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Capítulo 4: ¿Cuál es tu Deseo?.

[00:30 del 4°día. Tiempo hasta el Sorteo de Mundos: 3 días, 23 horas, 30 minutos.]

Tiempo más tarde el paliducho muchacho se encontró mirando al techo en el mismo lugar dónde más temprano había amanecido entre pesadillas y desenfreno, el joven estaba nervioso, sin poder conciliar el sueño.

Bastante pasaba por su cabeza, en especial la amabilidad, incluso cariño, recibido por la seductora Diosa y sus 2 hermosas Siervas quienes lo hicieron disfrutar y distenderse pese a su extraña condición.

Hasta ese minuto los gratos momentos expulsaban los pensamientos que rondaban en las esquinas de su cabeza.

Imágenes volvieron a cruzar por su mente: El niño y la dama, el hombre y la espada, la guerra.

Cada una remecía su corazón con un coctel de sentimientos: melancolía, rabia, anhelo, etc. Cuál recuerdos grabados a fuego en su alma, vestigios entre lo real y lo desconocido que no sabía bien cómo digerir. Le provocaban sentimientos extraños, ser ajeno a sí, un desconocido en su propia carne.

Por más que intentaba recabar algo solo llegaba estática, un brillo blanco y el clamor símil al de una bestia. 

Ya le habían dicho que la mayoría mantenía sólo su personalidad y algún vago recuerdo de su vida anterior a su muerte, pocos eran los que recordaban a cabalidad su vida y aún menos si considerabas la integridad de recuerdos entre los que reencarnan. Sólo los Siervos Elegidos podían gozar de tales beneficios pero hasta ellos habían perdido o dejado algo atrás… salvo excepciones, quizás.

Por más que quisiera las respuestas temía que al esforzarse demasiado volviera a experimentar una crisis como aquella que lo dejó alrededor de 2 días en coma.

Trató de relajarse estirando, haciendo flexiones de brazo, shadowboxing. En última instancia, algunos ejercicios de respiración. 

Fuera de la habitación, unos pasos se detuvieron. Luego comenzaron a escucharse unos gritos, ligeros movimientos telúricos y sonido de destrucción que remecieron y alcanzaron los interiores de la insonorizada habitación.

Un escalofrío recorrió su espalda, sus instintos le advertían que debía dormirse lo más pronto posible, saltó a acostarse, respiró profundamente y soltó despacio con todo esfuerzo, hasta lentamente relajar cada músculo, quedando dormido.

"Debí haber traído otro cigarro…" [sonidos de una pistola amartillada entre estática y un grave sonido, casi cómo él grito de una bestia]Anima!...". 

Concluyó su descanso. El último fragmento de un ¿sueño? se posó en su mente, trato de reproducir varias veces la voz y ruido para no olvidarlo con los ojos cerrados hasta que se sintió seguro de recordarlo.

Lentamente abrió sus ojos, bostezando, aún adormilado pero bien descansado pese al último susto de la noche. Empujó suavemente a Lisa de encima suyo, se levantó tranquilamente a realizar estiramientos matutinos y saltó sorprendido al percatarse que pisó un charco, en eso cayó en cuenta dela bella muchacha que apareció sobre él en la cama. Aún considerando la cantidad de espacio que disponía y que claramente no era su habitación. 

La durmiente muchacha despertó suavemente con un mechón algo enrulado y castaño sobre su bello rostro a la vez que algo de baba a un costado de su boca y un fuerte olor a fermentación.

"Buenos días" dijo la adormilada Lisa con toda tranquilidad dando un tierno bostezo y limpiando su baba.

"B-buenos días?" Dijo Uzziel impactado por el descaro de la señorita. Al dar la vuelta aún mirando hacia atrás resbaló con un bulto que lo hizo caer de cara en algo sustancioso.

Al incorporarse, desparramada al lado suyo estaba Marie, roncando con un botellón Exportaci*n de 1.5 Lt. y un charco arcoíris al costado de su cara que se expandía en un gran área. El chico miró con asco aquella escena sintiendo un escalofrío en sus extremidades mientras goteaba algo de su cara, su palidez empeoró momentáneamente.

[Integridad del alma: 67,00%]

La noche anterior, al retirarse Uzziel, las 2 Siervas de confianza y su Diosa compartieron un tiempo más hasta retirarse sin extrañar su ausencia. Los tragos siguieron viniendo mientras una alegre cháchara se vertía junto a los brebajes en la mesa.

"Sheñora, hic, debería haber visto el trabajo de esos desgraciados, hic, simplemente, hic, de eshpectacularsh vulgaridad." Dijo Marie ya borracha y apoyada en la mesa, derramando algo de vino de su botella.

