En su propia habitación, Aurora sostuvo el teléfono en su oreja aumentando el volumen
"Recuerda hija, si necesitas algo puedes pedirlo." Dijo su padre por su teléfono.
Su voz era amable y cálida, pero Aurora pudo escuchar un ligero eco… Como si se hubiera escondido para llamarla.
No era como si su madre lo impediría, sino que…
"Si, me dices que vuelva y te ayude. Lo haré de inmediato." Anunció su padre con un tono heroico.
La expresión de Aurora tembló por un momento.
Si su madre era una mujer indiferente que solo le importaba su familia, Aurora salió igual a su padre.
Una persona que le gustaba ayudar a otros de forma desinteresada.
Sus padres habían ayudado a la tierra y no fue por la consideración de su madre, sino que por el entusiasmo de su padre.
Era ese hombre quien logró obtener la ayuda de su esposa por las acciones y durante varios años fue seguido por esa mujer.
Sin embargo, todo debía llegar a su fin y en este momento, él debía seguirla a ella.
Aurora comprendía la relación que tenían sus padres y si ella le pedía a ese hombre que volviera, su padre lo haría y su madre lo aceptaría.
"Está bien. No necesitas preocuparte." Respondió Aurora en un tono honesto.
¿Se sentía nerviosa por lo que estaba por venir?
Sí, era inútil negarlo.
Eso no significaba que pediría que sus padres vinieran para apoyarla, ella desde joven fue alguien que tomó su objetivo y trató de llevarlo a cabo por su cuenta sin la intervención de sus padres.
Alice la seguía, ya que eran inseparables y esa glotona era fácilmente comprable, pero no podía pedirles a sus padres que abandonaran las vacaciones solo por sus deseos.
"Lo entiendo." Murmuró su padre en respuesta y luego soltó una carcajada que llevaba entretenimiento y diversión.
¿No era normal? Del mismo modo que Aurora conocía a sus padres, ellos la conocían a ella y la entendían.
"Estamos retirados, no lo voy a negar. Sin embargo, recuerda, no nos podemos retirar de ser tus padres y el de tu hermana." Anunció su padre y en una voz cariñosa, añadió. "Tu madre puede parecer alguien fría, pero si se trata de nuestra familia ella no tiene límites."
Un ruido de alguien entrando a la habitación se escuchó del otro lado y su padre continuo rápidamente.
"Tengo que volver. Nos vemos, hija. Saluda a tu hermana y no te excedas. Proteger y hacer lo que deseas está bien, pero no tiene que superar el costo que pagaras." Dijo su padre y tras una despedida por parte de Aurora, la llamada se cortó.
Aurora miró el teléfono viejo y suspiró dándose cuenta de que era otro día sin saber en dónde estaban.
No negaba que le gustaría que le enviaran algunas postales o souvenir.
"Están verdaderamente retirados." Murmuró Aurora agitando su cabeza.
Era un retiro bastante serio, ya que había pocos medios para comunicarse con ellos y básicamente mostraban que estaban alejados del mundo.
Agitando su cabeza sin querer pensar en sus padres, ella bajó a la sala de la mansión de su hermano, que en este momento ya se había adaptado.
En la sala se encontró a Cithrel y Venali ambas sentadas en el sofá viendo una proyección, siendo la última quien estaba acostada en el hombro de la primera.
Aurora hizo como si no los notara, ya que ambos estaban disfrutando los combates juntas.
Si bien Cithrel y Venali asistían a varis clases, ellas no tenían que asistir todos los días a la academia.
Hoy era uno de esos días para quedarse en casa y disfrutar el descanso.
Lo que resultaba aburrido para Aurora y en vez de perder el tiempo, decidió preparar el almuerzo mientras revisaba las noticias del torneo.
Los combates por los puestos continuaban y Érica ya había tomado su puesto entre los Rangos B y ahora lo estaba manteniendo.
Nicole, Leslie y Marc también eran iguales, defendiendo sus puestos frente a los tenaces retadores.
Los puestos ya empezaban a tomar forma con los diez estudiantes de Rango B y era lo mismo para la sección de Rango A.
Niels había tomado su puesto con bastante facilidad y lo había defendido con audacia.
Mientras revisaba de vez en cuando la lista y todos aquellos que se retiraron del combate, Aurora empezó a cocinar.
Se había independizado de sus padres desde joven y a una edad bastante temprana estaba en otro continente viviendo por su cuenta.
Nada extraño cuando en este mundo algunos adolescentes superaban la fuerza de un adulto normal.
Y como Alice siempre la acompañaba, ella aprendió a cocinar y los años la ayudaron a perfeccionar su arte.
Aunque más que una profesional era alguien que le gustaba cocinar y más cuando la ayudaba a relajarse, alejándose mayormente del trabajo o cualquier responsabilidad.
Esta semana estaba por terminar y en cualquier momento, se informaría sobre el viaje a Sudamérica.
El torneo internacional tomó fuerza en los medios internacionales y muchos le prestaban atención, ocupando el foco principal.
Dejando de lado a los Portales Abismales cuyas señales seguían presentes.
