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Capítulo 3

...

Parte 1

Esto está mal, esto está muy mal…

Un hombre, que se arrastraba por el suelo como podía, puso su mano sobre su mascarilla y la lanzó con fuerza hacia su derecha.

La mascarilla, que tenía forma de pico imitando la parte inferior de las máscaras usadas durante la peste negra, chocó contra la pared antes de terminar destrozada en el piso. El hombre no le veía sentido a conservarla, pues lo único que haría sería estorbarle a la hora de respirar.

Debí haberlo sabido, cometer un error como este… —el hombre movió su mano derecha hacia adelante para quitar un escombro qué le había frenado brevemente el paso.

Se arrastraba con todas sus fuerzas en busca de una salida del lugar en el que se encontraba y, aunque conocía como la palma de su mano todo el edificio, después de que todo se haya vuelto un caos ya no podía reconocer nada.

En la mañana, cuando apenas se había terminado de vestir, pudo escuchar como desde la parte superior de la edificación todo empezaba a volverse un caos.

Varios héroes junto a dos patrullas de policía habían entrado a la fachada de su laboratorio subterráneo, una farmacia, y habían arrestado temporalmente a sus dos trabajadores.

Luego los héroes encontraron la entrada a su laboratorio y…

*Crack*

—Aghhh —pequeñas lágrimas se formaron en sus ojos luego de que un escombro le cayera encima de su espalda.

Pero algo detuvo sus lamentables quejas.

—Qué bonito escenario, ¿no crees?

Una voz reseca que, aunque se le hacía familiar, no reconocía, llenó sus oídos.

—En un inicio creí que esta sería la parte más difícil de llevar a cabo al tener que esquivar a los héroes que entraron, a tus empleados y a ti, pero veo que no es así.

Con cada palabra que escuchaba podía sentir que el recitador se acercaba hacia él desde su espalda, hasta que lo pudo escuchar encima suyo y sentir que se sentaba en el escombro qué lo había detenido.

—Se que puede ser difícil de creer, yo mismo me negué a hacerlo en un inicio, pero mirate, el yakuza Kai Chisaki o también conocido como el villano Overhaul, con la particularidad "moldear", atrapado bajo un escombro a total merced de cualquiera que se lo encuentre.

Lo único que podía ver de la persona que le hablaba eran sus pies y parte de su pantalón, aunque eso era más que suficiente para identificar a esa persona.

—¡Maldito Izuku hijo de puta! —como pudo, soltó un grito desde lo más profundo de su alma.

—¡Jajajaja! Deberías ver tu cara en este momento, debes estar pensando algo así: "¡Este mocoso desnutrido me está humillando a mí, un yakuza y villano que lo tuvo preso durante 8 años!" ¿no es así?

No estaba del todo equivocado, antes de que se riera en su cara, estaba pensando en decirle algo parecido e incluso igual a lo que él había retratado de manera burlesca.

—En un inicio tenía pensado dejar que un escombro aplastará tu cabeza e irme, luego pensé en lo placentero que sería hacerlo yo mismo pero entonces recordé algo importante.

El silencio reinó en el pasillo, durante menos de 3 segundos lo único que se escuchaba eran estruendos en el exterior.

Chisaki estaba asustado, sus ojos empezaron a vagar por todo el pasillo en busca de algo que le pudiera ser de utilidad para salir vivo de esta situación, aunque sin encontrar nada, simplemente decidió escuchar lo que él mocoso tenía que decir.

—Tú salvaste mi vida. Muy a pesar de que no necesitaba ser salvado, ese simple acto hizo que tú y yo termináramos en esta grandiosa situación, no importa si no me entiendes por completo, a final de cuentas solo estoy desvariando por la euforia que estoy sintiendo, es gracioso, dos desquiciados conversando en medio del caos, que lindo.

Estando más confundido que antes, Chisaki empezó a moverse erráticamente, desde su pecho hacia arriba empezó a moverse en un intento de quitarse de encima a quien le estaba estorbando.

—Pase tanto tiempo escuchando pacientemente tus estupideces que hasta llegué a pensar que en este momento tu harías lo mismo por mi, lo admito, soy idiota por poner una mínima esperanza sobre ti.