"A tu edad es normal dejarse llevar por la vista querida. Pero la experiencia te llevará a pensar en el momento." Dijo la pelirroja mujer con un ligero rubor en sus bellos pómulos antes de calar un cigarro y tomar de un vaso corto con cierto whisky de azulada etiqueta.

"Creen que se mantenga en equilibrio el resto del tiempo?" Dijo Lisa con una expresión preocupada de forma calmada más con un ligero rubor tras consumir de su barril de licor y lanzarlo a un costado vacío.

La pelirroja Diosa y Marie se miraron e incorporaron seriamente ante la pregunta.

"Monna mía, el alma del chico se mantiene a la fuerza y con pegamento, un mar agitado se arremolina con tempestad en su interior." Expresó seriamente la Diosa a la chica con serio semblante para luego depositar restos de su cigarro en un cenicero.

"Psique aseguró que no habrán nuevos incidentes mientras se mantengan quietas las aguas en el alma del muchacho. Su ingreso no ayudó demasiado a estabilizar su condición, hay remanentes de memoria que no fueron posibles de separar debido a la complejidad de su fuero interno. Su interior ya tuvo que ser reforzado para aguantar tal presión, sólo con desarrollo y crecimiento natural logrará una mayor armonía." Compartió la pelirroja dama apagando su cigarrillo. 

"Ambas saben sus circunstancias, es poco lo que tenemos permitido intervenir. Recuerden que esto sólo pasó por capricho de Destino y ya hay suficientes de estos malnacidos aprovechando de reclamar por mi intervención. Yo sólo quería fumar en paz." Dijo la dama con una expresión de resignación simplemente despampanante.

"Espero que Uzzy consiga un buen patrocinador cómo usted lo ha sido con nosotras, si bien no puede ser nuestro hermano espero que podamos verlo nuevamente en su nueva vida." Dijo la templada muchacha que no denotaba el efecto de la ingente cantidad de alcohol que había consumido.

A la pelirroja le brillaron los atardeceres en sus ojos.

"Pues el final de nuestra relación no está tan cerca cómo crees." expresó convencida.

Siguieron su charla por unos minutos más, los tragos siguieron fluyendo hasta que la señora decidió retirarse a su morada. Estaba levantándose cuando una borracha habló.

"Shablando de Uzzy, yo creo que le hashen falta losh shervishios de una Shierva de tomo y lomo." Dijo Marie mirando a Lisa con una expresión ebria cargada de seriedad.

"No shé tu pero yo vi primero ese pálido culito". 

Monna y Afrodita cruzaron miradas con una juguetona sonrisa algo ruborizada.

"Muy cierto querida, es el deber de la Diosa del amor y la belleza agasajar a sus invitados con toda la carne de su parrilla." Dijo la pelirroja Diosa tratando de aguantar su risa con un intento de seriedad.

"Mi querida Pauline..." dijo sujetando la barbilla de la mareada damisela.

"...muéstrale a ese hombre el verdadero poder de nuestra Casa."

"A la ordshen … burp… sheñora " dijo la muchacha tragando su vómito intentando un gesto militar al levantarse con carente equilibrio.

"Lisa, por favor atestigua tal espectáculo y vigila que no vaya a dejar seca el alma del chico". ordenó Afrodita en un tono burlón.

Lisa asintió tratando de contener la risa mientras empujaba a su hermana en dirección a la salida de la habitación, quien de imprevisto volvió a la mesa por una última botella.

La muchacha tuvo que corregir varias veces el curso de ambas, finalmente decidió cargar a su bebida hermana y pasar rampante a través de paredes y cuanto hubiera por medio hasta dar con la habitación.

Luego de varias pérdidas en su trayecto e incómodas escenas tras romper ciertos muros, las chicas alcanzaron su objetivo. 

Lisa se mantuvo afuera esperando con su bulto hasta que hiperventilada y entrecortada respiración al interior se tornó en el ligero sonido de la calma tras la puerta.

Al entrar sigilosamente Marie soltó un: "Yiia lleguié queridoo~" antes de desplomarse en el suelo llenándolo de licor a medio procesar y resto menos digeridos, sumiéndose en un profundo sueño.

Lisa miró atenta que no lo hubiesen alertado antes de acercarse cautelosamente al durmiente chico el que parecía tener pesadillas. Suavemente, paso a paso, fue cortando terreno hasta subir suavemente a la cama y poner su mano en el pecho del pálido hombre.