Una distracción para mantener en calma y disminuir la preocupación y por ende el pánico era bien aceptado por todos.
Leyendo las noticias su reloj holográfico brilló y la llamada de Urfin apareció de repente.
Dejando que el almuerzo se cocine, ella se dirigió a la oficina del piso de abajo y recibió la llamada, después de levantar una barrera de insonorización y sellado.
"¿Y cómo va todo?" Preguntó Aurora tras saludar.
Urfin era proyectado por la videollamada y ese enano estaba descansando, pareciendo que acababa de trabajar durante horas.
Al verlo Aurora en vez de preguntar por el trabajo hizo una pregunta general.
"Bien y mal. A nivel territorial hemos asegurado las tierras de Grecia y protegido nuestras fronteras. A nivel diplomático hemos iniciado relaciones para actuar sobre los Portales Abismales de otros países y a pesar de que hubo un poco de resistencia, la Unión Europea ha aceptado, pero a la vez ha asegurado sus protocolos para la defensa en sus tierras." Informó Urfin entendiendo lo que Aurora le gustaba informarse, y con un suspiro, agregó. "Pero no importa cuánto nosotros queramos crear un frente unido ante esta situación, es difícil."
El Imperio Falion era poderoso… Tal idea era un hecho.
Los terranovense tenían la capacidad de usar múltiples magias si lo estudiaban y, por ende, su gente terminaba siendo muy hábil.
La capacidad de subir de nivel los ayudó a alcanzar grandes alturas y como para obtener experiencia, ellos necesitaban eliminar a seres vivos de su mismo nivel o cercano, significaba que eran profesionales en la batalla.
Y ese imperio vino a la tierra para ayudar a los humanos en contra de los demonios.
"Algunos países y otras regiones no tienen deseo de aceptar o lo vuelven complicado. Por ejemplo, 'Los Estados Unidos de Arabia'. Su monarca acepta ayuda, pero solo si sus fuerzas no pueden hacerse cargo. Lo entiendo, ellos son fuertes y poderosos, pero hay algunos países que también tomaron esa posición y no son fuertes." Explicó Urfin frotándose su sien.
Aurora frunció ligeramente el ceño al escuchar esas palabras.
Los Estados Unidos de Arabia eran conocidos por su Rey que no solo era un antiguo jugador, sino que se decía que sabía que Terra nova era real antes del Gran Cataclismo y se estuvo preparando en consecuencia.
Ahora había unificado a toda la península arábiga y a pesar de que su frontera limitaba con las tierras sin ley en donde se encontraba demonios, mantuvo sus tierras protegidas y seguras.
El problema iba a los otros países que no deseaban conformar un frente unido con Grecia y el Imperio Falion que lo respaldaba, a pesar de que algunas naciones no podían igualar el poder de ese imperio.
Sin embargo, Aurora entendía a lo que se estaba refiriendo Urfin.
"No sabemos lo que depara, pero ya hay países influenciados por la avaricia y los intereses." Murmuró Aurora y dando un suspiro, comentó. "Este debería ser un problema de toda la humanidad."
Le gustaba pensar que no estaba siendo idealista, sino que estaba siguiendo la lógica común.
No se estaban enfrentando a un fenómeno regional o continental o algo de ese estilo, estaban enfrentando una situación desconocida la cual los mismos dioses hablaron sobre ella y que afectaba todo el planeta Tierra.
Pensar en los intereses que podría generar los Portales Abismales y que los gobiernos fueran influenciados por otras organizaciones o se dejaran llevar por su avaricia, era una estupidez.
Las implicaciones políticas para Aurora tenían poca importancia cuando un país arriesgaba la vida de inocentes todo para hacerse el control de un Portal Abismal.
Se estaban arriesgando a ver si el Portal Abismal podría proporcionar beneficio antes de pedir ayuda.
"Lo desconocido es peligroso, pero los terrícolas se han enfrentado a demonios y han viajado a otro mundo. Para muchos, el peligro es proporcional al beneficio." Respondió Urfin agitando su cabeza ante la situación.
Ese pensamiento era una norma entre los antiguos jugadores o gremios de aventureros que antes fueron gremio de jugadores.
La política de algunos países estaba influenciada por la opinión de los gremios o a veces prácticamente dependían de la decisión de esos gremios.
Y más los países pequeños que la única forma de defenderse era dependiendo de personas fuertes.
Aurora comprendía que era inevitable esa relación entre el gobierno y los gremios, aun así, seguía creyendo que era lo mejor relacionarse con Grecia y el Imperio Falion.
O en otra medida, con aquellas potencias como lo era la Unión Europea, Los Estados Unidos de Arabia o los gigantes americanos.
Incluso si el desastre era peor de lo que ella podía imaginar en esas naciones había rangos SSS que podrían detener las peores calamidades.
"Solo espero que no suceda nada malo. Algunos han rechazado o dudado debido al poder del Imperio Falion y su historia, pero no es como si nosotros tuviéramos malas intenciones." Dijo Urfin sinceramente y cuando Aurora lo miró curiosa y algo extraña, bromeó. "Si tienes dudas puedes preguntarle a Su Alteza."
Aurora se rio ante esa broma.
