aura verde cortaba su objetivo sin importar que obstáculos se encontrara y si bien se debilitaba por barreras o estructuras, seguía cortando sin importar la situación… Y tal idea era irreal si uno lo veía de la perspectiva más mundana.
"Piensa más en tu aura y en lo que sientes cuando la usas. También piensa más allá y no te centres en tu nueva aura verde." Señaló su maestro y viendo que ella asentía a medias, todavía perdida, le sonrió. "Ahora puedes irte."
Aurora se levantó y le dio un agradecimiento mientras su mente todavía reflexionaba del tema.
¿Su aura verde era su aura o parte del concepto de rango S del que hablaba su hermana? Y si era esto último… ¿Qué clase de concepto tenía?
Había muchas preguntas que tendría que responder… Luego de empezar a trabajar como heroína.
Aurora dio una sonrisa mientras volvía a su habitación y al no sentir a su hermana, sonrió esperando que ella viniera de la reunión con la empresa.
Todavía tenían que arreglar muchas cosas, incluyendo la participación de su hermana y que traje usarían… Después de todo, iba a ser una heroína.
******
Alice subió un ascensor con James a su lado y a pesar de que la música del ascensor debía ser relajante, ella pudo sentir la tensión del hombre.
No importa cuánto se ocultará detrás de la sonrisa que siempre llevaba, era imposible no sentir la tensión y aún más profundo había algo más oscuro ocultó.
La puerta del ascensor se abrió y James dio un paso adelante dando una sonrisa para que entrara.
Estaba en una sala del nuevo edificio de la Ciudad Atlántida que la Empresa Apicius ocuparía y estaban en lo alto, mientras que por la ventana se dejaba ver las luces brillando de otros edificios.
Era de noche y, aun así, las luces brillaban en todas partes mostrando que la ciudad estaba despierta y trabajando duramente. Eso era especialmente cierto para las construcciones a los límites de la ciudad.
Sin embargo, en el interior de la sala en donde se podían ver varias personas no estaban de fiesta, sino que en un silencio y apenas ella entró, todos la miraron.
Las miradas se fijaron en ellas y el silencio se hizo eco en la sala mientras que ella caminaba hacia el frente.
A Alice le disgusto la forma en la que ellos la miraba… No, le disgusto la forma que ellos desviaban la mirada o bajaban sus ojos sin intenciones de observarla directamente.
Ella se detuvo en mitad de todos y se giró para mirar a esas personas que conocía por primera vez, sintiendo que su irritación aumentaba y…
"¿Así es como miran a una niña?" Preguntó en voz alta.
Las miradas de cada uno de ellos bajo al suelo, sin atreverse a mirarla directamente y en esa sensación de respeto que trataban de mostrar, también revelaron miedo… Un profundo miedo que no se quitaba fácilmente.
Los miembros de esta fiesta eran los accionistas y sus familias y ocultos entre la multitud, ella podía ver algunos niños, cuyos padres obligaban a que bajaran la cabeza.
La molestia creció y sus ojos se volvieron frío y…
"No hay necesidad de molestarse, joven señorita."
Una voz apareció de cerca y no fue de James, quien estaba su lado sin saber qué hacer con la tensión, fue un anciano con algunas arrugas y una sonrisa relajada.
Ese anciano estaba empujando un cachorrito de platos de comida cubiertos por cúpulas de metal.
"Su hermana le avisó a James para que le tuviéramos preparado algo para usted." Dijo el hombre y trayendo los platos, señaló. "¿Quiere probarlo?"
Él sacó la tapa de algunos platos mostrando varios platos que lucían delicioso y Alice frunció el ceño no por el anciano que lo único que buscaba era aplacar su ira y molestia, sino que por la gente que la rodeaba.
Ellos levantaban la mirada continuamente entremezclando el respeto profundo junto a un miedo innatural y tal muestra de emociones la incomodaba.
Fue Gaspard quien le dio una mirada a James y este sonrió.
"Por favor, continúen con la fiesta." Ordenó James y todos volvieron a moverse y hablar entre ellos.
Era innatural y la atmosfera extraña todavía continuaba, provocando que Alice frunciera aún más el ceño a pesar de que tomó un tenedor para empezar a comer.
"Lo siento, Su Excelencia no imagine que esto sería…"
"James, la joven señorita, desea comer y volver a casa. Creo que esto es suficiente por hoy." Interrumpió Gaspard dándole una mirada a James para que se quedara en silencio.
"Llamaré a su madre para que la venga a buscar." Avisó James antes de retirarse.