*¡Pack!*

Un zumbido llenó sus oídos mientras su mejilla izquierda se quedaba pegada al suelo, Izuku había plantado su pie en su cabeza evitando así que se moviera.

—Uh, lo siento, ¿tal vez eso fue demasiado fuerte para ti? Es irónico teniendo en cuenta todas las cosas que me hiciste a mi y a… Ella.

—¡Espera, ¿le hiciste algo?! ¡Si hiciste algo con la niña te voy a matar! ¡Te voy a…! —siendo callado por otro golpe del pie de Izuku, Chisaki entendió que no estaba en posición de alterarse, su vida estaba en las manos de Izuku.

—Eres una molestia ¿sabes? Actúas como un niño pequeño, cuando estas en una posición ventajosa te jactas de ello pero cuando las tornas dan una vuelta, empiezas a chillar… Como una perra… Creo que pude usar una mejor frase… —Izuku puso una mano en su barbilla, reflexionando para sus adentros.

Izuku sabía que tenía el tiempo contado y aún así decidió divertirse un poco, cosa que le podría jugar en contra, aunque poco o nada le importaba, hacía mucho tiempo que había dejado de sentir lo que podía en este momento y lo disfrutaría al máximo.

—Como sea, esto fue muy divertido, pero tengo el tiempo en mi contra así que tengo que darte una despedida digna, a ver, no te puedo matar pero tampoco puedo dejarte ir así como así… ¿Tú qué opinas? Nah no me importa que tengas que decir, ¿oh? ¿Traes un regalo para mí?

Izuku movió sus ojos de un lado a otro intentando encontrar algo que le sea de utilidad para dar fin a su encuentro con su captor, encontrándoló en el bolsillo del mismo.

—Un bisturí y… ¿Un chip? Espera… No me jodas, ¿pensabas ponerle un chip de rastreo a la niña? ¿En serio creías que podrías llegar hasta ella ileso, tener el tiempo suficiente como para poner esta mierda y escapar para luego recuperarla y seguir con tus estúpidas investigaciones? —con un tono burlón, Izuku empezó a patear repetidas veces la cabeza de Chisaki contra el suelo.

Izuku dedujo con rapidez el plan de Chisaki teniendo solo 4 cosas a su disposición; el bisturí, el chip, la mentalidad del mismo y el lugar en el que estaban.

—Así que ibas a usar el bisturí para ponerle el chip a la niña en algún lugar no letal de su cuerpo y luego ibas a escapar por el mismo lugar que lo hizo ella hace 3 días, vaya, parece que este cerebro dañado pudo descifrar tus planes más rápido de lo que esperabas —Izuku golpeó su cabeza con su palma 3 veces intentando aguantar las ganas de reírse que tenía.

Izuku se levantó del escombro y levantó con esfuerzo una barra de metal que había caído a su lado, poniéndola sobre sus dos manos. Luego, se acercó a Chisaki y usando su pie extendió lo más que pudo el brazo de Chisaki para aplastar su mano con la planta de su pie, fijando así su brazo en un punto fijo.

—Espero que no mueras por lo que voy a hacer, sería decepcionante si eso pasara, ¿no? Jajaja —sin detenerse a pensar ni por un instante, Izuku levantó una de las puntas de la barra hacia arriba para luego dejarla caer y separar el húmero del antebrazo completo de Chisaki.

El metal poco afilado no podía cortar la conexión entre él antebrazo y el húmero por sí solo y por ello había decidido utilizar la gravedad, el peso y su poca fuerza física para hacer más fácil su objetivo, aunque no se esperaba un resultado tan positivo.

—Y yo que pensaba que mi sangre se veía asquerosa, la tuya es más espesa… Espera, creo que la de la niña era más roja que la tuya y la mía, aunque ahora que recuerdo, alguna vez me dijeron que habían diferentes tipos de sangre ¿no?

La separación repentina de la extremidad de Chisaki había dejado varias manchas de sangre en el pasillo en el que estaban, en la ropa del mismo y en la de Izuku y por supuesto un pequeño cúmulo de sangre bajo la extremidad cortada y el muñón que quedó de ello.

