Wang Baole estaba seguro de las proezas de su Fortaleza Eterna. Ahí fue también donde depositó sus esperanzas para esa evaluación. Sentía que las otras fortalezas que los demás habían hecho eran débiles, mientras que la suya era la única formidable.
Fue ese pensamiento el que le impulsó a participar y perseverar hasta ahora, a pesar de saber que no tenía el apoyo de ninguna facción. Ahora, hasta cierto punto, ya no era alguien con las manos vacías y que se quedaba atrás de los demás. Como resultado de las victorias y las derrotas individuales, ya había cerrado rápidamente la brecha entre él y los demás.
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