"En algún momento todo tiene que mejorar, deja el pasado atrás, busca luz en el presente." Murmuró al oído del bello durmiente.

Pronto la poderosa chica también cayó en los brazos de Morfeo.

___

[09:00 del 4°día. Tiempo hasta el Sorteo de Mundos: 3 días, 13 horas, 30 minutos.]

Luego de una explicación, y un baño, Uzziel estaba listo para dar inicio a su 4° día.

Por recomendación del par de borrachas, emprenderían el rumbo a un punto de transporte en el centro del Distrito. No sin antes pasar un último y grato momento con la benefactora que lo acogió y las dos sirvientas que ya consideraba sus amigas.

Nuevamente desayunaron en conjunto, aunque al joven llamó la atención la nueva habitación, aunque similar a la acostumbrada había ciertas cosas diferentes, los cuadros para empezar y la oscuridad para continuar.

"Parece que tuvieron una agradable velada" Dijo el joven con una sonrisa mirando a las 3 damiselas frente a sí.

Afrodita con gafas oscuras cómo la noche, las dos señoritas con semblante pálido y marcadas ojeras en sus bellos rostros, una más compuesta que la otra.

Todas asintieron.

"He pensado en…" 

"Mejor no termines la frase, no hay un sí por respuesta." Dijo Afrodita con tono serio y seco mientras afirmaba su cabeza con una mano.

"Creí que…" Dijo el joven con sorpresa y desilusión.

Si, tienes el cariño y la amistad de mi Casa, más aún de estas chiquillas, lo que no puedo concederte es mi patrocinio". Dijo la Diosa con resaca y seriedad. 

"Hay... circunstancias que no lo permiten." Aclaró sin esquivando su mirada.

En el tiempo que Uzziel estuvo inconsciente, la lujuriosa Diosa del Panteón griego fue asediada con preguntas y citaciones de un sinnúmero de otras Deidades debido al coma del joven. 

La Diosa tuvo la mala suerte de usar su Autoridad Divina para apartar a los metiches tiempo antes del colapso de la estrella del momento. Circunstancias que nadie pasó por alto y varios fueron los que usaron tal para crear falsas acusaciones y formular artimañas contra la Diosa.

Tiempo atrás durante el coma de Uzziel...

En medio de un eternamente alto tribunal circular, sentada con una pierna sobre la otra, en medio del Concejo de Dioses, yacía una bella pelirroja con su cabello trenzado en una cola de caballo. Vestía un traje gris de dos piezas con blusa de seda blanca hecho a medida. Tal conjunto resaltaba gratamente sus curvas con un ajuste prominente a la altura de los senos. Una especie de censura negra rectangular cubría su vista.

"¿Mis señores, he sido una niña mala~?" Dijo en un tono inocentón y sensual la hermosa señora a la vez que hacía un movimiento para darle énfasis a sus pechos.

Un vozarrón de tono noble limpió su garganta antes de hablar.

"Diosa Afrodita del Panteón Griego, se te ha convocado para pedir explicaciones sobre la situación del alma del último terrícola." dijo con gran seriedad pero dejando entrever algo de vergüenza en sus palabras.

Varias voces hicieron ver su descontento entre abucheos y demás quejas, en especial algunas femeninas:

"¡Libera al chico!" 

"Respeta el pacto, Z*rra!"

"Queremos ver al humano suripanta!"

"Camina sobre mí con tacones de aguja!"

"Cuélguenla de una rama de Ygdrassil."

"Trata de mirarte la nariz mientras sacas la lengua".

Fuera de complacer a su público con la lasciva expresión acompañada de un gesto de amor y paz, la Diosa hizo caso omiso a los quejidos para luego responder.

"Aaa... ¿Ese chiquillo molesto? Por supuesto, se desmayó el día de ayer y no ha despertado."

La dama hizo un ademán que dejó embobado a una gran parte del Panteón masculino mientras explicaba: "tuve que usar este frágil y delgaducho cueeerpo para arrastrarlo hasta mis dominios." 

[El Dios de la Animación está satisfecho con la explicación.]

[El Patrono de la Porn*grafía está satisfecho con la explicación.]

[Varias Deidades masculinas aceptan la explicación.]

Si bien muchos dudaron, no hubo quejas respecto a la respuesta por el sector masculino.

Una ominosa voz femenina tomó la dirección del interrogatorio.

"Señora Afrodita…" Dijo irritada.

"Señorita, aún tengo un par de eones por quemar" dijo la sensual dama guiñando un ojo con una expresión coqueta la cual no fue posible visualizar a cabalidad.

"Se-ño-ri-ta… ¿Cuál es la situación actual del humano?"

