El aire congeló fuertemente los alrededores y toda el área se convirtió en una zona helada en la que era difícil moverse.
Ni el control de temperatura del equipamiento, lograba estabilizar la baja temperatura.
"Frío." Murmuró el Terror Somalí mientras reforzaba su cuerpo con su energía mágica y corría a través de los árboles.
Corriendo a una alta velocidad sus instintos gritaron en advertencia y el Terror Somalí se detuvo.
*BOOM*
Una enorme explosión sucedió cuando un pilar rojo cayó delante de él.
La onda expansiva rompió los árboles y levantó una nube de polvo.
Al momento siguiente esa nube de polvo empezó a congelarse, y el Terror Somalí apretó sus dientes dándose vuelta a la dirección en donde había venido.
Ocasionando imágenes remanentes a causa de su alta velocidad, se elevó usando plataformas generadas bajo sus pies y cuando notó a la joven que estaba rodeada de hielo, arremetió hacia ella.
Con una velocidad aterradora llegó a los dos metros cerca de ella, sorprendiendo a la joven por su aumento de velocidad.
Dirigiendo su daga la garganta de la joven con una velocidad sorprendente, el Terror Somalí quedo completamente incrédulo cuando una masa negra tragó a la mujer.
La daga cortó esa masa negra y al instante siguiente, protuberancias salieron tan repentinamente que una de ellas, consiguió cortar la cintura luego de penetrar la barrera de su equipo.
"¡Mierda!" Soltando una maldición el Terror Somalí se retorció en aire, realizando un giró que provocó un torbellino de cortes, que lo ayudó escapar de los tentáculos negros que buscaban atraparlo.
Retirándose al suelo, notó como el grupo lo rodeaba.
Tres contra uno… No tenía posibilidades de victoria.
Un mecánico con un enorme poder de ataque que era muy versátil.
Ataques láseres, explosivos, o sónicos, tenía una gran cantidad de drones de diferentes tipos y tenía un excelente control sobre ellos.
Los drones que giraban a su alrededor no solo eran de ataques, sino que entre ellos estaban mezclados con drones de defensa, logrando que la defensa general del joven fuera muy alta debido a las fuertes barreras que los drones podían generar.
La psiónica era parecida.
La forma que congelaba el área a su alrededor era muy problemática, ya que si se descuidaba empezaría a sentir frío, y al momento siguiente su sangre, tejido o músculos podría congelarse, convirtiéndose en un problema que podría llevarlo a perder una parte de su cuerpo.
Aun así, la más problemática era la Protectora de Zerzura.
El Terror Somalí miró como esa masa negra que había cortado empezaba a retirarse a la mujer que estaba un poco más atrás.
Alice podía mover a sus aliados por su sombra y peor aún, ella podía ocultarse en las sombras.
Atacar a un enemigo indefenso para ser atrapado como hace un momento, era una situación horrible, que el Terror Somalí no deseaba que le volviera a ocurrir.
"¿Qué tal si decimos que empatamos? Ambos estamos heridos y tenemos perdidas." Comentó el Terror Somalí con una sonrisa.
Había logrado asestar algunos cortes ligeros en la psiónica y había derribado decenas de drones del mecánico, en cuanto a la joven de brazos negros… El Terror Somalí observó sus alrededores en donde brazos negros estaban inmóviles tras haber sido cortados.
La joven no sentía dolor por perder sus brazos o al menos no lo mostraba.
Sin embargo, él creía que la regeneración ilimitada era imposible y en algún momento, el límite la alcanzaría.
"¿Quieres rendirte?" Preguntó la joven mientras otros brazos negros empezaban a crecer de la sombra de su espalda.
La expresión del Terror Somalí tembló.
Fue en ese momento…
"¡HAHAHAHAHAHA!"
Una risa enloquecida se extendió por los alrededores y cuando el Terror Somalí miró a la dirección de dónde provenía pudo distinguir a su antiguo subordinado a lo lejos.
El rostro del General Kavuri, estaba deformado mientras venas negras se extendían por todo su cuerpo, alimentando con energía demoniaca las protuberancias que palpitaban como corazones vivientes.
"Oh, se está convirtiendo en una abominación. Supongo que como un psiónico tendrá un aumento de poder temporal y luego debido al conflicto de energías terminará muerto." Comentó la joven con una sonrisa y mirando al Terror Somalí, preguntó. "¿Quieres unirte o te rendirás ahora?"
Quería unirse a su muerte… Esa era lo que estaba preguntando.
El Terror Somalí era un tirano era cierto.
