La Gobernadora se quedó sin palabras frente a las imposibles demandas de Wang Baole. Sin embargo, no ella no era quién tendría que pagar la compensación. Le dijo a Wang Baole que dirigiría la petición a la Federación. En cuanto a sus probabilidades de éxito, no tenía idea.
Wang Baole solo estaba probando suerte. Sus ojos se iluminaron al ver que la Gobernadora no rechazó su petición. La anticipación creció dentro de él. Mientras él esperaba con ansias la respuesta, el Clan Cielo de Cinco Generaciones estaba enloqueciendo. Especialmente el líder de la familia Chen estaba furibundo en la residencia de la familia. Casi enloquece de la ira.
—¡Ladrones, son una banda de ladrones!
—Ese bastardo de Lin You. Dijo que su hijo destruyó treinta Armamentos Dhármicos. Maldito sea. ¿Su hijo? ¡Dudo que él mismo tenga tantos Armamentos Dhármicos!
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