El Pastor Benjamin se movió elegantemente hacia la cabaña en ruinas de la bruja. Habló en un tono bajo y amable
—Malévolas brujas; se aprovechan de la psique y conciencia de las personas. Especialmente en noches como esta, cuando la luna plateada está presente en el cielo. Esa mujer, afortunadamente, no ha obtenido ningún poder oscuro verdadero. Sus hechizos solamente pueden hacer efecto en unos cuantos individuos como mucho.
Estaba clarificando por qué sólo Lucien podía oír la voz sollozante. Antes de que este pudiera preguntar, como si supiera lo que quería decir. Benjamin extendió los brazos, con las manos cubiertas por guantes blancos, y continuó:
—Estamos benditos. Por eso solamente nosotros podemos oír el retorcido llanto.
Cuando Benjamin dijo aquello, los cuatro guardias instantáneamente empezaron a dibujar cruces en sus pechos y a gritar al unísono.
—Sólo la verdad prevalece.
Ellos se entusiasmaron más y más mientras hablaban.
La multitud empezó a orar también.
«Solamente la verdad prevalece».
—Este es el poder de la divinidad... El Pastor Benjamin de verdad está bendecido por Dios.
El rostro de Benjamin tomó una expresión más solemne y seria. Este abrió lentamente las manos y pronunció una palabra extraña:
—Paso.
Instantáneamente, una manta de luz blanca cubrió las ruinas, como si proviniera de la luna.
Dentro de aquella luz, un pequeño hoyo escarlata emergió en el muro roto que conectaba la cabaña con el hogar de Lucien.
Igual que a la gente a su alrededor, el misterioso poder conmocionó a Lucien. Sin embargo, más que estar asombrado y sentir respeto como lo hacía la multitud, él anhelaba la divinidad.
Benjamin puso las manos detrás de él y dio una orden.
—Gary, esa es la puerta. No tiene ninguna trampa. Ve y ábrela.
Gary hinchó el pecho y, junto al sonido de su cota de malla al moverse, habló:
—Sí, mi señor.
Mientras que Gary pasó a su lado, Lucien escuchó a Benjamín quejarse en voz baja.
—¡Esos altaneros bastardos de la inquisición! Obviando «Detección de Trampa Mágica», ellos nunca se molestan en volver a revisar usando «Detección de Puerta Secreta». Ellos no pueden ser así de irresponsables solamente porque ella era una aprendiz.
Sin esfuerzo, Gary desmoronó el muro usando sus fuertes músculos. El otro guardia desenvainó su pesada espada y realizó cortes violentamente. Un hoyo negro apareció en la esquina del muro.
Era una abertura estrecha, lo suficiente para que solo una persona pudiera atravesarla. Un olor pestilente provenía de ella, el que casi ocasionó que Lucien vomitara. Este dio un par de pasos hacia atrás, y se percató de que Benjamin estaba cubriéndose la nariz y boca con la mano derecha, teniendo el ceño fruncido.
Gary hizo un informe:
—Este túnel conduce a las alcantarillas.
Benjamin aún tenía las cejas contraídas. Su voz amortiguada provino desde su boca cubierta:
—¿Estás seguro?
—Sí. Podemos ver la cloaca desde aquí—Gary estaba bastante convencido.
Al ser un elegante y noble pastor de la honorable y antigua familia Rafati, Benjamin estaba reacio a bajar hacia el interior de las apestosas y sucias tuberías. Aún no había dominado un hechizo de «Purificación», así que debía depender de runas e instrumentos divinos. Pero nadie sabía cuánto tiempo tomaría encontrar la habitación de la bruja.
—Hmm... Solamente un Aprendiz de Hechicero; una Insignia de la Santa Verdad debería ser suficiente. — Benjamin dirigió la mirada hacia Lucien. Su voz volvió a adoptar un tono de seriedad.
—Lucien, en cierto momento viviste cerca a esa malvada bruja. Algo malvado debió haberte contaminado. No obstante, tu devoción a Dios me conmovió, por lo que mereces una oportunidad de purificar tanto a la maldad que está allí como a ti mismo. Ve, Lucien, voy a prestarte mi insignia para ayudarte. Que Dios te bendiga.