Alice comió en silencio y a pesar de que le gustó la comida, su humor ya había caído en picada y ella ocultó todos sus pensamientos en el fondo de su mente.
"Es un buen hombre." Dijo Gaspard de repente y cuando ella levantó la cabeza, murmuró. "Se esfuerza por usted. Al igual que yo me esfuerzo por traerle mis mejores platos."
El 'Maestro Culinario' que estaba sorprendiendo al mundo con sus platos, le sirvió jugo con modales perfectos y al terminar, le sonrió.
"La empresa y sus… Responsabilidades son de usted y él hace lo posible para ayudar y evitar que usted se vea involucrada en la carga." Dijo el anciano y en silencio, agregó. "Eventualmente, disfrutará los beneficios de la empresa y para llegar a ese momento debe soportar a personas como nosotros. Al igual que me soporta a mí por mis platos."
El anciano mantuvo la sonrisa en calma mientras le volvía a servir jugo y la forma en la que miraba no era para nada similar a los demás.
Una mirada llena de calma y sabiduría que trascendía la edad de cualquier persona en esta sala… Al igual como los platos que el anciano trascendían el sabor.
Era imposible estar enojada luego de comer y si bien hasta ahora Alice había probado un trozo, tuvo que admitir que era deliciosa y quizás su fanatismo por la comida, afectaba la imagen que ella tenía del anciano.
Después de todo, un excelente cocinero debía ser una persona respetable… Tal lógica le parecía correcta.
"Su Excelencia, su madre la espera." Dijo James al acercarse.
Alice al escuchar la forma que le hablaba frunció el ceño y luego suspiró evitando molestarse más.
Su madre la estaba esperando y antes de que ella fuera al ascensor, frunció el ceño, esta vez al mirar la comida que apenas empezaba a probar.
En el carro tenía diferentes secciones con distintos platos y fue obvio que esto no era para compartir con los demás miembros de la fiesta.
"Se lo enviaremos a su casa para que comparta con su familia." Dijo Gaspard dando una sonrisa.
Alice asintió más relajada y cuando estaba por salir, se giró para mirar al anciano y le dio un asentimiento de agradecimiento por la comida.
Entonces entró al ascensor y bajó junto a James que estaba en silencio.
"No me gustan estas fiestas. No me gusta estar presente, ni venir y menos que esas… Personas me miren de esa forma." Dijo Alice en voz baja, mirando hacia adelante, ignorando la reacción del anciano y luego de tomarse un momento, añadió. "Sin embargo, entiendo la razón de mi presencia. No obstante, la próxima vez que venga prepara un artefacto para mantenerme oculta o no invites a todos para que me vean como un fenómeno en un circo."
"Lo entiendo y me disculpo por mis fallas." Respondió James luego de un silencio.
Alice se relajó sutilmente al recibir la respuesta y cuando la puerta del ascensor se abrió, ella corrió a la mujer que la esperaba y fue recibida con los brazos abiertos.
"¿Sucedió algo, mi niña?" Preguntó su madre al notar su estado de ánimo.
La voz se filtró con una pizca de intención asesina tan aguda que incluso ella lo percibió.
Tal frialdad fue dirigida a James en busca de respuesta y Alice, al sentir los brazos, el cariño y el sentido protector de la mujer, se relajó y se acurrucó, olvidándose de todo.
"No, madre. Vamos a casa." Murmuró Alice y su madre le dirigió una mirada, entonces cuando sus ojos se cruzaron el espacio se distorsionó.
Su madre le dio un beso en la frente y si bien su hermana diría que era una niña grande y se quejaría de ser trata de esa forma, Alice simplemente lo recibió y se relajó.
"Sabes que no necesitas venir a esas reuniones si lo deseas." Dijo su madre en voz baja.
El espacio siguió distorsionándose en el viaje hacia su casa y Alice, luego de dudar un segundo, abrazó con mayor fuerza a la mujer.
"Lo sé… Aun así, está bien. Ellos son parte de mi responsabilidad." Murmuró Alice en voz baja.
Una empresa creada en su nombre y para ella… Era imposible no tratarlos como su responsabilidad y la utilidad era la única razón por la cual ella no se deshacía de ellos.
Su madre se rio y cuando ella levantó la cabeza, la mujer la volvió a abrazar.
"¡Mi pequeña está creciendo!" Exclamó Agatha con un tono dulce lleno de alegría y orgullo.
Ese tono, la mirada y el abrazo de la mujer hizo que Alice se pusiera ligeramente roja de vergüenza… Ahora entendió de donde su hermana sacó ese lado burlón que tenía.