"Sin Patrocinador y en recuperación, tan sólo ha recibido la ayuda necesaria para recuperarse por sí. ¿Acaso eso es lo que en verdad querían saber?"

"Le recuerdo que.." la desagradable voz fue interrumpida por una aguda y tierna voz de niña.

"Cuándo podré ver a Uzzy de nuevo?" Dijo una Loli de pelo blanco enrulado con heterocromía tras aparecer de la nada frente a Afrodita.

[Varios Seres Supremos observan con cautela.]

"Mi bella Tique! Justo apareciendo en los mejores momentos." dijo la belleza sin igual con una sonrisa mientras hacía un gesto para que la niña se ubicara en su regazo.

"El chico aún está durmiendo, quizás mañana cuando se despierte puedas jugar con él". No había caso en ocultar nada frente a la nueva integrante.

"Mmm… ¡Está bien!" Dijo la pequeña sonriendo con sus ojos cerrados aceptando una caricia en su cabeza.

"Tique, querida mía, crees que le puedas dar unos minutos a esta Onee-san? Hay una reunión importante que se está llevando a cabo y todos están esperando para hacerme unas preguntas." Expresó con una expresión de resignación y cansancio digna de la mejor actriz.

[El Señor de la agricultura y el teatro aprueba la demostración.]

"Odiamos, las reuniones" dijo una Loli de cabello negro enrulado con una expresión fría y cargada de desagrado sentada en el regazo de la Diosa mirando al Concejo.

[Un millar de Dioses sienten escalofríos.]

[Varios Dioses solicitan posponer la reunión.]

Una idea alcanzó la mente de Tique quien chasqueó sus dedos "Ya sé, vayamos por un helado, los momentos malos son mejores con algo dulce." Dijo mirando a Afrodita quien acariciaba sus blanquecinos cabellos con una sonrisa propia de una madre.

"Tan perspicaz como siempre, lindura!" Dijo pellizcando las mejillas de la damita antes de dejarla en el suelo y tomar su mano. 

"Ya escucharon a Destino, nos vemos al rato." Dijo la sobrenatural belleza tirando un beso en dirección al Concejo antes de retirarse de la mano de la pequeña.

Nadie se atrevió a moverse hasta que ambas mujeres se retiraron de la sala.

Murmullos comenzaron a suscitarse entre los presentes. Algunos con rabia e indignación maldecían para sus adentros la intervención de la Loli, otros simplemente se reían.

"Esa perra..." murmuró una Diosa ardiendo en rabia.

Ya lejos de los muros del Concejo ambas mujeres conversaron en privado.

"Te agradecería pero me parece que todo esto tiene su raíz en ti." mirando de reojo a la pequeña a su lado mientras compartían unos helados

"No pienso negarlo o confirmar-lo~." dijo con una particular sonoridad en su voz la aparente niña lamiendo un helado de 3 capas.

"¿Cuáles son tus planes para el chico?."

"Nada en especial. Sólo pienso divertirme un rato." Dijo con una inocente sonrisa.

"¿Esa diversión tiene algún fin planeado de antemano?" Consultó tirando un poco de la cuerda la sexy mujer.

"Depende cómo se desarrolle la trama." aseveró burlonamente la pequeña de ojos asimiles.

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Uzziel puso cara de resignación ante las palabras de la pelirroja. Sus siervas miraron al joven con algo tristes aunque supieran con anterioridad la decisión. No pudiendo expresar sinceramente el deseo dentro de sí. 

"Las bendiciones de nuestra señora son más poderosas en mujeres." finalmente dijo Lisa tratando de convencerse incluso así con sus palabras.

"Si quieres ser alguien poderoso será mejor que busques a alguien acorde a lo que quieres lograr." continuó.

"¿Cual es tu deseo? Algo debe colmar tu corazón a pesar de los pocos recuerdos." Dijo Marie con una expresión de curiosidad en dirección al joven.

Cerró sus ojos, concentrándose en sí.

Unos minutos pasaron antes de captar su respuesta.

Imágenes del niño sosteniendo una katana volvieron a su mente con un ferviente deseo.

"Creo que…quiero aprender a empuñar la espada." Dijo finalmente el joven con vergüenza de lucir raro más suma determinación en la mirada.

La belleza de divina categoría asintió con una sincera sonrisa antes de hablar a sus siervas.

"Niñas, creo que saben donde debe acudir." 

"Uzziel, ruego que Tique te sea propicia y ayude en tu camino." dijo sinceramente la bella Diosa.

[Una risita se escuchó en alguna parte del Panteón].

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