También era un individuo fuerte, que no estaba limitado por la moral y con una ambición sin par, sin embargo, no era una idiota.
Había sobrevivido como un señor de la guerra y había vivido su gran vida a costa de otras vidas y todo eso fue gracias, a que siempre supo cuando actuar.
En los enfrentamientos contra el Señor de Mombasa jugó a la defensiva y dejó que sus fuerzas militares dieran el golpe decisivo, siempre manteniendo su propia seguridad.
En esta batalla había estado huyendo todo el tiempo buscando una forma de escapar entre la barrera.
Rendirse, era la mejor opción al enfrentarse a tres Rangos S, que eran igual de fuertes que él o incluso más y como si fuera poco coordinaban a la perfección en entre ellos.
Sin embargo…
"Si, me rendiré…" Anunció el Terror Somalí y con una sonrisa entretenida, agregó. "Cuando me divierta lo suficiente."
Por dentro estaba pensando en la mejor forma de escapar, aunque eso significara que tuviera que usar a todos sus subordinados.
Tal vez en un momento la situación cambie a su favor o quizás en algún momento tenga la oportunidad para asestar un golpe letal y escapar.
Al final, en caso de que estuviera en una situación imposible, lo que debía hacer era rendirse para mantener su vida.
"¿Es así? Espero que lo que sigue te divierta." Respondió la joven con un tono indiferente.
Los brazos negros que estaban cortados empezaron a temblar.
Esos brazos que estaban conformados por una masa negra empezaron a transformarse en un líquido que se extendió por los alrededores, volviendo a unirse con los brazos negros que sostenían a la joven.
La sombra de la espalda de la joven se extendió por los alrededores solidificándose y absorbiendo sus antiguos pedazos cortados, creando un domo que cubrió a todo el grupo.
Un domo negro que lo único que brillaba era la luz de los drones flotando en el aire, brillando con tonalidad roja.
El Terror Somalí se quedó inmóvil al sentir que tanto la psiónica como el mecánico lo vigilaban y no permitirían que se moviera.
La joven golpeó su máscara para que se retractara revelando su rostro y con una expresión indiferente, abrió una bolsa de papitas con aburrimiento.
A su alrededor la masa de oscuridad que creaba el 'domo' temblaba mientras manos se retorcían, pareciendo querer 'escapar' de ese abismo de oscuridad.
"¿Y crees que te divertirás si sigues?" Preguntó la joven mientras del domo los brazos empezaran a salir.
Rodeado de cientos de brazos que podrían transformarse en todo tipo de armas, el Terror Somalí observó a la joven que empezó a ser protegido por sus compañeros.
¿Asesinarla a ella para terminar con su habilidad?
Si antes fue difícil asestar un golpe, ahora solo sería un sueño lejano.
¿Cuántos brazos podría cortar antes de que uno lo atrapara?
La expresión del Terror Somalí se volvió desagradable.
******
Clémentine observó como la criatura deformada extendía sus brazos hacia Aurora convirtiéndose en tentáculos negros en el proceso.
Aurora lo esquivó y solamente lanzó puñetazos de relámpagos a larga distancia.
Sin embargo, esos relámpagos golpeaban la potente barrera psiónica de esa criatura.
"¡Muere!" Gritó la abominación mientras sus protuberancias palpitaron al unísono, liberando una onda psiónica.
Clémentine levantó su barrera psiónica para resistir el golpe indirecto y su expresión palideció, cuando empezó a escuchar voces lejanas y distantes, como lamentos de fantasmas.
"¿Te encuentras bien?" Preguntó Nicole con una expresión agitada.
Se encontraban bastante cerca de donde se realizaba el combate principal y a pesar de que Aurora trataba de alejar la abominación, ellos fueron afectados por los ataques que no estaban dirigidos a ellos.
Ahora mismo eran el daño colateral.
"Sí, vamos." Murmuró Clémentine calmando su expresión y señalando el almacén que estaba cerca.
El grupo se dirigió al almacén, ocultándose y siendo lo más sigiloso posible para no llamar la atención de la abominación o de cualquier enemigo.
Ya habían usado algunos artefactos fuertes que sus padres le habían dado, aun así, Clémentine tenía que esforzarse por prestarle atención a la abominación y a la vez no ser descubierto.
Estaba tan tensa que estaba sudando y que los sonidos de combate llegaran desde todas partes no le ayudaron a calmarse.
En la oscuridad de la noche avanzaron rápidamente, mientras sus miembros se encargaban de vigilar los alrededores.