El cerebro de Lucien empezó a zumbar como si acabara de ser martillado. Pensaba que todo iba a estar bien después de acudir al Pastor Benjamin y a los guardias. ¡Pero el pastor le dijo que fuera allí abajo! Solamente era un muchacho ordinario que recientemente se recuperó de una enfermedad, ¡pero ahora tenía que ir bajo tierra a enfrentarse al demonio! ¿Estaban bromeando?
Al ver la expresión estupefacta y titubeante de Lucien, Benjamín hizo una pregunta amablemente:
—¿Estás diciendo que... no?
Lucien se sintió aterrorizado al escuchar el tono gentil de Benjamin. Si se negaba, la iglesia podía volver a sospechar de él. Además, Benjamin le iba a prestar la insignia mágica, y se suponía que sus guardias lo acompañarían. Así, pensó que esta misión no sería tan peligrosa.
De todas formas, no tenía otra opción. La multitud estaba alabando la generosidad del Pastor Benjamin y la Misericordia de Dios. Lucien forzó una sonrisa amarga y respondió:
—No. Eso sería un honor.
El sacerdote sencillamente ignoró la amargura de Lucien. Se quitó la insignia del cuello y se la entregó.
—Esta es la Insignia de la Santa Verdad. También voy a lanzarte un hechizo de Bendición para mejorar tu concentración. Al cantar el hechizo y tocar la insignia, puedes invocar el poder de Dios.
Después de escuchar sus palabras, Lucien se tranquilizó ligeramente, y luego empezó a sentir curiosidad sobre la insignia.
Estaba hecha de oro y tenía incrustada una cruz blanca resplandeciente, alrededor de la cual había diferentes líneas y patrones como círculos, cuadrados y triángulos. Todos estaban conectados entre sí, dando una apariencia incluso más seria y misteriosa.
Al sostener la insignia, Lucien sintió que un poder agradable y lleno de amor penetró todo su cuerpo. Incluso durante la fría noche, se sintió como si estuviera parado bajo cálida luz solar.
—La insignia contiene dos hechizos menores: «Luz» y «Curación de Herida Menor». Adicionalmente, contiene tres hechizos de primer nivel: «Escudo de Luz», «Espada de Luz» y «Golpe Sagrado». Cada uno de ellos puede ser usado una vez al día. Ahora, presta atención a los encantamientos.
Siendo un individuo ordinario, Lucien comprendió cuán importantes eran estos hechizos para él. No eran largos, sino que más bien su entonación era difícil de dominar. Le tomó un rato solamente el recordarlos.
Benjamin extendió el brazo de nuevo, lanzando un rayo de luz blanca sobre Lucien. Este se sintió renovado y mucho más saludable después de que la luz se esfumó. Las voces de la gente también se escucharon más claramente:
—Este tipo obtuvo la insignia del Pastor Benjamin.
—¡Oh! ¡Benevolente Lord Benjamin!
—¡Nosotros alabamos a Dios! ¡Alabamos al pastor!
Lucien esperó mientras observaba a Benjamin lanzar «Bendición» sobre los guardias. Siempre hubo un intervalo de dos o tres segundos entre sus encantamientos.
Después de la preparación, Benjamin habló:
—Paul, tú quédate en esta entrada. Gary, Howson y Corella: ustedes vayan con Lucien —su rostro adoptó seriedad al dibujar una cruz en su pecho—. Que las luces de Dios los bendigan.
—¡Solamente la verdad prevalece! —los guardias empezaron a gritar, motivados. Lucien fue un poco lento; al estar parado allí se sintió avergonzado.
Mientras que ellos caminaban hacia el túnel, el guardia, Paul, se acercó a Benjamín y preguntó en voz baja:
—Mi señor, ¿por quéél?
Con las insignias y los hechizos, los guardias también podían invocar el poder. A pesar de ser más lentos que los sacerdotes, ellos aún eran mucho mejores que un débil muchacho. Si Benjamin no quería bajar allí por sí solo, aún podía pedirles a los guardias que hicieran el trabajo.
