[La sangre se derrama]

Aunque se habían acercado bastante, aún había una distancia considerable entre los dos. El terreno de batalla del coliseo, era bastante grande; Capaz de albergar luchas de un poder siseante, entre la vida y la muerte.

Aunque el Ladrón Celestial mantenía una sonrisa en su rostro, era simplemente para enmascarar su desconfianza interior. Conocía el historial de su oponente: Desmembramientos, perforaciones, aplastamientos y decapitaciones; Era un juego violento, implacable y de sangre fría... ¡Y está era una batalla de vida o muerte!

Por otro lado, el individuo tonificado y rubio, mantenía una expresión de nula emoción. Aunque su estilo de pelea estaba definido como bárbaro, no era un idiota ignorante; Comprendía que con su burda habilidad definida, iba a ser difícil tratar con alguien que provenía del Continente Alto; Caracterizada por sus misteriosas y secretas habilidades mágicas.

Finalmente su sangre empezó a moverse. Había empezado a emplear una técnica respiratoria, para poner a marchar la misma; Así sintonizar con un espíritu guerrero acordé a la siguiente batalla.

Al mismo tiempo, el Ladrón Celestial que se llamaba Gueyi, empezó a realizar unos estiramientos simples y acrobacias propias de un payaso.

Mientras los luchadores se preparaban para una batalla de vida o muerte, el público clamaba por el siguiente evento. Está excitación fue rápidamente transportada a sus bolsillos, que velozmente se vaciaron como si fuera obra del Ladrón Celestial. El contenido original de sus bolsillos, ahora se encontraba esparcido por el campo del coliseo: Monedas y ocasionalmente, minerales extraños.

Ante esta reacción del público, el presentador rápidamente tomó riendas sobre el asunto.

"Quién sobrevivirá, quién morirá; Quién apestara a licores, quién aceptara el abrazo de la amante fría".

Ante está exclamación, algo pareció reaccionar y un fuerte ruido se transportó por el área de batalla, hasta las gradas más altas.

Ante este recordatorio, Gueyi, inmediatamente tomó distancia de su oponente. Sus habilidades no estaban centradas en una batalla de frente.

Darbbon, el Rey de los Guerreros, no tomó represalias inmediatamente. Habiendo estudiado a su oponente, había aprendido sobre sus habilidades y temperamento; Comprendió que él debería llevar las riendas de la lucha en su periodo inicial.

Por lo qué, sin apresurarse, invocó en el aire un sello mágico con intricados símbolos, del cual salió un artículo. Este era un elemento de apoyo, diseñado para guardar una sola cosa, en este caso: Una espada ancha, de longitud promedio.

Gueyi al observar esto, rápidamente puso manos a la obra. De la nada, materializó una capa completamente negra sobre su atuendo simple, así como empezó a portar dos dagas, hechas de un material raro: Plata encantada. El cual, inherentemente, estaba imbuido en energía escalofriante.

Pero ese no fue el final de sus acciones: De su figura provino una risa estridente, denotando locura. Cuando esté sonido se había transportado a una considerable distancia, la barrera mágica hecha con una matriz, para proteger al público, se activó. Esto demostró que en realidad, era una habilidad de Gueyi.

Pero cuando el ruido se acercó a Dorbban, este pareció no tener efecto. Él permaneció imperturbable.

Finalmente con la decisión de tomar acción, se acercó con pasos moderados, arrastrando su espada ancha. Esto, cometió el contener de la respiración del público.

Pero rápidamente con una habilidad de pies prodigioso, apareció frente a Gueyi. La batalla había comenzado... Con un golpe horizontal de Dorbban, el cuál raspó el aire, cortando la respiración de muchos.

Pero frente a este golpe, aparentemente difícil de resistir, Gueyi demostró un juego de pies y control corporal mayor, esquivando rápidamente este. Retirándose a unos pies de distancia.

Aparentemente, una ira no disimulada apareció en el rostro de Dorbban, quién arremetió con furia. Señalando una vez más, que le pertenecía un sistema burdo.

Golpes sin par empezaron a llover sobre Gueyi, quién los evitaba con maestría, con sus pies rápidos, producto de su profesión.

Su intención era obvia para muchos entendidos en las gradas: Desgastar al vigoroso Dorbban. Ya habían formado el prejuicio, que fue una pésima elección de arma de su parte, contra un práctico y hábil Ladrón, quién disfrutaba del viento como de la tierra.

Pero contra sus expectativas, Dorbban prosiguió con su demostración ineficiente, siendo terco. De un momento a otro, Gueyi ya no recibió los golpes pasivamente, sino que respondió recíprocamente. Ya no sólo se movía como serpiente, sino que quería profundizar sus colmillos venenosos sobre la carne de su oponente.

Increíblemente, logró un pequeño logro en su cometido. Además de esquivar la temeraria ofensiva de su oponente, ocasionalmente lograba conectar sus dagas contra su piel, causando cortes leves.

Pero esto no realizó un cambio en las tácticas de su oponente, quién le había realizado sólo unos leves cortes, a pesar de su incansable e incontrolable ofensiva. Esto le pasó factura, ya que causó una acumulación de cansancio y pequeñas heridas infectadas por corrosiva energía helada. Así, de un momento a otro, Dorbban se retiró decididamente a una parte trasera.