Los sonidos de una batalla intensa resonaban a lo lejos, sin embargo, en este punto ya no podían ver las batallas de sus compañeros.
Todo estaba oscuro y sin el brebaje para ver en la oscuridad, seguramente tendrían algunos problemas.
Gran parte del grupo estaba nervioso, ya que no solo miraban por todas partes, sino que apretaban sus puños para tratar de tranquilizarse.
Que pudieran ver la intensa batalla que estaba llevando Aurora con esa abominación que lentamente aumentaba de fuerza y la estaba suprimiendo, ponía aún más nervioso al grupo.
Cuando llegaron cerca del almacén, Leslie se detuvo para revisar sus escáneres al igual que Andrés.
"No hay nadie, vamos." Anunció Leslie y se adelantaron a la entrada.
El almacén era uno de los más lejanos y no tenía nadie protegiéndolo, dando la impresión de que estaba siendo devorado por la oscuridad de los alrededores.
"Cuiden la entrada." Ordenó Clémentine, dándole una señal a Érica para que lo siguiera.
Este era el último almacén y era ligeramente diferente a los otros, ya que estaba construida con paredes de hormigón a diferencia de los otros que parecían graneros de madera.
Abriendo la puerta de metal con su telequinesis, Clémentine se preparó en caso de que alguien la atacara desde adentro.
En el segundo almacén que fueron nadie la atacó y ahora que estaban en el tercero, ella no deseaba arriesgarse.
La puerta fue pesada de abrir y a diferencia de lo que esperaba, no hubo ningún ataque y lo único que pudo sentir, fue un olor fuerte del interior.
Entrando al almacén, Clémentine desplegó una barrera mientras miraba los alrededores.
El almacén parecía dividirse en dos partes, en la primera se encontraban todo tipo de herramientas para mantener la mansión.
Tras darle una señal a Érica para que la siguiera, se adentró a la segunda parte del almacén que estaba dividido por una pared de madera.
Cuando abrieron la puerta el olor se hizo más intenso.
Un olor que entremezclaba el aroma de un animal muerto dejado al sol durante días y un intenso olor a cloacas que nunca fueron limpiadas.
Clémentine tuvo que cubrirse la nariz al igual que Érica y continuaron por la entrada, congelándose cuando pudieron observar lo que estaba al otro lado.
Colgando como animales que se desangraban se encontraban varias personas.
Algunos soltando gemidos de dolor y otros inmóviles.
¿Cuándo ocurrió?
Esa pregunta vino a la mente de Clémentine mientras ella quedaba en blanco.
No fue hace poco, eso era evidente…
Heridas y rastros de tortura que llevaban semanas.
Para algunos dioses las emociones fuertes son delicias mayores que los manjares, esa es la razón por la que a veces los sacrificios tienen un proceso cruel.
Clémentine recordó lo que una vez leyó en un libro y trago con miedo, horror e ira.
"Vamos a baj…"
*BOOM*
Antes de que pudiera terminar sus palabras, un sonido explosivo resonó de afuera y al momento siguiente vieron como la pared se quebraba con un golpe sordo de alguien golpeándola.
Inmediatamente, ambas se dirigieron hacia afuera.
"Pensé tomar unos rehenes para ver si podía escapar, nunca esperé encontrarme con unos debiluchos. Parece que mi día mejora." Murmuró un hombre mientras tensaba sus músculos.
A su espalda se encontraba otro individuo que parecía ligeramente herido.
Ambos miraban a su grupo como depredadores.
La que había golpeado la pared fue Nicole que estaba gimiendo de dolor mientras se levantaba, apretando los dientes.
"Estoy…"
Antes de que pudiera hablar, el luchador se movió hacia Leslie que estaba más cerca y golpeó su barrera con una enorme fuerza enviándola a volar en contra la pared de cemento.
*BOOM*
Una pequeña explosión resonó en el lugar cuando Andrés hizo que sus drones explotaran cerca del luchador enemigo.
"Maldito niñato de mierda."
Soltando un gruñido desde la nube de humo que dejó la explosión apareció el luchador con ligeras heridas y cargó hacia Andrés, golpeando la barrera.
La barrera de Andrés pudo soportar el impacto de los golpes gracias a sus drones, que se mantuvieron activos en su máxima potencia, no obstante, impidió que pudiera retirarse.
Cuando el luchador estaba dando su tercer golpe, Nicole que había saltado al combate le dio un puñetazo en la mejilla, dejando salir un golpe sordo.