—Aaaaggh.

Un grito salió de la garganta de Chisaki, aunque al instante fue callado por el pie de Izuku, que golpeó su cabeza contra el suelo.

—Tus gritos son molestos ¿no te das cuenta? Además, es asqueroso verte con esa expresión. Espera creo que incluso esas palabras ya las habías usado alguna vez conmigo ¿no es así?

La cara de Chisaki se había tornado en una combinación de dolor, odio y asco.

—Bueno, es tiempo de acabar, así que si me disculpas…

El proceso se repitió de nuevo y ahora Chisaki carecia de sus dos brazos.

—¡Waaaaaghhhh!

—Ciertamente voy a necesitar a estos dos luego así que me los llevo, espero no te mueras, adióoos.

Izuku se marchó con el bisturí y el pequeño chip en sus manos, dejando atrás a un agonizante Chisaki, el cual se retorcía de un lado al otro en un charco de su propia sangre.

Parte 2

"Uno no elige la situación ni el lugar en el que nace".

Era una frase que alguien le solía decir para tranquilizarla en algunas ocasiones y con lo que ella estaba de acuerdo.

Al estar encerrada durante tanto tiempo en aquel laboratorio secreto, siendo torturada día tras día por un hombre cruel, había empezado a creer que era ella quien estaba mal.

Qué estaba escapar de las garras del hombre durante algunos minutos antes de su inevitable tortura.

Que estaba mal llorar y patalear cuando era atrapada intentando escapar.

Qué estaba mal desear tener una vida normal, muy a pesar de que desconocía totalmente qué significaba eso.

Incluso, en algún momento, empezó a pensar que estaba bien todo lo que le hacía el hombre y luego de pensar una y otra vez en todo ello, solo deseó morir.

Pero entonces alguien llegó a su vida, alguien tan especial para ella que incluso sus deseos de morir desaparecieron, su querido hermano la había salvado del abismo en el que se estaba hundiendo.

La defendió del hombre malo, "murió" varias veces con tal de protegerla en repetidas ocasiones e incluso la trató como si fuera su familia.

Para devolver la gratitud qué sentía hacia ese alguien no le bastaría una única vida, por ello, cualquier cosa que él le pidiera ella la cumpliría sin dudar.

Incluso si tenía que entregar su vida por los sueños de ese alguien, no le importaba, después de todo, sin esa persona hace tiempo se habría rendido.

Jeje —la niña rió al recordar el buen tiempo que pasó junto a esa persona, en especial el día en que le regalo algo que creia perdido.

"Eri, lo que más deseas es una vida normal ¿no es así?"

"Si, quisiera poder jugar con otros niños, hablar con más personas y ir a… a…"

"Quieres decir escuela ¿no? Está bien pero cuando estas hablando de varias cosas y una de ellas empieza con la 'i' no puedes decir 'y' antes… creo que cuando te saqué de aquí lo primero que haré será ingresarte a una escuela"

"¿Salir de aquí?"

"Si, Eri, te prometo que cuando menos te des cuenta ya estarás fuera de este lugar, teniendo una vida normal, tal como deseas"

"H-hermano… ¡Te quiero mucho hermanito!"

Ese día, cuando su hermano le prometió algo que creia imposible, termino con ella llorando mientras lo abrazaba y se prometía a sí misma jamás decepcionarlo, pues le había dado el más grande regalo que jamás recibió, esperanza.

Parte 3

Hermano, tengo miedo… —aunque, en contraste con sus más preciados recuerdos, su situación actual era aterradora.

Unos estruendos la habían despertado repentinamente, haciéndola caer de su pequeña cama y ahora, con pequeños escombros cayendo del techo y sonidos ensordecedores en el exterior, se escondía bajo la cama estando completamente aterrada.

Pero de un momento a otro, todo se calmó, los escombros dejaron de caer, el edificio dejó de temblar y…

*Pam*

Algo golpeó la puerta.

Eri, aún asustada, se asomó levemente solo para ver un trozo de papel en el umbral de su puerta.

Una hoja medio deshecha y abandonada en su puerta.

