De vuelta en el sótano de la iglesia abandonada.
La noche ha caído, los dos ya nos hemos limpiado y descansado un poco.
También cabe recalcar que mi mano derecha está completamente regenerada y perfectamente bien.
—Hestia, tengo algo que mostrarte.
Sentada en la cama Hestia me mira con curiosidad.
Me acerco a una de las esquinas y traigo un elemento nunca antes visto en este sótano, está cubierto con una manta, tiene una figura rectangular vertical y es muy delgado.
—¿Qué es eso?.
—Jeje, es un espejo de cuerpo completo.
—¿Un espejo?.
—Ayer antes de nuestra cita, pensé en como podría hacer de la ocasión algo especial, y luego de considerar muchas opciones decidí comprar este espejo.
Traigo el espejo frente a Hestia y quito la manta.
Hestia se refleja en espejo.
—Tiene un lindo diseño y el reflejo es tan claro.
—¿Qué ves ahí?.
—¿Qué veo?.
—Si.
—Soy yo.
Me acerco a Hestia y la hago sentarse sobre mis piernas abrazando su cintura.
Me acerco y le susurró al oído.
—Y ahora... ¿Qué ves?.
—Somos tú y yo.
—Así es... solo somos tú y yo.
Una de mis manos va a sus piernas y comienzo a acariciarla subiendo en dirección a su entrepierna, mientras que mi otra mano sube por su cintura en dirección a sus enormes pechos.
-... Alejandro-kun.
Meto mi mano en su falda y comienzo a masajear su parte privada suavemente por encima de la fina tela.
Puedo sentir su suavidad y delicadeza.
Trazo la línea de su hendidura desde abajo hasta arriba, es como si fueran un pequeño par de labios suaves.
Mi pene se pone duro inmediatamente, no tengo que pensar antes de comenzar a restregarlo en su vagina.
Nuestras ropas están de por medio, pero no evita que ambos lo disfrutemos.
Mi otra mano no pierde el tiempo y toma su pecho masajeándolo con cuidado.
Sabia que eran enormes, pero tocándolos me doy cuenta que aún subestime a Hestia.
Fina tela de su entrepierna se vuelve muy húmeda en poco tiempo, incluso con todo y ropa puedo sentir esa humedad en mi.
Jalo el vestido de Hestia sacando uno de sus enormes pechos.
El pecho rebota como un exquisito pudín.
Tiene un tamaño enorme y forma prefecta, sobretodo ese hermoso pezón rosado.
Levanto la mirada y miro al frente, al espejo.
La Hestia del espejo ahora mismo es tan atractiva y seductora, su rostro se ha vuelto sonrojado y los jadeos escapan de su boca.
-*Haaah* *Haaah*
La humedad en su vagina a crecido a tal grado que sus bragas están totalmente empapadas.
El contraste entre la habitual Hestia, y la Hestia jadeante con un pecho de fuera es enorme.
No puedo soportarlo más.
Mi pene está tan duro como roca.
Sostengo los hombros de Hestia y bajo su vestido hasta la cintura, dejando expuestas esas enormes tetas, con las que tanto he soñado.
Hestia mira su reflejo en el espejo y se sonroja.
Son perfectas.
Tan hermosas.
Estás son las tetas de una Diosa.
Ahora levanto la parte baja de su vestido, al mismo deslizo sus bragas por sus piernas.
Me quito los pantalones sin cambiar de posición gracias a la ayuda de Hestia.
Pongo mis manos en las caderas de Hestia y restriego mi pene erecto contra su mojada vagina.
Sus labios vaginales, abrazaran mi tronco a lo largo.
Muevo mis caderas para untarme con sus cálidos fluidos femeninos.
Como hombre puedo decir que no hay nada más excitante que tener el pene cubierto con los fluidos vaginales de una mujer hermosa.
La calidez se sus fluidos vaginales se siente tan bien.
En el espejo la obscena escena de un hombre y una mujer semidesnudos restregando sus genitales puede ser vista.
Mi corazón late con anticipación.
La mirada de Hestia está fijada en el espejo, viendo como el tronco de mi pene se frota a lo largo a su palpitante y húmeda vagina.
Quiero meterlo.
Quiero estar dentro de Hestia.
Como si Hestia pudiera leer mis pensamientos, comienza a levantar su trasero y sujeta mi pene para guiarlo a su hendidura.
