Wang Shiyu la abrazó y le dio unas palmaditas tranquilizadoras en la espalda.
Era obvio por su expresión que Yin Shaojie había regresado y que algo infeliz había ocurrido.
Wang Shiyu preguntó gentilmente: —Zhixin, dime, ¿qué pasó?
Fue entonces cuando An Zhixin levantó la cabeza para mirarla. Sus ojos estaban rojos y sorbió mientras decía: —Fue tan frío conmigo... pero era tan gentil y cariñoso con Mu Xiaoxiao. Resulta que se habían ido al extranjero a divertirse los últimos días y he sido una tonta al esperar en su puerta todos estos días...
Wang Shiyu, indignada por el sufrimiento de su amiga, dijo airada: —¿Está ciego? ¿Cómo puede enamorarse de Mu Xiaoxiao sin tenerte en cuenta? Si tan sólo te diera una oportunidad, sabría lo buena que eres, cuánto te gusta y cómo eres la mejor persona para él.
Era inteligente y sabía lo que An Zhixin quería oír.
Como era de esperar, An Zhixin asintió a sus palabras y aún más lágrimas cayeron de sus ojos.
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