El grupo de Frisk se reunió en un lugar seguro de la ciudad, preparándose para llevar a cabo el ritual de sellado del "Cuchillo del Pasado" utilizando el "Sello de la Redención". La responsabilidad pesaba sobre sus hombros, conscientes de que este acto determinaría el destino de la ciudad y su gente.
Chara, aún luchando con sus propias emociones y recuerdos, se unió al grupo con determinación. A pesar de sus propias dudas y temores, estaba decidido a hacer todo lo posible para reparar el daño causado por la influencia del cuchillo.
Con la reliquia ancestral en sus manos, Frisk y sus amigos se acercaron al lugar donde habían encontrado por última vez el cuchillo. La energía oscura que emanaba del arma era palpable, recordándoles el peligro latente que representaba.
Siguiendo un antiguo ritual, el grupo comenzó el proceso de sellado. Concentraron sus poderes y sentimientos, canalizando la esencia del "Sello de la Redención" hacia el cuchillo, buscando contener su influencia y purificar su naturaleza corrupta.
El ambiente se cargó con una mezcla de energía positiva y oscura, como si el destino mismo estuviera pendiendo de un hilo. Chara, a pesar de su lucha interna, ofreció su apoyo, canalizando sus propias fuerzas para fortalecer el sellado.
En un momento de catarsis colectiva, el sello comenzó a manifestarse. Brillantes luces resplandecieron alrededor del cuchillo, envolviéndolo en una espiral de colores y energía. El poder del sello se extendió, encapsulando el arma en una jaula luminosa, una barrera que buscaba contener su influencia.
Sin embargo, el proceso exigía un precio. La energía liberada por el sello requería un equilibrio, un sacrificio para asegurar la estabilidad del sellado. El grupo se dio cuenta de lo que estaba en juego: alguien debía permanecer junto al cuchillo sellado para mantener la barrera intacta.
Chara, lleno de determinación y redención, dio un paso adelante. "Lo haré", dijo con voz firme. "Es mi responsabilidad restaurar el equilibrio."
Las lágrimas y las protestas se desataron entre el grupo, pero Chara se mantuvo firme en su decisión. Con una última mirada a Frisk y sus amigos, se posicionó junto al cuchillo sellado, aceptando su destino en aras de la seguridad de la ciudad y su gente.
El sello se completó, encerrando el cuchillo y a Chara en una esfera de luz resplandeciente. El sacrificio de Chara se convirtió en la piedra angular para asegurar la paz y la estabilidad que tanto ansiaban.
El grupo se despidió con pesar, honrando el coraje y el sacrificio de Chara, quien ahora permanecía como guardián del cuchillo sellado, velando por el bienestar de la ciudad desde su confinamiento eterno.