Antes de que el hombre pudiera atraparla, Clémentine usando su telequinesis atrapó el cuerpo de Nicole y la tiró hacia atrás, permitiendo que escapara
Érica preparó su mejor hechizo y antes de que pudiera lanzarlo, alguien arremetió contra de ella, empujándola llevando a que golpeara con su cabeza la pared.
¡Se habían olvidado del otro enemigo que estaba a la espalda del luchador!
"Los haré sufrir."
Con una declaración aterradora el luchador empezó a golpear la barrera de Andrés, cuyos drones estaban sobrecargándose al límite.
Clémentine se movió.
Presionándose hasta el límite, atrapó a Érica y la lanzó cerca de la puerta para impedir que el segundo enemigo la atacara.
Una maga sería fácilmente derrotada si se le acercaban, ese pensamiento fue su motivación.
Al mismo tiempo, Clémentine controló las herramientas haciendo que levitaran y luego, las lanzó con todas sus fuerzas al luchador, buscando crear un hueco para Nicole.
Las herramientas puntiagudas atravesaron el aura de combate de ese luchador y se clavaron en su cuerpo y a pesar de que hirió a su enemigo, ella no pudo considerarlo como una victoria.
El luchador había soportado el golpe para que él pudiera darle un puñetazo a Nicole.
Fue tan rápido e inesperado que nadie pudo evitarlo, ni la misma Nicole.
*BOOM*
"UGHh…"
La barrera se rompió a pedazos y Nicole recibió un fuerte golpe en el estómago y luego golpeó un pilar, que se agrietó por la potencia del impacto.
Esa luchadora escupió sangre y no se movió, quedando completamente inconsciente.
El luchador al resistir golpes menores y noquear a un rango B, le dejó en evidencia la diferencia de poder comparado a un rango A como él.
Sin darle tiempo al grupo para que pensara, el luchador se sacó las herramientas que perforaban su cuerpo y golpeó la barrera de Andrés, rompiéndola en el proceso y lo tomó del cuello.
"Los mecánicos son fáciles de romper." Murmuró el luchador con una sonrisa viciosa mientras sostenía a Andrés del cuello.
Una ligera luz comenzó a cubrir a Andrés, logrando que el luchador frunciera el ceño como si no pudiera apretar su mano.
"¡¡¡GRAAAA!!!"
Antes de que alguien supiera lo que estaba sucediendo, un gran rugido resonó.
Todos los presentes sintieron como su cerebro era perforado por decenas de agujas, peor que una resacaba inimaginable.
"Eres débil…"
Una voz resonó en la mente de Clémentine y la imagen de los rehenes colgados como ganado llegaron a su mente.
"Moriremos por tu culpa…"
Decenas de voces sonaron al unísono logrando que Clémentine temblara con miedo mientras trataba de sobrellevar el dolor.
"Tus amigos morirán por tu culpa… Morirán por tu debilidad…"
El miedo se hizo más fuerte, apoyando su gran temor y en ese momento como si las voces tuvieran razón el luchador sosteniendo su cabeza, se levantó.
Su mirada estaba dirigida a Andrés cuyos drones guiados automáticamente lo estaban retirando.
Al otro lado el segundo enemigo estaba acercándose a Érica que estaba arrastrándose en el suelo para retroceder mientras su nariz sangraba.
La mente de Clémentine fue inundada por su temor.
"Morirán por tu culpa…"
Las voces volvieron a sonar y desde el fondo de su mente una poderosa fuerza se empezó a levantar.
Guiada por su ira y su resistencia, por todas sus malas emociones y sus miedos, explotó como una bomba.
"¡¡¡NO!!!"
Toda su resistencia, todas sus emociones fueron gritadas en una sola palabra.
Una palabra que envió los objetos a volar y provocó una poderosa onda mental que se dirigió a ambos enemigos, logrando que los ojos de esos hombres se pusieran blanco cuando quedaron inmóviles.
En ese instante, Clémentine que respiró hondo mientras el sentimiento de que era capaz de controlar los objetos de su entorno, con una fuerza mayor de lo que jamás había sentido, despertaba.
Pudo sentir esa fuerza intangible que estaba a su mando y Clémentine la movió rodeando el cuello del luchador, entonces…
*Crack*
La fragilidad de la vida fue revelada ante sus ojos.
Ese poder de su mente guiada por sus emociones logró que un luchador que estaba completamente indefenso murieran sin la capacidad de resistirse.
Al otro lado Érica levantó su mano ante el hombre que estaba acercándose y una lanza de hielo apareció a su lado, atravesando el estómago de ese hombre y levantándolo alto en el aire.
El tono azulado del hielo fue pintado con líneas rojas de la sangre.