El temor al Imperio Falion y su supuesto control e imperialismo, solo se podía tomar como una broma cuando su futuro gobernante estaba disfrutando unas vacaciones en este mundo.
Incluso si se miraba a nivel político o militar, invadir la tierra era inviable debido a que la conexión dependía de la voluntad del Dios del Tiempo y el Espacio y no del imperio.
A diferencia de los terrícolas que no tenían una alta devoción a los dioses, los terranovense los respetaban y más a un Primordial.
No eran suficientes estúpidos como para ponerse en contra de un Primordial que podía cortarles la conexión y dejarlos varado.
"De todas formas, ya he arreglado con el Director Vincent para que te dé un puesto de apoyo así puedas acompañar a Su Alteza Cithrel." Informó Urfin cambiando al tema de trabajo y con una expresión seria, añadió. "También hemos informado al Emperador Víctor, y seguramente tendrás que participar en algunos asuntos diplomáticos. Fiestas de apertura por el torneo internacional y esas cosas."
Aurora asintió.
El torneo internacional reunía a varias grandes academias de todo el mundo y era imposible que el Emperador Víctor no reuniera a las personas importantes que respaldaban esas academias.
Era posible que figuras importantes de diferentes índoles aparecieran en ese torneo.
"Tienes que tener cuidado en Sudamérica." Dijo Urfin de repente y al ver que Aurora fruncía el ceño, explicó. "A causa de los recientes enfrentamientos del Emperador con los carteles en América, se escuchan rumores de venganza."
Aurora que había estado al día con las noticias asintió en compresión.
Había escuchado sobre el entusiasmo que le estaba poniendo el Emperador Víctor para eliminar los carteles de drogas y las mafias del bajo mundo en su imperio.
Era tanta la influencia y el entusiasmo que se había extendido a áreas dentro del país vecino del norte.
A pesar de que las tensiones habían disminuido y el conflicto cesado, dándole pie al torneo internacional, el rencor estaba presente.
Las palabras de Urfin era un rumor y tal vez los carteles solo lo usaban para despistar a las autoridades, no obstante, ella como la encargada de la princesa no quería dejar nada al margen.
"Su Alteza Cithrel impidió que enviáramos escoltas extra y acalló a mi jefe. Así que dependerá de ti para que estés a su lado." Anunció Urfin dando una expresión seria y una mirada de disculpa.
"Entiendo." Murmuró Aurora dando una media sonrisa ligeramente sorprendida.
A pesar de que ella bromeaba con la idea de que Cithrel era la jefa de su jefe, esta vez le demostró que no era broma.
No se trataba de que Cithrel se moviera en secreto, sino que la autoridad que tenía para hacer lo que deseaba.
"Trata de cuidar de que no se meta en problemas. Su Alteza Cithrel es fuerte e inteligente, es por esa razón que nadie puede detener su viaje e incluso su padre, pero eso no significa que aquellos que la vean como objetivo sean inteligentes." Remarcó Urfin solemnemente.
La futura heredera al Imperio Falion no era una niña malcriada que hacia lo que deseara, sino que, por el contrario, era una gobernante con demasiado poder y autoridad.
Urfin como un miembro del Imperio Falion y quien estaba encargado de la protección, sabía que, si Su Alteza deseaba algo, nadie del imperio podía negárselo.
El Imperio Falion estaba en su edad dorada y la Realeza del imperio tenía un control absoluto de sus súbditos.
"Entiendo. Daré lo mejor de mí." Respondió Aurora tomándose su trabajo con bastante seriedad y sonriendo en una ligera calma, añadió. "No te preocupes, te mantendré informado si algo se me va de las manos."
Enviar a alguien que no era parte del Imperio Falion como guardaespaldas era un movimiento para tratar de que Cithrel estuviera protegida todo el tiempo y que no hiciera uso de su autoridad para librarse de sus escoltas por medio de órdenes.
Pero también era útil para otro asunto.
Si alguien empezaba algo contra la Princesa Cithrel era muy posible que los guardaespaldas actuaran por su cuenta y sería problemático, en este caso Aurora no lo haría.
La protección iba más allá de la fuerza para proteger a Cithrel, si no que evitar que otros causaran problemas o ella se metiera en problemas y a la vez asegurar que tuviera unas agradables vacaciones.
Urfin dio una sonrisa y se despidió.
Cuando estuvo sola, Aurora no pudo evitar soltar un suspiro.
Era difícil decir que estaba haciendo un buen trabajo cuando llevó a Cithrel a una guarida de una pandilla y terminó dándole una paliza a los pandilleros o invitarla a que hiciera misiones en Japón.
Aunque a Aurora le gustaba creer que estaba haciendo su mayor esfuerzo.
—…
Su silencioso sistema hizo aparecer tres puntitos ante su débil excusa superficial, Aurora soltó una risa entretenida.
No podía negar que Cithrel era buena para que ella se soltara.
"Volvamos a cocinar." Murmuró Aurora.
Cuando estuvo a punto de volver para revisar el almuerzo, recibió un par de mensajes en su reloj holográficos.
Eran notificaciones que avisaban que los preparativos para el torneo internacional estaban preparados.