Mi glande se abre paso, separando lentamente sus labios vaginales.
Apenas al entrar, soy recibido por una indescriptible calidez y suavidad.
Mi glande hace contacto con su himen.
Con mis dos manos sujeto sus caderas para controlar su descenso.
La hago bajar lentamente.
Mi glande se presiona contra su himen, y este se estira conforme mi cabeza penetra por completo.
—¡Kuh!.
Rompí su himen.
Hestia solo se estremece al perder su virginidad.
No parece dolerle mucho.
Mi pene sigue deslizándose hasta que mi tronco es tragado por completo dentro de su vagina.
Esta palpitando.
Es tan apretada.
Es tan suave, calida y mojada, que siento como si me estuviera fundiendo dentro de Hestia.
En su parte más profunda mi glande se aplasta contra algo suave y un poco regordete.
Este debe ser la entrada del útero de Hestia.
¡Es aquí!.
¡El útero de Hestia!.
Quiero vaciar todo mi semen acumulado dentro de ese lugar.
Miro al espejo otra vez para ver nuestra apariencia.
-Haa~ haaa~ Alejandro-kun♥.
Hestia está lánguidamente entre mis brazos, jadeando con un encantador rostro sonrojado.
Bajando mi mirada en el espejo, puedo verlo.
Puedo ver mi pene clavado profundamente dentro su vagina, y unas pequeñas líneas de sangre fluyendo desde sus labios vaginales hasta mis testículos.
Finalmente, estamos unidos.
Le susurro al oído.
-... ¿Puedes verlo Hestia?.
La mirada de Hestia se enfoca en el lugar de nuestra unión.
-Estamos unidos... Mi pene virgen, ha penetrado tu vagina virgen.
Al escuchar mis palabras, los ojos de Hestia se abren mucho, su espalda se arquea y su cuerpo comienza a sacudirse en espasmos.
Su vagina se aprieta tan fuerte que pareciera querer estrangular a mi pene, y sus paredes vaginales comienzan a convulsionar enloquecidamente.
¡Demonios!.
¡No puedo resistirlo!.
Fuerzo las caderas de Hestia contra mi entrepierna con el deseo instintivo de meterlo más profundo.
Mi glande se presiona contra el útero de Hestia y mi eyaculación estalla sin reservas.
*Splurt Splurt Splurt Splurt Splurt Splurt Splurt Splurt*
No se detiene.
¡Mi eyaculación no se detiene!.
Chorro tras chorro, la vagina de Hestia se contrae con más fuerza como para extraer la máxima cantidad de semen posible.
Puedo sentirlo... mi semen está fluyendo dentro su vientre.
Mis espermatozoides que hasta hace poco estaban dentro de mis testículos, ahora nadan frenéticamente en el útero de Hestia en busca de su óvulo.
En el espejo puedo ver la increíble expresión de éxtasis en su rostro, mientras se estremece en mis brazos.
Puedo verlo en su cara.
Hestia está disfrutando de la sensación de mi semen caliente siendo vertido en ella.
El hecho de que Hestia acepte mi semen con tanto amor, es algo me hace extremadamente feliz.
La sensación de que ella, está aceptando todo de mí, es incomparable.
—Te amo Hestia.
—Haaa~ Alejandro-kun~ te amo♥.
Hestia gira su cabeza pidiendo un beso.
Sus ojos están completamente intoxicados por el placer.
Si ella me mira así, no hay forma de que pueda negarme.
Sostengo su mejilla y comienzo a besarla.
Repentinamente siento la lengua Hestia invadiendo mi boca y tocando mi lengua.
Aunque es la primera vez para ambos que hacemos algo como esto, rápidamente nos sumergimos en los besos lascivos.
Besarnos así, mientras nos mantenemos unidos se siente increíblemente bien, me encanta.
El aliento nos falta y nos separamos.
Los dos jadeamos y sudamos, mientras pegamos nuestras frentes y nos miramos a los ojos.
* Haaah* *Haaah *Haaah* *Haaah*
—Eso fue increíble Hestia.
—Si, nunca supe que hacer este tipo de cosas podían sentirse tan bien.
Al escuchar sus palabras me sentí súper mega cargado de energía.
—Esto solo es el principio Hestia, esta noche te llenaré con mi amor, hasta que supliques piedad.
—Fufufu, no te dejaré dormir está noche Alejandro-kun.