El pastor miró hacia la entrada del pasaje secreto, y respondió lentamente: "Su alma es más fuerte que la de la persona promedio. Él puede hacer mejor el trabajo".
—Aunque ya está muy mayor para aprender —añadió.
...
El olor apestoso y variado dentro del agujero hizo pensar a Lucien que iba a vomitar.
—Vives en Aderon, ¿y te disgusta el olor de las tuberías? Parece que estás llevando una mejor vida de la que pensaba. En la ciudad del Cántico, Antiffler, la gente pobre que no tiene dónde esconderse vive en las alcantarillas —comentó inesperadamente Corella, un hombre con cabello negro y grandes pómulos.
Antes de que Lucien abriera la boca, Gary se movió e hizo callar a Corella.
Este último se encogió de hombros y paró de hablar. Dio un paso adelante y se metió a las tuberías, seguido por Lucien.
Él pisó algo resbaloso. Después de revisarlo mejor, se percató de que eran musgos extraños. Estos estaban por todos lados e iluminaban ligeramente el espacio entero.
Gary mantuvo una voz baja y dijo:
—Howson, Corella y yo somos escuderos de caballeros de alto nivel. Vamos a esforzarnos al máximo para protegerte. Cuando estés en peligro, invoca la «Espada de Luz» lo más pronto posible —él tenía vello facial rubio. Cada movimiento suyo demostraba confianza y tranquilidad. Parecía ser el líder reconocido de los cuatro guardias.
Gary estaba sosteniendo su espada con la mano derecha y un escudo pequeño con la izquierda. Tomó la delantera y se adentró más en la oscuridad.
El lamentable llanto estaba haciéndose cada vez más fuerte. Provenía de todos lados. Para la gente ordinaria, sería casi imposible notar la dirección exacta. Sin embargo, los guardas entrenados de manera especial y Lucien "bendito" podían encontrar fácilmente de dónde provenía el llanto.
Nadie estaba viviendo allí, como Corella mencionó. El espacio entero estaba sumido en un aterrador silencio, a excepción del prolongado llanto lleno de amargura.
Ellos pasaron varias bifurcaciones y se detuvieron en una esquina normal.
Gary miró fijamente la pared, la cual estaba completamente cubierta de musgo verde oscuro, y le habló a Lucien con una voz genial:
—Invoca la «Espada de Luz».
Al sentirse aterrorizado y entusiasmado a la vez, Lucien se tranquilizó con la ayuda de «Bendición» y comenzó a concentrarse en la insignia colgando en su cuello, sintiendo el poder cálido y tenue dentro de ella. Puso su mano izquierda en la insignia y la frotó suavemente, susurrando a la vez:
—«Geesairon».
El espíritu de Lucien se fusionó con la luz blanca, y estos empezaron a tomar la forma de una espada reluciente.
—¿Es esta mi voz? —Lucien estaba sorprendido. Su voz tenía un tono profundo y ronco.
Lucien tomó la espada. Podía sentir su poder. La orden de Gary lo devolvió a la realidad:
—Corta la pared de allí.
Su cuerpo se estremeció ligeramente. No sabía a qué se enfrentaría: ¿magia poderosa? ¿Un fantasma maligno? ¿Una trampa mortal? No tenía ni idea.
Corella lo miró con desdén.
Lucien sabía que no tenía alternativa. Respiró profundo, tensó la mandíbula y gritó estruendosamente en su mente:
«¡La muerte no es nada!»
Cortó la desagradable pared resbaladiza con toda su fuerza. La piedra parecía un montón de barro ante la espada. Algo raro fue cortado allí dentro también. Lucien sintió algo romperse, soltando un gas oscuro, y que luego desapareció bajo el filo de la espada.
La pared colapsó completamente.
Detrás de esta, había una oscuridad interminable y profunda.
Súbitamente, dos puntos raros, fríos y horrorosos de color rojo aparecieron en la oscuridad.
Y luego más y más puntos escarlatas empezaron a surgir, esparcidos densamente.
Ellos parecían... ¡pares de ojos!