Su respiración era tensa, lo que había interrumpido su flujo de energía interna, agravando su estado. Ante está escena, Gueyi redobló su emoción. Así, con una mirada excitada, se dirigió impecablemente hacía la dirección de Dorbban en mal estado.

Pero en contra de sus expectativas y la de todos, Dorbban realizó una acción impensada. Con un agarre firme en su espada ancha, la lanzó en forma horizontal, como si fuera una lanza en dirección del rápido y desprevenido Gueyi.

Quién ejerciendo toda su habilidad, experiencia y talento, logró doblegar su cuerpo de formas imposibles, y milagrosamente, logró evitar el mayor daño posible, sacrificando su hombro.

Ante el impacto que extrañamente no fue tan pesado, cayó sin fuerzas sobre el campo, impactando gravemente contra este. Pero ante las circunstancias, obligó a su mente a maquinar, con la intención de escapar de su situación peligrosa.

Pero una energía salvaje y creciente, se arremolineó sobre su pecho, hundiendo este. Este movimiento atrajó otro efecto: Fue elevado a una distancia considerable, donde extendió una habilidad mágica similar al tejer de hilos, mientras vomitaba sangre.

Darbbon paró su arremetida, al observar está extraña habilidad de efecto desconocido. Extrañaba empuñar su espada ancha liviana; De hecho, era una espada al azar que había empuñado especialmente para está batalla. Aunque era una espada ancha, se diferenciaba de todas otras por una característica particular: Su peso.

Estudiando y analizando la información de su oponente, ya había previsto posibles acciones, por lo cual, había planeado con antelación.

Gueyi se encontraba tendido en el suelo sin fuerzas, vigorosamente intentaba recuperarse, pero tosía sangre constantemente. Mientras tenía que incluir un suministro constante de energía, estaba en una situación agraviante.

"Oh, espíritus heroicos caídos, os invitó al plano terrenal por una velada con la indiferente batalla. Haced caso, por la llama eterna de la lucha". Darbbon lo pronunció un total de tres veces, con una extrema seriedad. Entonando un hechizo de alto nivel.

Así, siete figuras ilusorias surgieron de la tierra, edificandose en un cuerpo humanoide; Quienes rápidamente fueron recubiertos con la energía dorada de Darbbon.

Las siete figuras se abalanzaron imprudentemente contra el área dónde había rodeado los hilos de Gueyi, temerariamente, sin temor a nada.

Ante el giro de acontecimientos, Gueyi tuvo que tomar rápidamente una decisión, invocando siete figuras doppelgangers de él mismo.

Así, en una extraña secuencia en el espacio modificado, las figuras se encontraron, pelearon pero se distanciaron rápidamente. Era una ilusión de espacio distorsionado, con la intención de confundir las consciencias de quienes se adentrarán. Pero los siete espíritus convocados eran desprovistos de está, sólo con un ferviente deseo de lucha.

Esto puso en aprietos a Gueyi, quién se encontraba sudando debido a la desesperación, además del dolor. Pero observó como Darbbon había clavado su verdadera espada en el suelo, esparciendo su vigorosa energía dorada por todo el campo y subsuelo.

Gueyi conocía está habilidad, siendo una crítica así como de campo abierto; Pero así como espléndida era, también mantenía una debilidad fatal: El usuario no podía moverse por un tiempo prolongado, mientras se ejecutaba.

Ante este pequeño sentimiento de esperanza, Gueyi se movió con desesperación en dirección a Dorbban. En un instante se posicionó sobre él, extendiendo sus dagas y armas ocultas, ocasionando daños serios en Dorbban.

Pero antes que pudiera celebrarlo, nuevamente se encontraba en el aire, con sabor a hierro en su boca.

"Palma de Oso demoníaco ardiente"

Y para acabar con sus esperanzas, siete protuberancias habían aparecido sobre su piel, debido a siete perforaciones.

"Siete clavos de Dios". Dorbban quién había extendido su energía para confundir a su oponente, y en realidad, había ejecutado una de sus habilidades secretas, mencionó en un respiro.

Pero ese no fue el final, debido a que se trataba de una habilidad para sellar al objetivo. Más se encontraba en un estado sin energía; Luego de un intercambio impecable, con demostraciones mágicas, su energía mágica prácticamente se había secado.

Pero como en su anterior demostración, invocó una corona a través de un sello mágico. Está era una de sus características distintivas en el Continente norte, y el porque lo llamaron 'Rey'.

En tierras ajenas, nunca la había mostrado. Pero hoy fue un día distinto, uno en el cual se le convocó a una lucha a muerte obligatoria.

Agarrando la corona entre sus manos, la tiró detrás de él, sin ningún deparo o lástima. Pero un fenómeno mágico sucedió: La originalmente corona, con un vórtice de energía, se convirtió en un mini-sol lleno de vitalidad. Ocupando espacio arrogantemente y escupiendo llamas como señor.

La energía que contenía el sol, rápidamente fue atraída a Dorbban, quién la absorbió con desespero. Finalmente con la energía reunida, levanto el brazo para pronunciar una sentencia final.

"La lanza del señor".

La sangre de Gueyi recorría por el campo...