Cientos de situaciones pasaron por su mente, el hombre malo intentando engañarla para hacerle daño, uno de los héroes dándole instrucciones o incluso los guardias que se suponía que estaban a unos pocos metros de la puerta.

Aunque la única persona que podía dejar caer esa hoja de forma tan precisa, en esta situación y en este momento era su preciado hermano.

Ahí debían de haber más instrucciones, más indicaciones de su querido hermano que debía seguir con precisión sin importar nada.

Así que se lanzó desesperadamente hacia la hoja, tomándola y girándola de forma enfermiza en busca de lo que quería leer en ella.

Aunque…

"Lo siento Eri, aquí nos tenemos que separar, confío en que los héroes que vinieron harán lo correcto y te salvarán; cuidaran y harán de tu vida algo mejor. Recuerda que siempre, aunque no esté a tu lado, te amaré. Disfruta de tu vida tanto como yo no pude, te quiero, adiós."

Nunca, ni en sus pesadillas más oscuras, asfixiantes y desesperantes, habría esperado algo así.

Ella había esperado encontrar en aquella hoja más instrucciones, órdenes exactas a seguir, tal cuál había hecho hasta ahora.

Pero su corazón se estrujo, sus ojos se humedecieron y sus manos temblaron incontrolables ante la lectura de la hoja.

Una, dos, tres y hasta cuatro veces; Eri leyó esas letras, esas malditas letras incontables veces, casi como si esperase que mágicamente su contenido cambiará y pudiera leer lo que quería.

Pero no fue así.

No fue en absoluto así.

Y toda esperanza de que la hoja tuviera otro mensaje a parte de la despedida de su querido hermano se esfumó en cuánto un goteo empapo la hoja, impidiendo qué se leyera correctamente.

N-no no no no —de forma obsesiva sacudió varias veces la hoja antes de usar su "vestido" para limpiar las lágrimas que habían caído sobre la hoja y soplar un poco.

—Fiuu~… —un suspiro de alivio salió de los labios de Eri al ver que la hoja no se había dañado demasiado, siendo que solo se esparció un poco de la tinta sobre ella.

Muy a pesar de que la hoja no tenía lo que ella quería leer, aún era, muy posiblemente, el último recuerdo físico que iba a tener de su hermano en mucho tiempo.

¿Por… qué? —no lo entendía, ni en cien años podría entender los pensamientos de su hermano, pero quería confiar en él.

Quería confiar en su juicio.

Quería confiar en que no la iba a abandonar, que no la había usado a su conveniencia, que no era el mismo tipo de hombre que aquel que tenía la máscara de pájaro.

Pero…

Hermano… ¿Acaso no fui una buena niña?

El querer confiar en su hermano solo la llevaba a desconfiar de sí misma.

¿Y si ella era la que había hecho algo mal? ¿Y si su hermano ya no la consideraba útil? ¿Y si ahora se había vuelto un simple estorbo para su amado hermano?

*Pam*

De repente, algo golpeó nuevamente la puerta, dándole una pequeña esperanza a la niña.

Sus ojos se llenaron de ilusión y su cuerpo se volvió vigoroso en un instante. La esperanza de que esa hoja solo fuera una broma llenó su mente.

Aunque…

*Fush*

La puerta se abrió, pero no se mostró por ningún lado la persona a la que esperaba ver y en cambio sólo se presentó un joven rubio usando una camisa rota, algo que a duras penas se podía llamar pantalón, una capa roída y unas botas blancas.

—T-tú… ¡Me alegro de que te encuentres bien! —una gran sonrisa se dibujó en el rostro del joven.

—Ah… —sin esperarlo, la niña repentinamente fue atrapada por los brazos musculosos del joven en un abrazo el cual no negó.

En un instante le llegó a la mente la hoja qué aún mantenía en su mano derecha y decidió que, aún si sus esfuerzos no habían sido suficientes para su hermano, cumpliría con su última petición.

"Disfruta de tu vida tanto como yo no pude"

Reitero, esta historia fue originalmente publicada en Wattpad así que si pueden ir a darle apoyo sería genial.

Gracias por leer.

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